Sending copies of Francisco Guerrero's Viaje de Hierusalem to Lima (1605 /1618)
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Abstract
In 1605 and 1618, several copies of different editions of Francisco Guerrero's Journey to Jerusalem were taken aboard the ships of the Tierra Firme fleet and received by the Lima booksellers Miguel Méndez and Jerónimo Soto de Alvarado.
Keywords
Francisco Guerrero. El viaje de Jerusalén , printed works by Francisco Guerrero , mapping Francisco Guerrero , Francisco Guerrero (composer, chapel master) , Juan de Sarriá (bookseller) , Miguel Méndez (bookseller) , Antolín Vázquez (merchant) , Jerónimo Soto de Alvarado (bookseller)
En este artículo, analizaremos dos envíos de libros desde Sevilla a Lima en el que se incluyeron ejemplares del Viaje de Hierusalem de Francisco Guerrero, cuya edición prínceps se había impreso en Sevilla en 1592.
Veáse: https://www.historicalsoundscapes.com/evento/1500/sevilla.
El primero de estos envíos fue en el viaje anual de la flota de Tierra Firme comandada por el general Francisco del Corral y Toledo que partió de Sevilla a mediados de 1605. Estaba formada por diecinueve naos de las cuales trece tenían como destino Portobelo (Panamá). El 26 de marzo de 1605, Juan de Sarriá, librero de Alcalá de Henares, había llevado a Sevilla sesenta y una cajas con libros para la rutinaria inspección por los oficiales de la Inquisición, requisito previo para ser enviados a Miguel Méndez, su agente asociado en Lima. La flota partió del puerto hispalense probablemente a mediados de mayo, especulándose que llegó a Portobelo hacia noviembre. Las sesenta y una cajas con libros habían ido en la nao de Nuestra Señora del Rosario. En Portobelo, las cajas fueron recibidas por Juan de Sarriá, hijo, que tenía entre 23 y 25 años, el cual fue el encargado de supervisar su traslado por tierra hasta la ciudad de Panamá, desde donde por barco irían hasta el puerto de Callao (Perú), puerta de entrada en Lima. En la peligrosa ruta terrestre desde Portobelo a Panamá, algunas de las cajas con libros se mojaron, lo que obligó a Sarriá hijo a sacar los ejemplares que se habían visto afectados y empacarlos en una nueva caja. Esté culpaba a los que los habían empaquetado en España, probablemente porque no habían sellado bien las cajas con cera, como era habitual para prevenir o minimizar estos incidentes.
En Panamá, el joven Sarriá tuvo que vender ocho cajas de libros para sufragar los elevados costes del flete, lo que reducía el montante total a cincuenta y tres. Las dificultades para encontrar espacio en los barcos que hacían la ruta entre Panamá y Callao hicieron que Sarriá separara otras ocho cajas que viajarían en la nao San Pedro y Nuestra Señora del Rosario en la que su primo Gregorio de la Puerta había contratado espacio, con la esperanza de que así llegaran antes a Callao, cosa que no ocurrió. Más tarde, Sarriá pudo embarcar las cuarenta y cinco cajas restantes en las naves Ave María y Nuestra Señora del Carmen, en las que él mismo se embarcó para llegar a Lima, probablemente, en mayo de 1606. La entrega de libros en Lima se protocolizo entre Juan de Sarriá hijo y el librero Miguel Méndez el 5 de junio de 1606 ante el escribano Francisco Dávila, donde se da cuenta de todo lo antedicho, según recoge la transcripción de este documento publicada por Leonard A. Irving en 1940. El listado de los libros que contenían estas cuarenta y cinco cajas se elevaba a 2.895 volúmenes, especificándose el precio de cada copia en reales. En este preciso listado, se encuentran registradas setenta y dos copias de la edición prínceps del Quijote. Entre el resto de los 163 títulos identificados de las disciplinas más variadas, se anotan dieciocho copias del “Viaje de Guerrero (Jerusalen)”, cada una de las cuales fue tasada en 4 reales (136 maravedís).
Creo que se puede concluir con escaso margen de error que estos dieciocho ejemplares pertenecían a la primera edición publicada en Alcalá de Henares en 1605 por los herederos de Juan Gracián (ver recurso). Esas copias, recién salidas de la prensas alcalaínas, serían fácilmente accesibles a Juan de Sarriá, padre, el cual residía en esa ciudad.
En el registro del navío Nuestra Señora del Rosario, pilotado por Hernando de Urquiza, que se conserva en el Archivo de Indias (Contratación, 1145A, N. 3) se recoge solo una parte de las sesenta y una cajas citadas, registradas por Juan de Sarriá, “mercader de libros, vecino de la villa de Alcalá de Henares”. En ese registro se da cuenta pormenorizada del contenido de:
“Veinte y una cajas de libros desde número cuarenta y uno hasta sesenta y uno para dar y entregar en el dicho puerto [Portobelo] a Manuel Santos de Saldaña y por su ausencia a Cristóbal de Salas y por ausencia deanlos a Tomas ¿? para que rescibiendo las dichas veinte y una cajas se invíen a Lima a Miguel Méndez y Juan de Sarriá estantes en la dicha ciudad de Lima. Van por cuenta y riesgo del dicho Juan de Sarriá que son suyos y le pertenescen. Van marcadas las dichas veinte y una caja con la marca de afuera” (ver recurso).
En esas cajas, que realmente son veinte (numeradas desde la 21 a la 40), se registran siete ejemplares de El viage de Hierusalen de Francisco Guerrero, pertenecientes a la edición de 1605 ya citada:
- Caja 27: “5 viaje de Guerrero, 8º”.
- Caja 30: “2 viaje de Guerrero, 8º”.
El 26 de marzo de 1605, en el Castillo de Triana, los inquisidores hispalenses: “cometen el despacho de estos libros al doctor Luciano de Negrón, canónigo y arcediano de Sevilla y con su aprobación pueden pasar a las Indias”. A continuación, se recoge el visto bueno del doctor Negrón y la orden de 30 de marzo para pasar por el almojarifazgo de Indias, donde se pagaba la tasa que gravaba las mercancías que entraban o salían con destino a los territorios americanos.
La tasación de las “veinte” cajas del anterior registro fue de 6.830 reales (232.200 maravedís), rubricado por Antonio Mejía y por Juan de Sarriá.
Trece años más tarde, el 2 de abril de 1618, el perulero Antolín Vázquez, vecino de Sevilla, cargaba en la nao Nuestra Señora de la Consolación, pilotada por Juan Salas, con destino a Portobelo, cuatro cajas de libros, “marcadas de la marca de afuera” (al margen del documento, ver recurso), cuya exportación había sido autorizada por la Inquisición hispalense en el Castillo de Triana el 28 de marzo de 1618. En Portobelo debían ser entregadas a Juan Alarcón Herrera que, estante en Sevilla, el 20 de abril de 1618 había conseguido la licencia pertinente para embarcarse de regreso a Perú. Los libros iban dirigidos al librero limeño Jerónimo Soto de Alvarado. Entre los volúmenes registrados que fueron enviados, encontramos:
“15 resmas [7.500 pliegos] de menudencias, el Viaje de Jerusalén, Espejos de Vida Humana, Conde Fernán González, Confesonarios, Calendarios, Carlomagnos, el Cid, Marqués de Mantua, San Alejo, Santa Francisco, Santa Escalera, Flores y Blancaflor, Roberto y coplas” (ver recurso).
En este caso, resulta más difícil saber a qué edición pertenecían los ejemplares del Viaje de Jerusalén que fueron embarcados, ya que en 1618 ya se habían impreso doce ediciones del libro de Francisco Guerrero, la últimas en Sevilla y Madrid, en 1614.