Italian music for cardinal Portocarrero at the archbishops palace in Toledo
Domínguez Rodríguez,
José María
Universidad Complutense
0000-0001-5008-0625
Abstract
In a letter dated 30 August 1679, the French countess of Aulnoy wrote that cardinal Portocarrero «had brought musicians from Rome whom he paid very well» and described a banquet in the archbishop's palace were she was very well served with the accompaniment of excellent music. The cardinal had arrived some weeks before, after having lived for nearly nine years in Italy (mainly in Rome). Taking this event as a depart, the article examines evidences that show Portcarrero in close contact with music while in Italy so as to suggest that the music heard by the countess was most probably chamber music in the style of Corelli.
Keywords
banquet with musical accompaniment , instrumental concert , domestic music making , chamber music , Luis Manuel Fernández de Portocarrero (cardinal, archbishop)) , Arcangelo Corelli (composer) , Madame d'Aulnoy (traveller, writer)
Luis Manuel Fernández de Portocarrero (1635-1709), cardenal y arzobispo de Toledo (desde 1678) llegó a Roma en 1670 para recibir el birrete cardenalicio. Durante los casi nueve años que pasó en Italia, fue habitual su presencia en actos de interés musical, como academias (palacio de La Sapienza, 16 de junio de 1670 con música policoral); conversazioni y divertimenti (reuniones de aristócratas en palacios para conversar, amenizadas con música de cámara) y representaciones operísticas (documentadas durante su estancia en Sicilia como virrey interino entre 1677 y 1678 y, de vuelta a Roma, en la Nápoles virreinal). También parece probable que el cardenal tuviera noticia del astro ascendente del “divino” Arcangelo Corelli en la Ciudad Eterna. La fama de éste comenzó a ser notable, de hecho, a partir de 1676. Casi con total seguridad Portocarrero asistió a alguna de sus actuaciones en la iglesia de San Luigi dei Francesi, donde el violinista y compositor solía actuar en ocasiones como la fiesta de San Luis. Esta iglesia estaba de hecho muy cerca de la plaza Navona, en la que se encontraba la primera residencia conocida del prelado.
El viaje de vuelta de Roma a Toledo para la toma de posesión de la sede primada, también trufado de ocasiones musicales, concluyó el 9 de junio de 1679. Portocarrero permaneció en la ciudad hasta el 23 de julio, cuando marchó a Madrid para asistir a los monarcas en las tareas de gobierno. En la carta decimotercera de su Relation du voyage d'Espagna, fechada en Madrid el 30 de agosto de 1679, la baronesa d'Aulnoy afirma que el cardenal la recibió en Toledo con maneras muy propias de la corte de Roma y narra un banquete en el palacio arzobispal donde se encontró bien servida y en el que hubo música italiana excelente, “pues Su Eminencia había traído músicos de Roma a los que daba buenas pensiones” ("Il y a eut une musique Italienne excellente; car son Eminence avoit amené des Musiciens de Rome, ausquels il donnoit de grosses pensions"). Obviamente el banquete musical, que podemos considerar una conversazione o academia al estilo romano, hubo de tener lugar antes del 23 de julio y es muy probable que el repertorio que se interpretó durante el mismo fueran cantatas o, más probablemente, sonatas en trío en estilo «da chiesa» como las del op. 1 de Arcangelo Corelli (1653-1713). Debe tenerse en cuenta que la publicación de este op. 1 estuvo dedicada a la reina Cristina de Suecia con quien Portocarrero coincidió en Roma y a quien muy probablemente conoció. Aunque las sonatas se publicaron en 1681, su fecha de composición es seguramente anterior. A pesar de que las sonatas del op. 1 (junto con las del op. 3) de Corelli están escritas en un estilo más serio, denominado justamente «da chiesa» (para la iglesia), está demostrado que este repertorio también se interpretaba en las academias y conversazioni romanas. Dado el gusto moderno de Portocarrero demostrado en las ocasiones antes referidas y a pesar de que la documentación conocida no permite identificar claramente el repertorio que se interpretó durante este evento (tampoco se conocen los nombres de los músicos italianos que vinieron con el cardenal), es muy razonable suponer que se trató de música de cámara como la que estamos proponiendo.