Endowments of funeral services for the archbishops of Seville in the collegiate church of El Salvador
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Abstract
Throughout the 17th and 18th centuries, three archbishops of Seville who died and were buried in the city established funeral services in the collegiate church of El Salvador. The solemn tolling that announced them lasted for twenty-four hours and both the vigil and the requiem mass were solemnised with the assistance of the musical chapel of this institution.
Keywords
anniversary , matins for the dead (= vigil) , requiem mass , invitatory , response , Parce mihi domine (lesson 1, motet) , mapping Francisco Guerrero , Agustín de Spínola Basadone (cardinal, archbishop) , Ambrosio Ignacio Spínola y Guzmán (archbishop) , Manuel Arias y Porres (archbishop) , collegiate church of San Salvador chapter , priest , chaplains , music chapel of the collegiate church of San Salvador (Seville) , Francisco Guerrero (composer, chapel master) , José de Magallanes (composer, chapel master) , Juan Domingo Vidal (composer, chapel master) , Francisco de Paula Solis (composer, oboist, violinist, music teacher)
La colegiata del Salvador era la segunda institución sacra más importante en la ciudad de Sevilla, ubicada en el centro neurálgico de su entramado urbano. Su relación directa con las altas jerarquías de la catedral y con el arzobispo de la diócesis eran habituales, con frecuencia no exentas de fricciones, pero también se vio favorecida por las dotaciones que establecieron en ella algunos destacados miembros que ocuparon la sede hispalense en los siglos XVII y XVIII.
En este evento, traeré a colación las “honras solemnes” fundadas en la colegiata del Salvador por tres de los arzobispos de la diócesis de Sevilla fallecidos en esta ciudad, las cuales se celebraban anualmente con un aparato ritual similar que incluía la participación de la capilla de música de esta institución. Esos arzobispos fueron el cardenal Agustín de Spínola Basadone (1645-1649) que falleció el 12 de febrero de 1649, Ambrosio Ignacio Spínola y Guzmán (1669-1684), fallecido el 24 de mayo de 1684, y el también cardenal Manuel Arias y Porres (1702-1717) que falleció el 16 de noviembre de 1717. Los restos mortales del cardenal Spínola y de su sobrino fueron depositados en la iglesia jesuítica de la Anunciación, desde donde se trasladaron al Colegio de la Concepción o de las Becas, fundación del citado cardenal. El cardenal Manuel Arias fue enterrado en el panteón de arzobispos de Sevilla de la iglesia del Sagrario.
Es importante destacar que los principales espacios ceremoniales de la colegiata del Salvador cambiaron radicalmente su configuración con la transformación espacial que experimentó tras su demolición en 1671 y la construcción del nuevo templo, finalizado en 1712. Especial mención merece el espacio coral que estaba situado en la nave central de la antigua mezquita cristianizada, el cual pasó al presbiterio en la nueva fábrica barroca para, posteriormente, ubicarse en el penúltimo tramo de la nave central y, finalmente, desmontarse a finales del siglo XIX.
Para la celebración de los aniversarios de estos arzobispos, se disponía en el altar mayor un túmulo “encarnado” rodeado de doce cirios. El aparato ceremonial era de primera clase y debían asistir los capitulares, capellanes, curas y la capilla de música. Su anuncio se hacía con el “doble solemne de campana mayor y otras tres campanas por tiempo de veinte y cuatro horas”, ubicadas en el campanario instalado en el cuerpo superior del antiguo alminar de la mezquita emiral del siglo IX. Podemos fácilmente imaginar el impacto sónico que causarían en una buena parte de la ciudad estos tañidos de difuntos que se prolongaban durante veinticuatro horas, que si bien no eran frecuentes sí se repetían en más de una ocasión a lo largo del año, sumándose a los que también se efectuaban desde la matriz catedralicia.
Las actas capitulares del 7 de julio de 1673 dan cuenta de cómo debían celebrarse las honras solemnes. Constaban, como era habitual, de la vigilia y la misa. La vigilia se haría después haber dicho completas. La capilla de música cantaría el invitatorio, las lecciones y el responso final, sumándose al día siguiente para solemnizar la celebración de la misa de réquiem.
¿Que repertorio pudo interpretarse en estos aniversarios? Nada ha quedado de la Librería de música de la colegiata del Salvador, por lo que solo podemos responder parcialmente a esta pregunta tomando como referencia los inventarios conservados, los cuales son muy escasos y fragmentarios. Es probable que, al menos durante la segunda mitad del siglo XVII, se interpretara el responso y la misa de réquiem de Guerrero, ya que la colegiata tenía dos libros de coro con misas de este compositor (probablemente sus dos impresos publicados en 1565/1566 y en 1582). A partir del siglo XVIII, el repertorio de difuntos se incrementó con obras copiadas en papeles sueltos de las que da cuenta un tardío inventario de 1826, en el que se identifican compositores que desempeñaron el magisterio de capilla o fueron músicos de esta institución: José de Magallanes (1710-1731), Juan Domingo Vidal (1759-1788) y Francisco de Paula Solis (1783-1796 / 1805-1821).
Inventario de 1826
Oficio de difuntos
* Invitatorio a 8 con violines, trompas y tres bajos. También contiene la lección 1ª por el maestro [José de] Magallanes.
* Invitatorio a 6 con violines, trompas y dos bajos. También contiene la lección 1ª.
* Lección 1ª a 4 y a 8 con violines, trompas y dos bajos por el maestro [Juan Domingo] Vidal.
* Lección 1ª a 6 con acompañamiento.
* Motete a 4. Memento.
* Responso a 8, violines dobles y bajo por [Francisco de Paula] Solis.
* Tres cuadernos chiquitos manuscritos de los psalmos que sirven en los entierros de ángel.
* Tres copias de la Misa de difuntos por el maestro [José de] Magallanes.