Paisaje sonoro en la sinagoga medieval hispalense (Santa María la Blanca)
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Resumen
En el lugar que hoy ocupa la iglesia de Santa María la Blanca estuvo ubicada una de las tres sinagogas más importantes de la judería hispalense. La práctica musical en las sinagogas hispanas medievales oscilaba desde el canto de los textos litúrgicos en prosa con fórmulas melódica simples hasta las complejas melodías con las que se cantaba la poesía estrófica. El cantor (“jazán”) que las interpretaba, especialmente en el Sabbath y las principales festividades, gozaba de gran prestigio en muchas de las comunidades judías hispanas.
Palabras clave
servicio religioso judío , salmodia judía , jazán (cantor) , rabino , judíos
En el lugar que hoy ocupa la iglesia de Santa María la Blanca estuvo ubicada una de las tres sinagogas más importantes de la judería hispalense. Construida sobre una antigua mezquita, sirvió como sinagoga desde la conquista de la ciudad por Fernando III hasta la revuelta antijudía de 1391. El edificio fue sometido a una importante transformación en 1665. Las reparaciones iniciadas en 1999 por el arquitecto Oscar Gil Delgado han desvelado algunos elementos de su pasado arquitectónico como mezquita y como sinagoga y han posibilitado las reconstrucciones hipotéticas de ambos edificios.
La religión judía es más aural que visual, ya que rechaza como idolatría la presencia de imágenes en el culto, frente a la iconodulia cristiana, aunque no prohíbe aquellas que únicamente tienen un fin ornamental, pedagógico o nemotécnico. La práctica musical en las sinagogas hispanas medievales oscilaba desde el canto de los textos litúrgicos en prosa con fórmulas melódica simples hasta las complejas melodías con las que se cantaba la poesía estrófica. El cantor (“jazán”) que las interpretaba, especialmente en el Sabbath y las principales festividades, gozaba de gran prestigio en muchas de las comunidades judías hispanas. Una de sus obligaciones era la recitación pública de las escrituras.
La congregación participaba activamente en el servicio cantando los estribillos en los poemas estróficos y otras secciones de los textos litúrgicos. En fiestas de especial relevancia, como el Día de la Expiación, era habitual que el rabino condujera el servicio litúrgico. El orden de los rezos y la manera en la que se cantaban respondía a tradiciones locales.
Los cristianos percibían las sinagogas como un lugar extraño y ruidoso, quedando especialmente sorprendidos por el continuo movimiento de los judíos durante sus rezos, recogido en los informes inquisitoriales como “sabadear”. Judíos y conversos son denominados “lamentadores”, debido a esa percepción del canto litúrgico judío como un constante lamento profundo.
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