Salve

En la puerta principal de la Alcaicería que da a la calle Zacatín: “está una soberana imagen de Nuestra Señora. Es venerada de todos por ser grande el paso de la gente, arde lámpara de aceite y se dicen salves. Aquí reparan a los ajusticiados que llevan al suplicio, exhortándolos los padres de la Compañía a buen morir, haciéndoles hacer un acto de contricción”. Desconocemos cuánto tiempo estuvieron celebrándose estos actos de devoción. Hemos tomado las fechas de 1588 y 1646, ya que es este el periodo que cubren los Anales de Francisco Henríquez de Jorquera.