Instrumentalists, instruments, liturgical ornaments and vestments for Santa María la Antigua de Darién (1514-c.1524)
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Abstract
In 1514, Pedro Arias Dávila's large expedition set out from Seville to transform the fortress of Santa María la Antigua del Darién (Colombia) into the first colonial urban settlement on the American mainland, which was to have a short-lived life. The expedition included Fray Juan de Quevedo y Villegas, the first bishop of the newly created diocese, a suffragan of that of Seville, in charge of buying ornaments for its churches. A group of trumpeters and other instrumentalists also formed part of this company, and in the following years new musical personnel would join them to take up posts at the service of the city, the church and the new social elite.
Keywords
heraldic music , domestic music making , mass , vespers , claviorgan , organ , clock , to play the claviorgan , to play the organ , pipe organ introduction mapping , Pedrarias Dávila (= Pedro Arias Dávila, governor of Castilla del Oro) , Jorge Fernández (trumpet) , Pascual de Olías (trumpet) , Francisco Gómez (trumpet) , Eugenio Rodríguez (trumpet) , Juan de Pliego (trumpet) , Fernando de Vega (trumpet) , Fernando (drum player) , Miguel (drum player) , Diego (drum player) , Juan de Audinete (drum player) , Alonso Barba (tambourine player) , Francisco de Viana (bagpiper) , Pedro Valenciano (harpist) , Juan Martínez Cabrita (kettledrummer) , Miguel Bandaca (drum player) , Martín Solano (fife) , trumpeter , drum player , drum players , bagpiper , harpist , fife , tambourine player , Juan de Quevedo (bishop Santa María la Antigua del Darién)
El 6 de diciembre de 1513, se expide una Real Orden para los oficiales de la Casa de la Contratación en Sevilla y al tesorero y contador de la provincia de Castilla del Oro para que señalen de los doscientos hombres que han de ir en la armada de dicha tierra los que les parezcan para trompetas, con el mismo sueldo que los soldados (Archivo General de Indias, Panamá, 233 ,L.1, fol. 129v). La realidad fue que el salario de los músicos, con 1.125 maravedís al mes, fue algo más elevado que el de los soldados, ya que el de estos últimos ascendía a 750 maravedís mensuales. Este documento puede contextualizarse en la famosa empresa colonizadora conocida como Armada de Castilla del Oro (1513-1514), de la que se ha conservado un manuscrito con la totalidad de sus gastos: Cuentas del gasto de la Armada que fue a Castilla del Oro a cargo de su gobernador Pedrarias Davila, dado por el tesorero de la Casa de Contratación Don Sancho de Matienzo (Libro de Armadas de 1513 a 1515. A.G.I, Contratación, 3253). El gran territorio conocido como Castilla del Oro tenía como capital Santa María de la Antigua del Darién, primer asentamiento español permanente en el continente americano, fundado en 1510, que tomó el nombre de la Virgen de la Antigua de la catedral de Sevilla. Las cifras oficiales de la expedición varían desde 1.250 a cerca de 2.000 personas y de 19 a 22 embarcaciones que desde Sevilla fueron a Sanlúcar de Barrameda, haciéndose a la mar (tras un primer intento fallido) el martes 11 de abril de 1514.
La empresa fue anunciada en Sevilla por el pregonero Francisco Vázquez y por los cuatro trompetas de la ciudad, según consta en el citado manuscrito (fol. 156v):
- “Que se pagaron a Francisco Vázquez, pregonero, que pregonó las libertades que su alteza concedió a Tierra Firme, tres reales de plata... 102 maravedís”.
- “Pagáronse más a cuatro trompetas de la ciudad que sirvieron en el pregón que se dio sobre fianzas y libertades que su alteza concedió a los que fueron a poblar a la dicha tierra firme doce reales... 408 maravedís”.
La nómina de la hueste real que llevo Pedrarias Dávila a Castilla del Oro, firmada en Sevilla, el 19 de enero de 1514 (A.G.I, Contaduría, 1451), nos proporciona la relación completa de las 210 personas contratadas por mandamiento de una Real Orden de 5 de septiembre de 1513. En ella se relacionan los siguientes músicos:
* Jorge Fernández, trompeta.
* Pascual de Olías, trompeta.
* Francisco Gómez, trompeta.
* Eugenio Rodríguez, trompeta.
* Juan de Pliego, trompeta.
* Fernando de Vega, trompeta.
* Fernando, atabalero.
* Miguel, atabalero.
* Diego, atabalero.
* Juan de Audinete, atabalero.
* Alonso Barba, tamborino.
* Francisco de Viana, gaitero.
* Maestre Pedro Valenciano, tañedor de arpa.
* Juan Martínez Cabrita, atambor.
* Miguel Bandaca, atambor.
* Martín Solano, pífano.
Las Cuentas del gasto de la Armada que fue a Castilla del Oro dan cuenta de algunos de sus instrumentos y sus emblemas:
- “Tres pares de atabales de cobre con sus palotes y una gaita” (como hemos visto los atabaleros en nómina eran cuatro).
- “Seis paños de damasco colorado de las trompetas con cada tres cordones e dos borlas grandes e un botón todo de sarga”.
Además, las Cuentas (fol. 149r) citan a “Juan Portugués, grumete por veinte días [salario] que sirvió en la carabela de que es maestre Pedro de Ledesma hasta que le sacó el gobernador [Pedrarias Davila] para atambor por el sueldo e mantenimiento seiscientos y veinte maravedís”. Estos instrumentos tañeron en el puerto de Sevilla para señalar que la armada se disponía para zarpar a las Indias.
El asentamiento de Santa María de la Antigua de Darién duró solo quince años entre 1510 y 1525. Durante muchos años su antiguo emplazamiento fue una incógnita, solo desvelada en tiempos muy recientes. Un proyecto multidisciplinar de identificación y delimitación de área ocupada por la antigua ciudad española y la verificación de la hipótesis de que Bahía La Gloria y su isla fueron el puerto de la ciudad en el mar Caribe fue patrocinado por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia y del Ministerio de Cultura en el año 2013, obteniéndose resultados bastante relevantes. La colonia inicial fue construida al lado de un poblado indígena llamado Darién. El proyecto citado cita al menos cuatro momentos fundacionales, el segundo de ellos el de 1510 por Martín Fernández de Enciso y Vasco Núñez de Balboa que con trescientos españoles huían del sitio de San Sebastián de Urabá. Ellos son los que construyen la primera capilla dedicada a la Virgen de la Antigua. En 1514, justo antes de la llegada de Pedro Arias de Ávila, según Fernández de Oviedo, había en Darién:
“Quinientos y quince hombres que estaban allí avecindados, y tenían fechas más de cien casas o buhíos… Había entre aquellos pobladores primeros más de mil e quinientos indios e indias naborías que servían a los cristianos en sus haciendas y casas (Historia, vol. 3, libro XXIX, cap. VIII).
Pedro Arias Dávila, gobernador de Castilla del Oro, fue en encargado de transformar el antiguo fuerte en una ciudad a la manera castellana con una catedral, iglesias, monasterios, hospital, prisión, casa de fundición y casa de contratación. La diócesis de Santa María de la Antigua del Darién (1513) fue la primera en tierra firme, sufragánea de la de Sevilla, cuyo primer obispo fue fray Juan de Quevedo y Villegas consagrado por el arzobispo hispalense Diego de Deza el 29 de enero de 1514, el cual llegó para ocupar su silla obispal en la expedición de Pedro Arias Dávila el 30 de junio de 1514. El 23 de septiembre de 1513, Sancho de Matienzo, tesorero de la casa de la Contratación y canónigo de la catedral de Sevilla, pagaba a fray Juan de Quevedo la suma de 460.169 maravedís: “para los ornamentos e aderesços de las iglesias de su obispado según se contiene en una nómina firmada del obispo de Palencia [Juan Rodríguez de Fonseca] e secretario [López] Conchillos”. Este montante se debió materializar en las “once arcas con ornamentos de la iglesia y otras cosas de su servicio” que se cargaron en una de las naos. Con fecha de 29 de noviembre de ese año, las cuentas recogen también los gastos que había ocasionado la expedición en Roma y el envío a Sevilla de las bulas “al obispo e obispado de don fray Juan de Quevedo, obispo de Santa María del Antigua de la dicha Castilla del Oro”. En la empresa, acompañaban al obispo doce clérigos (de los que se citan sus nombres) y el bachiller Villadiego, destinados a constituir el primer cabildo catedralicio en el continente, ya que se especifica: “que van con el obispo don fray Juan de Quevedo a Castilla del Oro en cuenta de su salario entretanto que sean proveídos de beneficios”.
El rey concedió al obispo Quevedo quince toneladas para embarcar en la expedición, detallándose todos los bienes que le pertenecían, entre ellos se encontraban las once arcas citadas con los ornamentos y, lo que presenta especial interés, “un clavecímbano con sus fuelles”. Todo apunta a que se trataba de un claviórgano y a que fue el primer instrumento de teclado que llegó al continente americano. Es probable que sirviera tanto para un uso doméstico como sacro.
La catedral de Santa María de la Antigua del Darién fue también la primera en el continente que tuvo un órgano. El 6 de septiembre de 1521, se expide en Burgos una Real Cédula al lugarteniente y gobernador de Castilla del Oro, que seguía siendo Pedrarias Dávila, y a los oficiales reales de dicha provincia, para que con cargo a la real hacienda se provea a la iglesia de Santa María de la Antigua del Darién de un reloj y un órgano. Es más que probable que ambos objetos se movieran de su emplazamiento cuando, en 1524, el dominico hispalense fray Vicente de Peraza, segundo obispo de la diócesis, trasladó la sede catedralicia a la recién fundada ciudad de Panamá (1519).
A los primeros músicos de la expedición de Pedro Arias Dávila debieron unirse otros en los años sucesivos, para ocuparse en puestos al servicio de la ciudad, de la iglesia y de la nueva élite social de este primer enclave urbano en tierra firme.
La mayor parte de la población y la sede de la diócesis se trasladó a la nueva ciudad de Panamá, fundada por Pedro Arias Dávila el 15 de agosto de 1519. La efímera ciudad de Santa María del Darién se encontraba casi despoblada c. 1524 cuando una rebelión indígena acabó con los últimos habitantes españoles que quedaban en ella.
Véase también:
