Stella cæli extirpavit an antiphon against the plague
Asensio Palacios,
Juan Carlos
ESMUC
0000 0002 0241 1300
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Abstract
Tradition dates back to 1317 the miraculous handing over of Saint Bartholomew to the nuns of the convent of Santa Clara of the antiphon Stella cæli extirpavit to protect them against the plague epidemic that was ravaging the city. In 1677, this antiphon was printed in Barcelona, coinciding with the arrival of the last plague epidemic in Spain, which had entered Cartagena in 1676.
Keywords
antiphon against the plage , Stella cæli extirpavit (antiphon) , Margarida de Meneses (abbess) , nuns , Order of Dominicans , Francisco Gonzaga
Corría el año 1415 cuando tras la batalla de Agincourt, Carlos, duque de Orleáns, fue capturado por Enrique V de Inglaterra. Su noble condición le permitió salvar la vida a la espera de poder ser intercambiado junto a otros prisioneros. Durante el cuarto de siglo que duró su cautiverio insular, Carlos hizo amistad con algunos franciscanos y su afición por la poesía le hizo interesarse por las obras de Juan de Hoveden (+1275), franciscano inglés autor de diversos escritos espirituales tanto en latín como en lengua anglo-normanda. El texto de nuestra antífona y su inspiración debe mucho a la espiritualidad franciscana y no es casual que encontremos la primera fuente textual -sin la parte final- en un Libro de Horas de Carlos de Orleáns datado antes de 1430 (F-Pn lat. 1196, f. 231v). Serán los frailes menores quienes desarrollarán un papel muy activo durante algunas de las pestes que asolaron Europa, como nos dice, en su Cronaca, el franciscano Michele da Piazza, sicilano, ante los desastres que había causado en el siglo anterior la Peste Negra: “Los hermanos franciscanos y los dominicos y los de otras órdenes accedieron de manera voluntaria a las casas de los enfermos, les confesaron de sus pecados y les impusieron penitencia y ellos mismos murieron en tan gran número que sus monasterios quedaron desiertos…”. Superada la peste, los hijos de san Francisco comenzaron a poblar de nuevo sus casas, acometiendo una labor pedagógica y fundacional por toda Europa, lo que explica que piezas como Stella cæli pudieran llegar a lugares tan aparentemente alejados como Praga o Coimbra. Y aunque a nosotros nos mueve ahora su interpretación contra la peste, parece que fue utilizada en otros contextos. En efecto, la encontramos en un manuscrito del siglo XV para una representación de la adoración de los pastores. Además, era una de las cinco antífonas marianas que durante el s. XV se interpretaban para convocar a los estudiantes antes del toque de queda en Oxford en las vísperas de las fiestas de la Virgen. No es extraño pues que entre sus fuentes polifónicas se encuentren los conocidos Old Hall Manuscript (GB-Lbl, Add. ms 57950) y el Eton Choirbook (GB-WRec, ms 178). Como han hecho notar algunos eruditos, parte del texto de la pieza evoca las explicaciones astrológicas (Stella caeli… ipsa stella… sidera… stella maris…) uniendo la filosofía natural con la doctrina de la intercesión (…compescere…) siendo las constelaciones quienes libraban a las gentes de las úlceras de una terrible muerte provocada por la plaga (…quorum bella plebem cedunt, diræ mortis ulcere…).
Los franciscanos fueron verdaderos maestros en el uso del contrafactum. Quizás por ello hoy conservamos varias melodías de esta antífona. Encontramos varios motetes de los ss. XV-XVI -algunos de ellos de autor conocido- con este texto cuyo tenor es diferente en cada una de ellas. Una de las más interesantes la encontramos en los ff. 11v-12 del ms Trento 88, atribuida a Guillaume Le Rouge quien entre 1451 y hasta la muerte del duque Carlos formó parte de su capilla como cantor y compositor. Por ello, como decíamos, estas melodías podrían proceder de contrafacta de diversos orígenes. Posteriormente, ya del s. XVII, conservamos distintas piezas con este texto debidas a Henri Dumont, Christoph Küchler, Melchior Glettle, Giuseppe Corsi Celano o Johann Kilian Heller. Incluso en nuestros días, el joven compositor Marco Galvani (1994) se inspira en este texto para componer una obra a 4 voces mixtas que fue estrenada por The Sixteen dirigidos por Harry Christophers en 2019. La que nosotros presentamos (véase recurso), monódica, procede del Antifonario 5 del Museo Machado de Castro de Coimbra (Portugal) utilizado en Braga en el s. XVI, pero es una de las muchas -con texto y/o música- que podemos encontrar en lugares como Moissac (1628), en un procesional de la catedral de Grenoble (s. XVIIex), en un breviario de Cahors (1727) y en multitud de breviarios y devocionarios impresos de la época. De acuerdo con Solange Corbin (1952), según Guido M. Dreves en Analecta Hymnica (vol. XXXVI, p. 210), en un breviario de la imprenta Plantino (Amberes, 1734) aparece una noticia según la cual la antífona Stella cæli fue milagrosamente llevada por el apóstol san Bartolomé a los dominicos de Coimbra, durante la peste de 1480. Más tarde los franciscanos reivindicaron el milagro y fue a la abadesa del convento de santa Clara de Coimbra, doña Margarida de Meneses (1455-1520) a quien el apóstol dejó en un pergamino la antífona antes de la peste de aquel año. Este pergamino milagroso es guardado aún hoy en el monasterio de santa Clara de Coimbra. Sea como fuere, la conexión con la ciudad portuguesa de la transcripción rítmica que presentamos y su uso, quedan refrendados no solo por el antifonario del Museo Machado de Castro, sino por el documento que se adjunta impreso en Barcelona (1677) en la tipografía de Francisco Cormellas y Vicente Surià: Antiphona et ora-/tio contra lugem contagiosam. Ex Chronicis Ordinis Seraphici Fratrum Minorum con-/scriptis per R. P: Franciscum Gonzaga, eiusdem Ordinis Generalem/ conservado en al Archivo de la Parroquia de Santa María del Pi en Barcelona. Este impreso puede conectarse con la última gran epidemia de peste que afecto a las coronas hispanas en la década de 1675 a 1685, la cual causó, según Antonio Domínguez Ortiz, unos 250.000 muertos. Entró por Cartagena en 1676 y continuó su expansión hacia Murcia y Elche en 1677, desde donde llegó al Reino de Granada. El 11 de junio de 1677: “Se tuvo Consejo de Ciento [en Barcelona] sobre un aviso que se había recibido de haber contagio en las ciudades de Murcia y Cartagena”. Tras una introducción en la que se habla del monasterio de santa Clara de Coimbra, del milagro de san Bartolomé y de cómo desde aquel tiempo el cenobio está libre de la peste, el impreso incluye el texto de nuestra antífona, el versículo y su respuesta (idéntico al que ha de ejecutarse tras la antífona marial Salve, regina) junto a una oración final. El franciscano mencionado en el documento, Francisco Gonzaga (1541-1620), General de los Observantes, en el tercer volumen de su Chronache narra el milagro ocurrido en 1317 cuando la peste asediaba la ciudad de Coimbra y con ella al cenobio de santa Clara. Un mendigo extraordinariamente parecido a san Bartolomé llamó a la puerta del monasterio dejando una carta en la que decía: “Recitad esta oración; la Virgen os protegerá”. Al abrir la carta las monjas encontraron escrito el Stella caeli extirpavit… Desde entonces la antífona comienza y acaba las Horas en el cenobio. La espiritualidad que rezuma el texto, la inspiración de su melodía y la creencia de las gentes en el poder sanador de la Madre de Dios hacen que nos olvidemos que las distintas fechas en las que parece que ocurrió el milagro no concuerden.
Stella cæli
extirpavit, quæ lactavit Dominum,
mortis pestem quam plantavit primus parens hominum.
Ipsa stella nunc dignetur sidera compescere,
quorum bella plebem cædunt dirae mala (mortis) ulcere.
O piissima maris stella, a peste succurre nobis.
Audi nos Domina, nam Filius tuus nihil negans te honorat.
Salva nos, Jesu, pro quibus Virgo mater te orat.
La estrella celestial que amamantó al Señor,
expulsó la plaga mortal que los primeros padres trajeron al mundo.
La misma estrella se digna ahora para apaciguar al cielo enojado,
que aflige a las personas con crueles heridas mortales.
Oh, estrella piadosísima del mar, ayúdanos contra la plaga.
Escúchanos, Señora, ya que tu Hijo nada niega a quienes te honran.
Sálvanos, Jesús, quienes por medio de la Virgen madre te rezamos.
Véase http://www.historicalsoundscapes.com/evento/1106/barcelona/es