Procesión anual a la ermita de San Sebastián

Ruiz Jiménez, Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988

Resumen

La celebración de la festividad de San Sebastián (20 de enero) incluía, siempre que la climatología lo permitiera, la procesión a su ermita, extramuros de la ciudad, acompañada de la capilla de música para oficiar en ella la misa que, en el calendario eclesiástico hispalense, era de segunda dignidad.

Palabras clave

procesión , vísperas , misa , motete , villancico , himno , magnificat , letanía , Felix nanque (verso) , Ora pro populo (verso) , sermón , Sanctorum meritis (himno) , Beatus es et bene tibi erit, 4 vv (motete) , cartografiando Francisco Guerrero , cabildo de la catedral , capilla musical de la catedral , ministriles , seises , gentío , Miguel de Cervantes Saavedra (escritor) , Juan Rufo (escritor) , Pedro de Escobar (compositor, maestro de capilla, cantor) , Francisco Guerrero (compositor, maestro de capilla) , gentío


San Sebastián fue considerado como uno de los santos protectores contra la peste más importantes en la Edad Media, prolongándose su relevancia hasta la Edad Moderna. Su festividad (20 de enero) en la diócesis de Sevilla tenía una categoría de segunda dignidad y se oficiaba con cuatro capas. Desde al menos 1415, está documentada en la catedral la procesión de San Sebastián, pero no queda claro en qué momento se inicia la costumbre (establecida ya en 1504) de ir a celebrar la fiesta en la ermita del siglo XIII dedicada a este santo que se encontraba extramuros de la ciudad, la cual fue remodelada en el siglo XV.

En la procesión iban seis mozos de coro que llevaban los cirios y los incensarios. Como era habitual, siempre que el cabildo se desplazaba para decir misa en otra institución regular o secular iba acompañada de al menos una parte de sus efectivos musicales y se llevaba a la iglesia un arca con los ornamentos necesarios para la ceremonia. En su formulación a principios del siglo XVIII:

 “La víspera de San Sebastián va [a la ermita] con la diputación la mitad de la música y ministriles y se sirven las Vísperas de segunda clase y se repite la quinta antífona de Vísperas y la de Magnificat. Al himno se canta un villancico a cuatro. [Al día siguiente] Después de Tercia, [la procesión] que va a su ermita, a la puerta del coro, comienza el canto llano a cantar las antífonas de Laudes y, en acabando, tañen los ministriles y van alternando a versos con el coro que canta himnos hasta la puerta de Jerez. Junto a la Contratación, cantan los seises el verso Felix nanque y, más adelante, cantan el verso Ora pro populo, a el cual responde la música. En llegando a la Alameda de San Diego, canta la capilla de música un motete a dos coros y un bajón da el tono para comenzar. En llegado a la ermita, se recibe [con ministriles] al cabildo desde que entra por la puerta hasta que llega el Preste al altar. La misa se sirve como si fuera en esta Santa Iglesia, porque es segunda clase. Hay sermón. Luego que sea hora de volver la procesión (que es con letanía) estará pronto un bajón para dar tono a los señores que la han de cantar.  Si por el tiempo no fuera la procesión a San Sebastián, van con la diputación los mismos músicos que fueron a Vísperas, u otros que nombrare el maestro de capilla y se sirve la misa en su ermita de segunda clase. Tañen los ministriles después de la epístola y después de la antífona post Communio. Y después del alzar se canta el motete del Santo, y no hay villancicos”.

El himno de Vísperas de esta festividad era Sanctorum meritis, “In natale plurimorum martyrum”. En la catedral de Sevilla se cantaron las versiones polifónicas de este himno compuestas por Francisco de Peñalosa y Francisco Guerrero. El motete de San Sebastián que se interpretaba en este día era Beatus es, et bene tibi erit. El texto se encuentra recogido en el Breviario hispalense y tuvo especial relevancia en la catedral. Guerrero compuso dos versiones musicales distintas, publicadas en sus libros de motetes de 1555 (a cinco voces) y 1570 (a cuatro voces), siendo ambas recopiladas en el último de sus impresos, en 1597.

Cervantes hace una precisa alusión al concurso de gente que debía acudir a esta procesión de San Sebastián en su novela ejemplar La española inglesa (fol. 105v). Al comentar que Leonora, para salvaguardar su fama, “pocas o ninguna vez salía de su casa, sino para el monasterio [de Santa Paula]”, escribe: “Jamás visitó el río, ni pasó a Triana, ni vio el común regocijo en el campo de Tablada y puerta de Jerez el día, se le hace claro, de San Sebastián, celebrado de tanta gente que apenas se puede reducir a número”. Escritor coetáneo de Cervantes, Juan Rufo (1547-1620) recoge también una alusión a esta misma escena: “Estando en el campo de Tablada, en Sevilla, día de San Sebastián, infinito número de gente que aquel día sale, por ser allí la ermita del bienaventurado santo, hacíale muy bueno y estaba toda aquella gran llanura poblada de hombres y mujeres”.

Recursos

Ermita y cementerio de San Sebastián. Richard Ford (1832)

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Ermita de San Sebastián

Localización de la ermita de San Sebastián (1868)

Beatus es et bene tibi. Francisco Guerrero. Gabrieli Consort & Players. Director: Paul McCreesh (2002)

La española inglesa en Novelas ejemplares. Miguel de Cervantes (Madrid, Juan de la Cuesta, 1613)

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