Endowment of the Feast of Corpus Christi and a procession
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Keywords
feast of Corpus Christi , mass , vespers , compline , mass for the octave of the Corpus Christi , procession , fireworks , dances , announcement , Andrés Bandorne (captain) , singers , wind players , music chapel of the cathedral , dances , town crier , clarion , tambourine player , children , giants
El 22 de febrero de 1687, el capitán Andrés Bandorne, vecino de la collación de San Nicolás, dotó en el convento de la Madre de Dios (dominicas) la festividad del Corpus Christi. Dejó para ello 3.600 ducados que rentaban anualmente 180 ducados. La dotación comprendía Misa mayor, Vísperas y Completas el día del Corpus, seis misas cantadas del Corpus Christi y otra de dominica, en la octava. Además, una procesión, “como antiguamente solía salir deste dicho convento”, en un domingo de julio, el más próximo a la festividad de San Buenaventura, en que se diría misa solemne cantada. La procesión se haría por la tarde, rodeando el perímetro del convento: saldría por la puerta grande de la iglesia, bajaría a la puerta reglar, siguiendo la calle de su dormitorio y por el pasadizo hasta la plazuela de su sacristía, para volver a entrar por la puerta principal. En la procesión, además de la custodia, irían una imagen de la Virgen, con su hijo en los brazos, otra de Santo Domingo y otra de Santa Catalina de Siena. La procesión iría acompañada de un grupo de cantores y cada imagen por dos ministriles. Además, irían una o dos danzas y se dispararían ruedas y cohetes de fuego. En 1692, la dotación se aumentó con otros 3.400 ducados. Gracias a ello, la procesión se incrementó con otras imágenes del Niño Jesús, San Francisco, Santo Tomás de Aquino, la Virgen del Rosario, Nuestra Señora de la Montaña, San Vicente, Santa Rosa y la imagen de plata de la cabeza de San Laureano, todas ellas en pasos bien adornados. Además de los gigantes y las danzas, irían doce niños con hachas delante del guión, y acudiría la música de la catedral. Se incrementaría el número de ministriles y los fuegos de artificio. La procesión se anunciaba el día antes, con música de clarines y de un tambor, con acompañamiento de un alguacil y un pregonero que anunciaba la fiesta a lo largo de las calles del recorrido. Estas se adornaban y cubrían con arrayán, el cual proporcionaba un elemento sensorial odorífico añadido y característico de esta y otras procesiones. Se celebró hasta 1834.
Andrés Bandorne fue un importante mecenas de este convento. Entre 1682 y 1697, se acometieron importantes obras en su iglesia costeadas por este benefactor, entre ellas el impresionante retablo, obra de Francisco de Barahona, dorado y estofado por José López y en el que se aprovecharon imágenes y otros elementos del anterior retablo de Jerónimo Hernández.