Villancicos compuestos para profesión de monjas en el convento de Nuestra Señora de los Ángeles (1714)

El convento de Nuestra Señora de los Ángeles de Valencia fue fundado por el arzobispo Martín López Ontiveros en 1661, extramuros de la ciudad, en el barrio de Ruzafa. La fundación se realizó con seis monjas procedentes del también valenciano convento de Jerusalén y se erigió bajo la observancia de la Primera Regla de Santa Clara. En 1699, las obras de la iglesia estaban ya terminadas, enterrándose en ella a su fundador.

Dos volúmenes (ms. 14097 y 14098) con poesías de José Ortí y Moles (1650-1728) y su sobrino José Vicente Ortí y Mayor (1673-1750), copista de los mismos, conservados en la Biblioteca Nacional de España, nos proporcionan, entre otros, un extraordinario número de letras, villancicos y cantadas para la profesión de monjas en distintos cenobios valencianos. A estos hay que sumar otros dos manuscritos autógrafos de contenido similar conservados en la Biblioteca Municipal Serrano Morales del ayuntamiento de Valencia, el ms. 6408 con textos de Francisco Figuerola (cuñado de Ortí y Mayor) y el ms. 6366 de José Vicente Ortí y Mayor. Este último fue el responsable de la ordenación final de los cuatro manuscritos que se encontraban en su biblioteca en 1748.

En este evento nos centraremos en las letras escritas para el convento de Nuestra Señora de los Ángeles que presentan un especial interés por los detalles que los epígrafes que las acompañan nos proporcionan, raramente consignados en los pliegos impresos o en otros documentos afines.

Según precisa José Vicente Ortí y Mayor, las letras eran:

“Para la profesión de la señora sor María de la Concepción, en el siglo llamada María Francisca Ferrer y Roser, día de la Santísima Trinidad [27 de mayo], año 1714, en el religiosísimo convento de Nuestra Señora de los Ángeles de Ruzafa”.

Nos indica también el emplazamientos litúrgico o ceremonial de cada una de las composiciones:

* “Letras que se cantaron por la mañana, en la misa”. Coplas: “En un solo día Trinidad y Velo”.

* “Al mismo asumpto y función. Letras para un cuatro en la siesta de la tarde”: Estribillo: “Aunque el claro apellido de Roser” / Coplas: “En este jardín sagrado”.

* “Para la misma tarde y siesta. Letras para una jornada sola”: Estribillo: “A tres personas y un Dios” / Coplas: “Tres votos en un solo acto”.

Como hemos visto, las piezas se repartían entre la misa y la celebración vespertina (siestas), más recreativa, de la fiesta del desposorio de la monja que profesaba.

Era una práctica relativamente común el que estos textos se reutilizaran en distintas ocasiones, con un mayor o menor grado de adaptación de su contenido a la persona y convento en el que la destinataria profesaba. En este caso, en una nota marginal, de otra mano, se indica:

“Ajustáronse también para una que entraba en el convento de San José de carmelitas descalzas, año 1716”.