Festival for the patronage of the Immaculate Conception (1761)

El colegio de San Bartolomé y Santiago veneraba como titular de su capilla a la Inmaculada Concepción. En la víspera de esta festividad (7 de diciembre) de 1761, el colegio celebró la concesión que el rey Carlos III había hecho, por Real Decreto de 16 de enero de ese año, del “Universal patronato de Nuestra Señora en el Misterio de su Inmaculada Concepción en todos los reinos de España e Indias”.

Para la ocasión se decoró profusamente la fachada del edificio y, por la noche, se iluminó. Esta iluminación fue especialmente destacada en la capilla, en cuyo testero se dispuso:

 “Una numerosa orchestra que acompañó a las más célebres voces de la capilla de esta santa iglesia, y después de una agradable alternativa de conciertos y cantadas se dio fin con una letanía y salve de bello gusto. La mañana siguiente se colocó en el mismo sitio otra orchestra y asistió todo el colegio a la misa que celebró su padre rector”.

Una ver terminada la misa, en la capilla se dispuso un “teatro” en el que se representarían una Loa que precedió a la alegoria sagrada Palas y Mercurio, en la que hubo dos interludios, el entremeses Antolín Compás y el Bailete de gitanos, así como una Contraloa, en las que hubo tal concurso de gente que se repitió dos veces:

“Una y otra vez se mereció igual aprobación y aplauso. Más esto no debe causar extrañeza cuando entre todos los actores, que por precisión eran muchos, no hubo alguno que no se mereciese por sí solo mucho elogios. Así en los pasajes de representación, como en los de danza, cuando la permitía algún oportuno intervalo, fueron entre sí tan iguales que todos parecían para todo y cada uno sin igual para lo que hacía. Ni es de omitir que en ninguna de las piezas de música, que fue mucha y difícil, permitieron los caballeros colegiales se oyese otra voz que la suya, obediente siempre con admiración del concurso a los instrumentos de la orchestra...”

La dirección del festejo y adorno de la fachada y capilla estuvo a cargo del padre Luis de Valdivia, presidente de Teología y Cánones, y la obra fue del padre Manuel de Valdivia, su presidente de Filosofía, ambos de la Compañía de Jesús y calificadores del Santo Oficio.

Los actores fueron los estudiantes de Teología de segundo año y los de Cánones de tercero. El compositor de la música fue Antonio Soriano, maestro de capilla de la colegiata del Salvador y el director de baile Tomás Carratalán. El “architecto de teatro, perspectivas y tramoyas” fue Juan de Perea que dispuso las siguientes “mutaciones”:

“En la Loa. Fachada del colegio con iluminación de su rejería.

En el drama. Bosque dilatado y a un lado peñasco con boca de gruta subterránea.

En el acto tercero. Trono magnífico de nube diáfana que ocupa la mitad del bosque, en que suben Palas y Mercurio.

En la contraloa. Fachada del Colegio y después el atrio interior del mismo con dos triunfos erigidos a los dos patronos de España [Santiago y la Inmaculada] a los lados del retrato de nuestro rey magestuosamente colocado sobre dos mundos”.

Los textos corroboran, en efecto, la gran cantidad de paisajes instrumentales y cantados interpretados tanto en la Loa, como en el drama alegórico Palas y Mercurio, en los interludios, la Contraloa y la Máscara, así como la participación de los actores como cantantes y bailarines, entre ellos los que desempeñaban los roles principales de Palas y Mercurio.

En el entremés Antolín Compás, se interpretó la tonadilla del Caballito del duque y la Marcha de Nápoles y se bailó un “minuet” y una “contradanzilla”. En el Bailete de gitanos, los ocho actores interpretaron “una contradanza al son de castañetas, pandero y sonajas, acompañando la orquestra”.

La fiesta se cerro con la Máscara, en la que sonó una caja y la música que estuvo presente en distintas escenas. También hubo un baile acompañado por la orquesta, a cargo de “nueve volantes, con hachas plateadas... baila el volante principal una marcha y luego forman los otros ocho una contradanza con los escudos y hachas a presencia de la Monarchia”.

El responsable de la publicación de la relación de esta festividad, Manuel Rojas y Prieto, caballero de la Orden de Calatrava y colegial del colegio de San Bartolomé y Santiago, fue uno de los actores que intervinieron en estas representaciones teatrales.