Villancicos for the convent of Santa Inés in Seville (1634)
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Abstract
In the Biblioteca Histórica José María Lafragua, in Puebla, there is the only known copy of the earliest edition that has survived to the present day of a set of villancicos grouped under the title La harpa de Belén [MEX-Plf : 80070-42010404-7]. On the title page, the author of the texts, Félix Persio Bertiso, dedicates them to María de Soto Galán, “chapel master” of the convent of Santa Inés in Seville. These letrillas were printed again in 1655 and 1677.
Keywords
Christmas song (villancico) , Christmas songs (villancicos) , chanzoneta (secular song, see also Christmas song) , print of books , Félix Persio Bertiso (writter) , María de Soto y Gaitán (chapel master, Franciscan nun) , Pedro Gómez de Pastrana (printer) , Juan de Osuna (printer) , Juan Gutiérrez de Padilla (composer, chapel master)
In the Biblioteca Histórica José María Lafragua, in Puebla, there is the only known copy of the earliest edition that has survived to the present day of a set of villancicos grouped under the title La harpa de Belén [MEX-Plf : 80070-42010404-7]. On the title page, the author of the texts, Félix Persio Bertiso, dedicates them to María de Soto Galán, “chapel master” of the convent of Santa Inés in Seville. These letrillas were printed again in 1655 and 1677.
En la Biblioteca Histórica José María Lafragua, en Puebla, se encuentra el único ejemplar conocido de la edición más temprana que ha llegado hasta nuestros días de un conjunto de villancicos de Navidad agrupados bajo el título de La harpa de Belén [MEX-Plf : 80070-42010404-7]. La información impresa en la portada nos permite contextualizar estas “ocho letrillas y chançonetas” que se cantaban la “noche de Navidad” (véase recurso). El autor de las mismas es el poeta sevillano Félix Persio Bertiso, activo en la ciudad ya a principios del siglo XVII, y todo apunta a que este pliego era, al menos, la segunda edición de estos villancicos: “agora nuevamente impresos”. La edición salió de las prensas que Pedro Gómez de Pastrana tenía en la esquina de la Cárcel Real en 1634 y este ejemplar se encuentra formando parte de un facticio, encuadernado con otros trece pliegos de villancicos sevillanos.
Para este artículo, lo más interesante es la dedicatoria que Persio Bertiso hace de ellos a “doña María de Soto y Gaitán, maestra de capilla del insigne y religioso convento de Santa Inés de Sevilla”. En el ámbito conventual, el término “maestra de capilla” es mucho menos frecuente que el de “vicaria de coro”, no estando siempre bien dilucidados los límites precisos de sus actuaciones ni parece existir una significación unitaria para cada uno de estos cargos. El punto clave de la cuestión, objeto de debate, es si estas maestras de capilla componían. La denominación del cargo procede del equivalente masculino usado para denominar a los responsables de las capillas musicales polifónicas, los cuales, en el siglo XVII, incluso en capillas parroquiales, ejercen, con mayor o menor dedicación, como compositores. A algunas de estas monjas músicas se las denomina, ocasionalmente, como “compositoras”, sin que este término tenga la menor ambigüedad (véase: https://www.historicalsoundscapes.com/evento/1349/montilla; https://www.historicalsoundscapes.com/evento/1388/guadalajara). En su formación musical, igualmente, se contempla explícitamente su instrucción en “contrapunto y componer, metiendo letra” (véase: https://www.historicalsoundscapes.com/evento/1567/valladolid). La explicación a que en los archivos conventuales muchas de las obras sean anónimas, pudiendo ser algunas de ellas compuestas por sus maestras de capilla, se ha atribuido a las retóricas de humildad y falsa llaneza que determinan la educación de la mujer moderna, acentuada en religiosas letradas precisamente por esa condición. El humanista Luis Vives ya lo expresa con toda claridad en su Instrucción de la mujer cristiana (cap. 4, fol. 6v, traducción al castellano de Juan Justiniano. Valencia: Jorge Costilla, 1528): “y quiero que aprenda por saber no por mostrar a los otros que sabe porque es bien que calle y entonces su virtud hablará por ella”.
Con independencia de esta cuestión, lo que este impreso nos permite concluir es que en el convento de franciscanas de Santa Inés de Sevilla, al igual que en otros cenobios hispalenses, había una capilla de música, a cuyo frente se encontraba, en 1634, María de Soto y Gaitán. A ella le dedica Persio Bertiso estos villancicos que bien pudieron cantarse en esta institución regular, puestos en música por ella o por alguno de los compositores residentes en la ciudad.
El pliego incluye los siguientes villancicos:
* Romance: “Zagalejos de Belen” / Copla primera: “Un tocado de diamantes”.
* Ensaladilla: “En la iglesia de Bollullos” / Letra [1]: “Ayudádmelo a sarandar” / Letra [2]: “Esta noche desde el cielo” / [Letra 3] “Madrugastes a venir, Niño”.
* Endechas: “Pastorcico hermoso” / Estrivo: “Más llorad, niño mío”.
* Letra guinea: “¿Qué vamo a ve Catalina?”. En este villancico guineo, Persio Bertiso hace un guiño al convento al cual dedica estas letras: “¿Qué ieva mi plimo Andlés? / Yeva plato de cuscú, / que hace a Niño Sesú / la monja de Santa Inés”.
* Romance: “En Belén tocan a fuego” / Estrivo: “Agua, señores, agua”
* Letrilla graciosa de disparates: “ En la chozuela pajiza” / Copla primera: “Vino a hallarse en el parto”.
* Romance a lo valentón: “Afuera, afuera pastores”. Se trata de una jácara, donde se incorporan algunos términos del lenguaje propio de la germanía hispalense.
* Romance de la buena ventura que le dice al niño una gitana: “Hidalga, hidalga noble” / Estrivo: “¡Ay! !Qué cara que tiene!”.
La buena acogida de estos villancicos queda fuera de duda, así como su interpretación en otros contextos y espacios, ya que se hicieron, al menos, otras dos ediciones impresas igualmente en Sevilla: una en 1655 y otra en 1677, las dos a cargo de Juan de Osuna que tenía su imprenta en la misma ubicación que la de Pedro Gómez de Pastrana. En ambas ha desaparecido la dedicatoria a María de Soto y Galán. Prueba de ese éxito es la versión musical a seis voces que de la séptima letra hace el compositor Juan Gutiérrez de Padilla para los maitines de Navidad de la catedral de Puebla (México) en 1652, lo que apunta a que su fuente literaria fue el impreso hispalense de 1634 o una copia manuscrita de esa letra, a la que el compositor, explícitamente, denomina “jácara” [MEX-Pc Leg. 1/3]. Andrew A. Cashner señala que hay numerosas correspondencias entre los textos del facticio que contiene el impreso de 1634, el cual integra, como he señalado, otros trece pliegos de villancicos hispalenses, y los villancicos de Gutiérrez de Padilla –al servicio de la catedral de Puebla desde 1622 hasta su fallecimiento en 1664–, por lo que apunta: “may have even been his personal collection. If not, the Puebla chapelmaster had his own set that included many of the same imprints”.