Domestic music at the house of José -Yusaph o Yuzaf- Pichón and Samuel Abravanel
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Keywords
domestic music making , Jewish Spanish romance , José -Yusaph or Yuzaf- Pichón (tax-collector-in-chief of Seville and its archbishopric) , Samuel Abravanel (tax-collector-in-chief of Seville and its archbishopric) , jewish community , minstrels
En el solar en el que se encuentra la sede de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía (palacio de Altamira) se alzaba la residencia de dos de los judíos más destacados de Sevilla. El primero de ellos, José Pichón (Yusaph o Yuzaf) fue almojarife (tesorero mayor) y contador mayor (administrador de los impuestos reales) de la ciudad y del arzobispado de Sevilla, nombrado por el rey Enrique II en 1369. Su posición en la corte y sus cargos le proporcionaron una gran fortuna y el recelo de judíos y cristianos. Denunciado por la comunidad judía ante el rey, fue condenado a prisión, de la que se libró pagando una fuerte suma de dinero. Fue ajusticiado el 21 de agosto de 1379 por el verdugo del rey Fernán Martín, acompañado de una delegación judía que había obtenido, indirectamente y sin especificar quién era la persona que tenían en mente, una cédula real de Juan I que permitía la muerte de los malsines (traidores que merecían la muerte según las leyes de la religión judía). Le sucedió en sus cargos Samuel Abravanel que compró y ocupó su casa en la judería donde vivió hasta la revuelta antijudía de 1391. Judeo converso adoptó el nombre de Juan Sánchez de Sevilla. Tras los acontecimientos de 1391, el solar pasó a manos del justicia y alguacil mayor del rey Diego López de Zúñiga que edificó en él su palacio a finales del siglo XIV. Resulta imposible saber cuál pudo ser la actividad musical domestica en la morada de estos ricos judíos sevillanos, pero es probable que en ella se cantaran romances judeo españoles. Algunos ejemplos de las capas más antiguas de este repertorio parece que han pervivido en el cancionero sefardí trasmitido oralmente. Las melodías del romance judeo-español comparten muchas características del corpus general de este género. Son estructuras de cuatro frases (entre ellas: A-B-C-D, A-A-B-C, A-A-B-B) cada una correspondiente a un hemistiquio, cubriendo así la melodía repetida cíclicamente a lo largo del poema dos versos de dieciséis sílabas. Solían ser cantados por mujeres, sin acompañamiento instrumental, como canciones de cuna, boda o duelo, o acompañando a las tareas domésticas. Igualmente pudo estar presente la música interpretada por los juglares, tañedores de distintos instrumentos cordófonos, sin que se sepa si el repertorio que interpretaban los juglares judíos era similar o diferente a la que interpretaban los que no lo eran.