Actividad musical en el castillo-palacio de los marqueses de Villafranca (c. 1560)

Ruiz Jiménez, Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988

Resumen

El inventario post mortem (1569) de los instrumentos musicales que había en el “cubo de la música” del castillo-palacio de Villafranca del Bierzo apunta a una consolidada actividad musical en la casa de Fadrique Osorio de Toledo (1510-1569), III marqués de Villafranca. Esta puede ratificarse por el contrato efectuado en 1567 con el músico de cámara Juan de Arbolancha para servir al marqués allá donde este fuese.

Palabras clave

música doméstica , inventario de instrumentos musicales , vihuela de arco , realejo , claviórgano , chirimía , orlo , sacabuche / trombón , bajón , pífano , inventario de libros de música , comedia , contratación de músicos , Fadrique de Toledo Osorio (III marqués de Villafranca) , Juan de Arbolancha (músico)


En la década de 1510, Pedro Álvarez de Toledo, casado con María Osorio Pimentel, II marquesa de Villafranca, tomaba la decisión de trasladar la residencia familiar de los marqueses desde los castillos de Cornatel y Corullón hasta una nueva ubicación en una fortaleza construida a partir del torreón de la Magdalena, primitivo castillo de Villafranca del Bierzo, la cual iría ampliándose a partir de los solares adquiridos por el marqués consorte hacia 1514 y 1515. En 1532, sería nombrado virrey de Nápoles, cargo que desempeñaría hasta fu fallecimiento en 1553. Probablemente fue su hijo, Fadrique Osorio de Toledo (1510-1569), el primero que se instaló en las dependencias habitables del nuevo castillo-palacio en Villafranca (su escudo se encuentra sobre la puerta principal de acceso), dos de las cuales presentan especial interés para este trabajo: la capilla y el “cubo de la música”. La primera estaba provista de los ornamentos y objetos necesarios que permitían desarrollar en ella la correspondiente actividad litúrgica. El “cubo de la música” debía ser una sala que estaba decorada con lienzos de notables personajes bíblicos femeninos y de la historia y leyendas del mundo clásico. El inventario post mortem realizado el 7 de julio de 1569, nos permite conocer la nutrida colección de instrumentos que había en ella:

- “Nueve vihuelas de arco grandes y pequeñas”.

- “Un realejo con su caja, fuelles y pesos”.

- “Un claviórgano con su caja de cuero y madera y fuelles”.

- “Un cohoro [sic ¿?] grande de música con su caja de madera”.

- “Tres cheremías, la una con su caja de arco y herradura”.

- “Una caja de ministriles aforrada en cuero que tiene siete piezas grandes y pequeñas, fáltanle dos piezas”. De nuevo aparece el término “ministriles” para referirse a instrumentos aerófonos siguiendo una de las acepciones del Diccionario de Autoridades, t. IV (1734), p. 572.

- “Un bajón”.

- “Un sacabuche con su caja rota”.

- “Un orlo”.

- “Una caja de pífanos que tiene cuatro piezas guarnercidos los cabos de plata con su llave”.

- “Otro pífano en una caja pequeña con tres anillos de plata”.

Además, se recogen en el inventario de esta sala varios libros encuadernados en pergamino, muy probablemente de música, y “un canto [sic] de coro con un atril con libro de canto grande cubierto de cuero dorado guarnecido de latón”. Esta dependencia se encontraba en la segunda planta del cubo de Vilela (el torreón situado a la izquierda de la puerta principal de entrada al castillo) en la que, a finales del siglo XVIII, se guardaban “muchos instrumentos, armas y cañones”.

El castillo tuvo también un amplio salón en el lateral de Poniente en el que se hacían representaciones teatrales y que en un plano de principios del siglo XIX se describe del siguiente modo:

Un gran salón mal pintado al fresco y con muchos escudos de armas que apenas se conoce a las familias a que se corresponden; tiene 95 pies de largo por 25 de ancho, en tiempo que vivían allí los señores antecesores de VE servía para teatro de comedias, y hoy lo ocupa el administrador para guardar granos”.

Poco a poco van localizándose noticias que ponen de manifiesto que los músicos de cámara al servicio de la nobleza española son un hecho con una proyección más extensa de lo que hace unos años apuntaban las escasas fuentes publicadas.

Entre los documentos dados a conocer por Anastasio Rojo Vega, encontramos el contrato de uno de estos músicos para entrar a servir a Fadrique Osorio de Toledo, firmado el 9 de abril de 1567. El músico en cuestión era Juan de Arbolancha, vecino de Villafranca del Bierzo. En el contrato actuó como testigo Miguel de Cepeda, maestrescuela de la iglesia colegial de Villafranca. Veamos los términos del contrato:

Yo, Juan de Arbolancha, músico, vecino de la villa de Villafranca del Bierzo otorgo y conozco por esta carta que asiento con el muy ilustre señor don Fadrique Osorio de Toledo marqués de Villafranca y me obligo de le servir de músico en donde quiera que su señoría estuviere y su señoría me ha de dar quince mil maravedís pagados por sus tercios en cada un año y más dos raciones cada día, que se entiende una libra de vaca y otra de carnero y una azumbre de vino y cuatro libras de pan y por ellas siete cargas de trigo en cada un año y más un vestido en cada un año y me obligo que serviré a su señoría dos años”.

La itinerancia acompañando al marqués, como se apunta en este contrato, caracterizaría el servicio de estos músicos de cámara que constituían uno de los elementos de distinción y representación social de la élite nobiliaria europea. El término genérico “músico” nos priva de conocer qué instrumentos tañería Arbolancha y su inespecificidad tal vez estuviera motivada por la diversidad de los mismos. La finalización de este contrato coincidiría con el fallecimiento del marqués, el cual no tuvo descendencia, sucediéndole en el título su hermano García de Toledo Osorio, IV marqués de Villafranca del Bierzo, I duque de Fernandina y I príncipe de Moltalbán.

Recursos

Castillo de Villafranca del Bierzo

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Puerta principal del castillo

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Orlo (bajo). Jörg Wier (1522)

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Grabación en el claviórgano de Hauslaib