Procesión de Nuestra Señora del Mar (1691)

La segunda capilla de la nave del Evangelio de la iglesia del convento del Espíritu Santo, vulgo de Los Menores, fue adjudicada por 19.200 ducados, en 1667, al capitán Jacinto del Pino y a Diego Gómez de la Guerra y sus sucesores. En la escritura se autorizaba el traslado de los restos de doña Bernarda de Cervantes y doña Ana del Pino, sus esposas, después de terminada la iglesia, así como a poner rejas, retablo y demás ornamentos. Según un manuscrito del siglo XVIII, los herederos de estos patronos hicieron donación de la capilla a la hermandad y esclavitud de Nuestra Señora del Mar, cuya imagen titular había sido donada por Catalina Bermúdez, la cual la tenía en su oratorio privado. La hermandad se extinguió en el siglo XVIII y la imagen de la Virgen estuvo temporalmente en el retablo mayor, dándose por perdida. Actualmente, su retablo está presidido por el fundador de la orden, San Francisco Caracciolo, estando el retablo y la imagen atribuidos a Pedro Duque Cornejo (segunda mitad del siglo XVIII). Por otro lado, la última capilla del mismo lado del Evangelio estuvo dedicada a Nuestra Señora del Mar. Al parecer, en la hornacina central del retablo construido por Bernardo Simón de Pineda, en 1678, sobre una peana, estaba también una imagen de Nuestra Señora del Mar. Actualmente hay una Inmaculada barroca de buena factura.

El 3 de febrero de 1691, el cabildo de la catedral concedió licencia a su capilla de música para asistir a la procesión “que sale por las calles” organizada por la “hermandad de la esclavitud de Nuestra Señora, sita en la iglesia de los Padres Clérigos menores... para que fuese esta procesión con toda solemnidad”. La procesión tuvo lugar al día siguiente por la tarde, domingo, y en ella se portaba “la imagen de Nuestra Señora del Mar”.