Domestic music in José Gómez de Lasalde and Josefa Tovar house (1745)
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Abstract
During the carnival nights of 1745, José Gómez de Lasalde and his wife Josefa Tovar organized in their Madrid residence a series of three private parties to which they invited, among others, the Sevillian poet Juan Pedro Maruján and the extraordinary soprano María Heras who delighted to the audience with his interpretations of recitatives and arias of the operas and tonadillas that sounded in the different theaters of Madrid at that time, which were praised for the improvised verses of the poet.
Keywords
domestic music making , opera , tonadilla , juguete lírico , minuet , fandango , recitative , women and musical networks project , José Gómez de Lasalde (escribano de cámara del Consejo de Castilla) , Josefa Tovar , Juan Pedro Maruján (poet) , María Heras (soprano) , Francesco Corselli (chapel master, composer)
José Gómez de Lasalde († 1749) era escribano de cámara del Consejo de Castilla y estaba casado con Josefa de Tovar Duque de Estrada. Desconocemos la ubicación exacta de su residencia en Madrid, pero posiblemente se encontrara cerca de la plaza de la Cebada. En el convento dominico de Pasión, situado en un lateral de esta plaza, esquina a la calle de Toledo y a la calle de las Maldonadas, dispone Gómez de Larralde ser enterrado, según se recoge en su testamento en el que instituye como heredera a su mujer.
Un raro impreso zaragozano, del que solo se conserva un ejemplar, preservado en la Biblioteca de la Real Academia de Bellas Artes de Granada (sig. IX-2-21, pieza 17), nos permite un acercamiento a la actividad musical que tuvo lugar en la casa de los Lasalde-Tovar durante las fiestas de Carnaval de 1745:
Versos de repente que dixo don Juan Pedro Maruján en casa de la señora doña Josepha Thovar, las tres noches últimas de el Carnaval de este presente año de 1745.
Juan Pedro de Maruján era un poeta sevillano (1708-1770), de agudo ingenio y buen repentista, que pasó una buena parte de su vida en Granada, con estancias en Madrid donde mantuvo buenas relaciones con algunos miembros de la aristocracia y personajes influyentes en la corte. Durante una de estas estancias puede situarse el evento referido en el citado impreso. Maruján, en unos versos introductorios a los lectores, señala, ocultando su nombre, que fue “una dama” que asistió a las veladas organizadas por Josefa Tovar la que adquirió los versos y los publicó en las prensas zaragozanas, donde probablemente residiera habitualmente.
En 1745, los tres días de las Carnestolendas cayeron el 28 de febrero (domingo), el 1 y el 2 de marzo (Martes de Carnaval). Parece que Maruján tuvo un serio contratiempo de salud el día 27 de febrero que hizo peligrar su asistencia a los festejos en casa de su anfitriona. Es ella, Josefa Tovar, la que le encarga que improvise unos versos dedicados a una de sus invitadas más destacadas, “Madama Heras”, que nos permiten conocer la ascendencia también andaluza de esta relevante soprano (ver recurso). Se trataba de María Heras, un personaje cuya biografía es poco conocida y que hacía solo unos meses (8 de diciembre de 1744) había cantado en el Coliseo del Buen Retiro el papel de Aquiles en la opera Aquille in Sciros, compuesta por el maestro de la capilla Real Francesco Corselli, con texto de Pietro Metastasio, para festejar la boda que iba a celebrarse por poderes entre María Teresa Rafaela, hija de Felipe V e Isabel de Farnesio, con el delfín Luis, hijo de Luis XV de Francia. Sobre las extraordinarias cualidades vocales de María Heras y su dominio del estilo y la lengua italiana no deja lugar a duda el comentario que le dedica Isabel de Farnesio en una carta dirigida a su hijo Felipe:
“No dirías que es española; pronuncia muy bien y canta completamente al gusto italiano. Si no hubiera sabido que era española no lo habría notado. En fin, es como una pequeña [Vittoria] Tesi, pero con mejor voz”. Según Álvaro Torrente se había formado como cantante en los corrales madrileños en los que hacía tiempo que este estilo italiano estaba presente en sus representaciones.
En la jornada del día 28 de febrero, Maruján dedicó sendos poemas en elogio de la Heras, probablemente recitados tras sus dos primeras actuaciones en la casa de Josefa Tovar, tras la cual se sirvió un “ambigú muy profuso”, elogiado igualmente por el poeta. Es muy probable que Maruján y Heras se conocieran y tuvieran un cierto trato, ya que, tras la colación, se le eligió para bailar con ella un minué, danzando un segundo minué con otra de las damas asistentes a la reunión. María Heras, en este primer día, cantó también un “juguete” y bailó “el fandango con la chulada que se sabe”, de nuevo objeto de los versos de Maruján que también los improvisó para despedirla.
En la jornada del día 1 de marzo, Maruján recibió a la Heras con sus versos, a los que siguieron tres brindis por ella y por los dos anfitriones. Tras esta intervención, nos dice, no queda claro si con una cierta ironía, que “en su primera edad había cantado muy bien” y vuelve a glosar las cinco interpretaciones que la cantante hizo en esta jornada, las dos últimas: “un juguete com perfectísimas manifacturas cómicas” y “otro juguete”. Maruján incorpora después unos versos que había compuesto para “una de las noches de la ópera en el Retiro”, los cuales “se refirieron en esta ocasión”.
El último día, 2 de marzo, Martes de Carnaval, “lo que se previene porque las licencias del día salven los reparos a algunos conceptos de las décimas”, Maruján dedicó varias de estas estrofas a las intervenciones musicales de María Heras, la segunda de las cuales fue “un recitado muy primoroso”, la tercera el aria “La sorte mia tirana”, la quinta “unas tonadillas cómicas” y la sexta “un juguete que tiene por estrivillo: Yo no tengo más que lo que se ve”. El aria citada pertenece a la ópera Siroe re di Persia de Pietro Metastasio. Se tiene constancia de la representación de esta obra, con música de Johann Adolf Hasse, en el teatro de los Caños del Peral en Madrid, en 1739. En esta última jornada, como en la anterior, dedico un brindis a la cantante y unos versos para despedirla.
La patrocinadora de este impreso decidió incluir también otra serie de nueve poemas de Maruján ajenos a los festejos citados.