Eucharistic plays in the corral de Doña Elvira (1619)
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Keywords
feast of Corpus Christi , eucharistic play , movable platforms for theatrical representations , theatre performance , Juan Acacio (company director) , Diego Vallejo (company director) , Miguel Barbosa (musician of the theater) , Isabel de Acosta (musician of the theater) , Jusepe del Peral (musician of the theater) , Antonio de Avendaño (musician of the theater) , Alonso Núñez (musician and dancer in the theater) , Pedro de Aranda (actor and dancer in the theather) , Luis (slave, drum player) , José de Valdivieso (writer)
En 1619 las compañías de Juan Acacio y Diego Vallego estuvieron representado en el corral de Doña Elvira los autos sacramentales que habían presentado en las fiesta del Corpus (ese año el 30 de mayo), como era habitual, obligándoseles también a representarlas en el Coliseo.
Diego Vallejo era vecino de Sevilla y residía en la colación de Santa María (El Sagrario). En su compañía se citan los siguientes músicos:
- Miguel Barbosa, vecino de Lisboa.
- Isabel de Acosta, mujer del anterior y vecina en la misma ciudad de Lisboa.
- Jusepe del Peral, músico y bailarín, vecino de Toledo.
La compañía de Vallejo representó El robo de Elena y En los mayores peligros se conoce la amistad. Para el primero, se mando hacer la siguiente tramoya: “sobre la caja [de los carros] un castillo con murallas, y un caballo grande con sus ruedas que se pueda mover. Y un pescante que salga por cima de la caja, con otro caballo blanco en que salga un hombre bien aderezado”. Para el segundo auto, sobre las cajas de los carros, se colocaron: “dos galeras de buen tamaño y proporción, la una con jarcias negras y la otra de gloria con las jarcias de muchos colores, las cuales se han de mover a la redonda, de modo que se encuentren, y ha de hacer un monte donde lo pideren los autores”.
En la compañía de Juan Acacio, se encontraban:
- Antonio de Avendaño, músico, vecino de Granada.
- Alonso Núñez, músico y bailarín.
- Pedro de Aranda, representante y bailarín.
La compañía de Acacio representó los autos La ninfa del Cielo y La serrana de Plasencia, esta última de José de Valdivieso, publicada en Doce autos sacramentales y dos comedias divinas... (Toledo, Juan Ruiz, 1622), fols. 103-114.
Para La ninfa del Cielo se mandó hacer: “una montaña con su subida y un hueco donde pueda estar una cama armada, encima un dragón muy fiero, grande y espantoso. Ha de hacer ansimismo una cruz del altura de hombre, con tres clavos y una targa [¿tarjeta?] donde han de estar pintadas las cinco llagas, y en una parte del carro una ventana. El carro estaba completamente pintado de la siguiente manera: “En una parte el Pecado, de galán, y la Malicia y el Delite, y en otra parte la Ninfa, de dama muy bizarra, el Entendimiento, Memoria y Voluntad, y el Pecado como que la requiebra. En otro carro, Cristo de pastor, y el Entendimiento y Memoria y, a la ventana, la Voluntad. En otra el Pecado, armado con una lanza, y Cristo de Pastor y el Alma de rodillas y junto a él la Memoria, Entendimiento y Voluntad”.
Para el carro de La serrana de Plasencia, se mandó hacer: “en el un medio carro como un monte con su subida y en el otro medio una sierpe con siete cabezas, de forma acomodada que pueda estar una mujer encima. Y en la otra parte un altar con un cáliz y hostia. Y ha de hacer ansimismo otro cáliz y hostia más pequeño. El carro debía ir pintado como se indica: “En un carro la serrana bandolera con su escopeta, la Ocasión y la Ociosidad. En otro el Apetito y la Ocasión y la Ociosidad con sus pistolas que saltean a un galán que es Castalio. En otro la Serrana huyendo y Castalio tras de ella. En otro la sierpe y encima la serrana con un cáliz en la mano”.
Entre los personajes de La serrana de Plasencia están los “Músicos” que, en una de las escenas cantan: “¿Por el montecico sola cómo iré?”. Hay otras intervenciones en las que “canta uno dentro”: “Salteome una serrana junto al pie de la cabaña”. Hacia el final del auto hay una tercera intervención en la que interpretan: “Señor, aunque estas saetas han sido mi redención”.
Se ha conservado el cartel del día 5 de junio en el que se anunciaban estas representaciones (véase recurso), un ejemplo excepcional en su tipología: “Vallejo y Acacio representan hoy miércoles sus famosas fiestas [autos] en Doña Elvira a las dos”. Tiene 41,50 cm. de ancho y 31 cm. de alto y está escrito con tinta en dos colores. Estos carteles estaban colocados cerca del corral de Doña Elvira, más concretamente: “en la esquina de la Borciguenería, donde suelen fijar los carteles de las comedias, estaba fijado uno conforme al que está presente en estos autos [el ejemplar que se ha conservado] y, más adentro del dicho corral, en la esquina, junto al arquillo del Atambor, que es en la entrada del dicho corral de doña Elvira donde se fijan los carteles de las comedias, estaba fijado otro cartel que decía. ‘Aquí representan Ballejo y Acaçio sus famosas fiestas, a las dos’”. Pero las comedias no solo se anunciában visualmente, también se hacía auditivamente con la ayuda de “atambores” y pífanos. En 1602, Luis de Téllez de Guzmán, “residente en Sevilla”, se concierta con el autor de comedias Luis de Oviedo, para que, durante tres meses, su esclavo Luis se encargue de “poner los carteles de las comedias y tañer el atambor para que venga la gente a verlas... en las partes y lugares de esta ciudad y fuera della en otras partes que representaredes, cada día, a las horas que es uso y costumbre”. El esclavo cobraría un real diario para su sustento y su amo 22 reales al mes.