Alonso Lobo’s repertoire for the Holy Week
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Keywords
passions , lamentations , Miserere mei Deus (psalm 51) , ferial Mass , Pueri hebraeorum (motet) , In exitu Israel (psalm 113) , Christus factus est , mapping Francisco Guerrero , Alonso Lobo de Borja (composer, chapel master) , Francisco Guerrero (composer, chapel master) , Luis Bernardo Jalón (composer, chapel master) , José Muñoz Montserrat (composer, organist) , Juan de Osorio (choir chaplain, presbiter, copyist)
En 1611, Alonso Lobo dedicaba un libro al cabildo sevillano con un repertorio exclusivo para la Semana Santa. El 26 de abril de ese año, la fábrica catedralicia le libraba 68.000 maravedís por ese volumen:
“Al maestro Alonso Lobo a quién por auto capitular se le dieron por el trabajo de haber hecho un libro de canto de órgano del oficio de Semana Santa que dedicó al cabildo”.
Este libro todavía se conservaba en 1721, cuando el organista de la catedral José Muñoz de Monserrat lo inventaríe proporcionándonos su contenido y una serie de interesantes indicaciones sobre la pervivencia de algunas de sus composiciones. Incluía una misa ferial, las cuatro pasiones, el salmo Miserere mei Deus y tres lamentaciones. En este inventario ya se da cuenta del parcial deterioro que presentaba este libro, especialmente en una de sus lamentaciones. En el Libro de polifonía nº 14. Lectio Prima: De Ieremia propheta. Christus factus est et Miserere. In officio Tenebrarum Sabbatti Sancti [E-Sc 14], Juan de Osorio, presbítero y capellán de coro de la catedral, en 1772, copió la lamentación y el salmo Miserere mei Deus correspondiente a la liturgia de Semana Santa de Lobo y añadió otra composición del maestro de capilla de la catedral hispalense Luis Bernardo Jalón, el Christus factus est, con la que se completaba el repertorio musical polifónico más importante para la celebración de la última jornada del Triduo Sacro.
Volviendo al libro de 1616, este volumen se abría con una misa ferial, actualmente preservada en otro formato en el archivo de la catedral de Sevilla como fuente única. La autoría de esta obra puede deducirse a partir de los diferentes inventarios que han llegado hasta nuestros díassumarse a esta lista, las cuales se citan en un inventarioegado hasta nuestros do he señalado, se incorporiciones. XVII. En los ; continuaba con las cuatro pasiones, correspondientes al Domingo de Ramos, Martes, Miércoles y Viernes santo, las tres primeras no sabemos si coincidentes con las que se encuentran en el Códice 22 de la catedral de Toledo, la cuarta, según San Juan, debió componerla expresamente para la catedral de Sevilla; le seguía el salmo Miserere mei Deus que se cantaba el Viernes Santo; el libro finalizaba con una serie completa de lamentaciones, a 6 voces, para los oficios del Triduo Sacro.
Este libro se recoge en el inventario de 1818-1825 como Libro de Polifonía nº 2: “Libro de las 4 pasiones de facistol del maestro Lobo”. Todavía se conservaba en el archivo, en 1904, cuando es citado por Simón de la Rosa y López en su libro Los seises de la catedral de Sevilla (p. 144).
A estas obras podemos añadir una composición perdida de la que nos da cuenta el catálogo de la Librería musical de João IV (Primeira Parte do Index da Livraria de Musica, p. 399), se trata de un Miserere, “para as trevas” (tinieblas), a doce voces, que debió componerse durante los años de Lobo al servicio de la catedral de Sevilla. La misa ferial de Lobo se canonizó en la catedral de Sevilla y se interpretaba el Miércoles Santo, tal y como señala Muñoz Montserrat en el inventario de 1721:
“Esta misa está escrita en otro libro pequeño, de pergamino, y por este pequeño se canta siempre en el coro”.
La versión escrita en el siglo XVIII está incorporada en una colección de libretes con obras para la Semana Santa, todas anónimas. En esta copia, se especifica que las partes solistas, en canto llano, las cante un seise. En la copia del siglo XIX cada una de las voces se ha escrito cinco veces, además se ha adicionado una partichela para el contrabajo y un guión, con anotaciones en el Agnus dei que ponen de manifiesto un uso tardío.
Es difícil precisar si, en un primer momento, el cabildo admitió la interpretación del nuevo ciclo completo de pasiones compuesto por Lobo, sustituyendo así a las Pasiones de Guerrero, que habían sido copiadas en un lujoso volumen en 1580, pero todo apunta a que no fue de esta manera, ya que, en 1618, el cabildo acuerda que la Pasión del Miércoles Santo que debía cantarse sería la de Francisco Guerrero. Es posible que, en los primeros años, existiese una suerte de convivencia de ambos ciclos. A lo largo del siglo XVII, la ejecución de estas obras se iría decantando y fijando, hasta que quedase establecido, de forma inmutable, cuáles serían las composiciones que se cantarían en cada uno de los días. En 1721, Muñoz de Montserrat nos da cuenta, al registrar este volumen de Lobo, de cómo se había consolidado la tradición de la interpretación de las pasiones en la catedral de Sevilla:
“Y la Pasión del Viernes Santo, las más veces se canta la de este libro del maestro Lobo, y se omite la del maestro Guerrero”.
De esta afirmación parece derivarse que, a principios del siglo XVIII, seguían cantándose las pasiones según San Mateo, San Marcos y San Lucas de Francisco Guerrero y, sólo excepcionalmente, su pasión según San Juan que, habitualmente, era sustituida por la de Alonso Lobo.
Las lamentaciones de Lobo es más probable que pudieran desbancar a las de Guerrero y al menos una de ellas, como he señalado, se incorporó al canon catedralicio y se volvió a copiar en el libro escrito por Juan de Osorio en 1772.
Dos obras más pueden sumarse a esta lista, las cuales se citan en un inventario tardío del “Archivo musical de Scalas” en el que la mayor parte de las obras reseñadas corresponden a la liturgia de la Semana Santa:
“Pueri hebreorum. Lobo”. Probablemente un motete.
“In exitu. Lobo”. Era el quinto salmo para las Vísperas del Domingo de Ramos.