Burying a Muslim in the cemetery (maqbara) of Bāb Ilbīra (1494)
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Abstract
The German traveller Hieronymus Münzer, in his Journey through Spain and Portugal (1494-95), gives us an account of the burial ceremony he witnessed on his visit to the Muslim cemetery of Bāb Ilbīra, the most important cemetery in the city, on the morning of 24 October 1494.
Keywords
burial , coranic psalmody , crying , professional mourners , muslim
El viajero alemán Hieronymus Münzer, en su Viaje por España y Portugal (1494-1495), nos da testimonio de un elemento característico de las ceremonias religiosas ligadas a la población musulmana. La mañana del 24 de octubre de 1494, él y sus acompañantes salieron por la puerta de Elvira y visitaron el cementerio (maqbara) de Bāb Ilbīra, el más importante de la ciudad, que impresiona a sus visitantes por su tamaño “doble que la de Nurebemg”. La parte antigua estaba plantada de olivos, mientras que la más nueva no tenía árboles. Las sepulturas más ricas “son cuadradas y a modo de jardines, cerradas con muros de piedra” (raudas). En el cementerio nuevo, Münzer y sus compañeros asistieron a un entierro:
“Cerca del sepulcro estaban siete mujeres sentadas y vestidas de blanco; el sacerdote, vuelto hacia el oriente, cantaba a grandes voces o más bien emitía un incesante clamor, mientras las mujeres echaban en la sepultura olorosas ramas de mirto”... los moros, de igual suerte que para adorar a Dios se vuelven hacia el oriente, entierran a sus muertos con la cabeza en la misma dirección".
En el exterior de la mezquita mayor se encontraron también con un sepelio: “el sacerdote rezó ante el cadáver una larga oración y se lo llevaron para darle sepultura extramuros de la ciudad”. Es muy probable que las siete mujeres que cita Münzer, “vestidas de blanco”, o al menos algunas de ellas, fueran las plañideras que habitualmente eran retribuidas para asistir en el entierro acompañando a las mujeres de la familia.
Münzer relata también que uno de sus acompañantes, el impresor alemán afincando en la ciudad Juan de Spira, le dijo: “que cada moro se entierra en una sepultura nueva y propia; que hace los sepulcros tan pequeños que apenas cabe el cuerpo, formándolos con cuatro losas y cubriéndolos con ladrillo para que la tierra no esté en contacto con el difunto y que luego llenan la fosa de tierra y la afirman”.
El cementerio de Bāb Ilbīra, según Seco de Lucena, se extendía “desde la puerta de Elvira hasta el hoy mirador de Orlando” y su importancia es ya manifiesta en el siglo XII. Manuel Gómez-Moreno González, a finales del siglo XIX, nos dice que estaba protegido: “por una cerca o muralla con sus puertas a manera de torres, que defendían las entradas de los caminos: hallábase la primera sobre el de Alfacar, aproximadamente donde hoy está la ermita del Cristo de la Yedra; otra sobre el de Úbeda, cuyas ruinas subsisten en la última casa a mano derecha de la calle de Capuchinos; en la huerta de este convento estuvo la que protegía la carretera de Jaén; otra torre había en el camino de San Lázaro, donde se hacía justicia a los descuartizados en el siglo XVI, y la última existió cerca de San Jerónimo”. Seco de Lucena vincula la ubicación de este cementerio “a la agobiante abundancia de mezquitas y rábitas situadas en este sector de la medina. Solo alrededor de la puerta Ilbīra hubo cuatro: la de al-Qaṣṣār (nombre de persona), la de al-Ḥawra (del Álamo), la de al-Qalaqa (del Insomnio) y la de bāb Ilbīra, dentro de la misma puerta”.
Todos los cementerios árabes fueron abandonados tras la rebelión y posterior conversión de los mudéjares en 1499. Una cédula real, fechada en Sevilla el 14 de abril de 1500, concedía a los monjes jerónimos el ladrillo y piedra que había en el “osario” de la puerta de Elvira para la construcción de su monasterio. Otra Real Cédula de 20 de septiembre de ese año clausura los cementerios musulmanes. Estos cementerios se convirtieron en canteras para la febril actividad constructiva que se desarrolló en la ciudad en los años siguientes.