Musical resources in Tuy Cathedral (1582-1597)

Ruiz Jiménez, Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988

Abstract

Partial reconstruction of Tuy Cathedral (Pontevedra) musical resources during the period 1582-1597, made from the Libro de cuentas de Fábrica (1582-1623) of this institution preserved in the Clero section of the Archivo Histórico Nacional. 

Keywords

recruitment of musicians , purchase of a book of polyphony , polyphonic choirbook copying , Agustín Sarins (chapel master) , Tomás Portillo (composer, chapel master) , Enrique de Escafén (chapel master) , Antonio de Parga (choirboy, chapel master) , Pedro Gutiérrez (composer, chapel master) , Antonio de Carranza (organist) , Gonzalo Estévez (succentor) , Melchor Méndez de Verducido (organist) , Manoel de Sousa (organist) , Salvador Francisco (succentor) , Diego de Flandes (bass singer) , Salazar (singer) , Jacome Rodríguez (singer) , Antonio de Parga (singer, chapel master) , Bartolomé de Oña (alto singer) , Vicente Morante (bass singer) , Alonso el Redondo (copyst) , Juan Esquivel de Barahona (composer, chapel master) , Tomás Luis de Victoria (composer)


El origen del puesto de maestro de capilla en la catedral de Tuy (Pontevedra) se encuentra en las Constituciones sinodales de esta diócesis. En 1528, se decreta:

“[De los maestros y cáthedras] Otro sí porque hallamos en este nuestro obispado, en la visitación que hecimos, grande ignorancia y falta de todas sciençias, y que la mayor parte de los clérigos deste obispado no saben gramática ni cantar, que es grande dolor de lo oír y ver, y los grandes males que de la ignorancia se siguen a los clérigos y a las iglesias y a los que por ellos han de ser enseñados, y la obligación quel estado de la iglesia tenemos de saber para enseñar y ser luz y exemplo y justos jueces de las ánimas, y la cuenta a que somos obligados de dar habiendo este defecto y con cuanto peligro se usa el oficio sacerdotal, y vista la habilidad de las gentes deste obispado y la salud y aires desta ciudad, para el bien universal y lumbre de todo el obispado, clerigos y legos, ordenamos y mandamos que perpetuamente haya en esta ciudad una cáthedra de grámatica y poesía con un repetidor, personas señaladas elegidas de la universidad de Salamanca, Valladolid o Alcalá podiendo ser habidas, donde no de otras, y una cáthedra de canto según y como y con las condiciones y dote que abajo se hará minción, en fin destas costituciones y en el sígnodo siguiente del año de mil y quinientos y veinte y nueve”. 

En los decretos del año 1529, se confirman las citadas cátedras y se regulan sus salarios:

“Primeramente que por cuanto en el sígnodo del año pasado se había ordenado y mandado que oviese perpetuamente en esta ciudad perpetuamente una cáthedra de gramática con un repetidor, y otra cáthedra de canto con ciertas condiciones y vínculos, y para dote dellas habían situado y consentido perpetuamente medio bucio de pan sobre cada pila para las dichas cáthedras, según que más largamente sobre la dicha institución se contiene”.

“Otro sí, ordenaron y mandaron que desta dicha dote haya la cáthedra principal de gramática veinte mil maravedís y la cáthedra de canto quince mil maravedís, y el repetidor de gramática diez mil maravedís y sus derechos como dicho es”.

Carlos Villanueva, en la voz “Tui” del Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana (Madrid: SGAE, 2002), al hablar de la capilla de música de la catedral, nos dice:

“No se conserva hasta el siglo XVII una documentación correlativa y sin lagunas que permita conocer los antecedentes musicales del templo catedralicio. El primer intento de ordenación de la actividad musical se registra en 1545, fecha en la que por iniciativa del obispo Miguel Muñoz se dotó una ración para el maestro de capilla… el primer maestro del que se tiene noticia es Agustín Sarins, del que no se conserva ninguna obra. En 1645, se escribió para buscarle sucesor a las catedrales de Ourense y Santiago, fruto de cuyas gestiones es la presencia del primer maestro de capilla del que se conserva música en el archivo: Tomás Portillo”.

Como vemos, ni una sola noticia era conocida sobre los efectivos musicales de esta catedral para la centuria 1545-1645. La localización del Libro de cuentas de Fábrica de esta institución para los años 1582 a 1623, conservado en la sección Clero del Archivo Histórico Nacional, del que daba noticia en un artículo anterior, me permite ahora reconstruir quiénes fueron los músicos que trabajaron en la catedral de Tuy durante el período 1582-1597, sin incluir a los ministriles que fueron incorporados a la catedral en 1586 y objeto de estudio en el citado artículo:

http://www.historicalsoundscapes.com/evento/1297/tuy/es.

Mi experiencia en archivos eclesiásticos catedralicios hace que sea consciente de que la reconstrucción de los efectivos musicales de la catedral de Tuy a partir únicamente de este Libro de cuentas de Fábrica nos va a proporcionar una imagen incompleta de los mismos, ya que solo refleja una parte de la compleja maquinaria administrativa y económica de esta institución. A pesar de ello, trataré de elaborar un primer bosquejo que permita hacernos una idea de quiénes eran estos músicos y poner así una pieza más en el incompleto puzzle de la música sacra del siglo XVI en la Península Ibérica.

Las cuentas anuales en la catedral de Tuy comprendían el periodo que iba desde el 1 de agosto hasta el 31 de julio del año siguiente. Faltan, tal vez porque ya se hubieran extraviado en el momento en que se encuadernó este libro, las correspondientes al año 1593-1594 y las que van desde el 1 de agosto de 1597 al 31 de julio de 1604.

Los libramientos más antiguos conservados del año 1582 nos proporcionan los nombres de los primeros músicos conocidos al servicio de la catedral, sin que se pueda precisar desde qué fecha servían en ella:

- Al frente de la capilla de música, se encontraba el “cantor y maestro de capilla… Escafén”, con un salario de 30.000 maravedís. Como veremos a continuación, este cargo tuvo durante este periodo una gran estabilidad. Se trata de Enrique de Escafén, primer maestro de capilla del que se tiene noticia en la catedral de Tuy hasta este momento. Las actas del cabildo municipal confirman que era racionero. El 3 de marzo de 1600, se recoge en esas actas (fols 138v-140r) que los hermanos Enrique y Pedro de Escafén, hijos del racionero de la catedral de Tuy, Enrique de Escafén, habían presentado unas cédulas reales fechadas el 22 de abril y el 2 de diciembre de 1585, por las que se les daba licencia para heredar 400 ducados de su padre, y otras dos del 25 de octubre de 1589 y el 1 de febrero de 1590, en las que se ordenaba que fuera admitidos en los oficios públicos reales y concejiles de todas las ciudades del reino, excepto en lo que tocaba a hidalguía y excepción de pecho y derechos, las cuales se copiaron en el citado libro capitular. Estos documentos nos permiten concluir que Enrique de Escafén, probablemente viudo, había estado casado y tenía dos hijos, posiblemente ya mayores de edad en 1585. Si tenemos en cuenta que esa mayoría de edad estaba establecida a los 25 años, podemos retrotraer su fecha de nacimiento con anterioridad a 1540. Falleció en 1604, como confirman las cuentas de Fábrica del 1 de agosto de 1604 al 31 de julio de 1605, en las que encontramos los siguientes libramientos:

Fol. 71v. - [Parga] “Ítem que dio a [Antonio de] Parga por el salario de diez meses de maestro de capilla que sirvió y más cuatro ducados que se le dieron para irse, veinte y tres mil ducientos y setenta y cuatro maravedís Contando a razón de setenta ducados al año”.

“[Maestro de capilla] Que pagó a Pedro Gutiérrez, maestro de capilla, noventa y un reales y veinte y dos maravedís de la recompensa de otros tantos que ganó el maestro Escafén, difunto, de la media anata de su prebenda que hasen maravedís, tres mil ciento y diez y seis”.

Las diligencia para conseguir que viniera el maestro de capilla las hizo el doctor Padella, al cual se libraron 12 ducados. A Pedro Gutiérrez se le enviaron 300 reales “para que viniese”, al parecer de Santiago de Compostela, ya que se pagaron también 24 reales a un peón “que fue a Santiago para este negocio del maestro de capilla”. 

No es hasta las cuentas de 1609-1610 cuando encontramos, por primera vez, la referencia expresa al maestro de capilla como el responsable de la cátedra de canto instituida en 1529: “Fol. 108v. [Maestro de capilla] Primeramente, treinta mil maravedís que pagó de salario de la cáthedra de canto al maestro de capilla”. De manera similar se recoge en los libramientos de 1610-1611: “Ítem, da por descargo treinta mil maravedís que pagó al maestro de capilla Pedro Gutiérrez del salario de la cáthedra de canto”.

- En 1582, el organista era Antonio de Carranza, con un salario de 90 ducados (33.660 maravedís). Permaneció en este puesto hasta finales de noviembre de 1584.

- En 1582, el sochantre era Gonzalo Estévez, con un salario de 24 ducados (8.976 maravedís). En sus libramientos de 1584-1585, 1585-1586 y 1591-1592 se señala: “a Gonzalo Estévez, por cantar canto de órgano 24 ducados”. Era muy frecuente que el sochantre, habitualmente con un registro de bajo, cantara polifonía con la capilla de música. Aparece por última vez en las cuentas de 1595-1596. 

En los salarios del periodo anual del 1 de agosto de 1582 al 31 de julio de 1583, no hay más cargos musicales. Se consignan, además: “los capellanes de las misas de Nuestra Señora que se dicen los sábados”, los cuales reciben 8.870 maravedís de la dotación efectuada por el canónigo Juan Fernández de San Millán. A estos se puede añadir un capellán que servía en el coro, con un salario de 50 ducados anuales (18.700 maravedís), el cual era pagado de la misma dotación.

Parece evidente que esta foto fija de los efectivos musicales de la catedral de Tuy es incompleta, ya que solamente con ellos no se podría cantar polifonía. Todo apunta a que algunos de los mozos (seises) y capellanes de coro estuvieran involucrados también en esta actividad, ya que estos probablemente fueran los alumnos del maestro de capilla en su cátedra de canto. En los años subsiguientes, iremos viendo como, de manera regular o esporádica, aparecen otros componentes de la capilla de música. Este hecho, como ya he señalado, se debe a la visión parcial que nos transmite una sola fuente, de la que quedan fuera aquellos cuyas remuneraciones fueran recogidas en otras series documentales o que no las percibieran directamente por un cargo estrictamente musical. Los he ordenado según su oficio, precisando el periodo en el que pueden documentarse en este libro de fábrica.

* Organistas:

- Melchor Méndez de Verducido. Sirvió en la catedral desde el 17 de febrero de 1585 al 7 de septiembre de 1595 con un salario de 100 ducados (37.400 maravedís).

- Manoel de Sousa [“Sosa”]. Portugués. Sirvió desde el 8 de septiembre de 1595 hasta finales de julio de 1606 con un salario anual de 120 ducados (44.880 maravedís). Se le concedió una gratificación cuando se fue a Portugal.

* Sochantres:

- Salvador Francisco. Aparece por primera vez en las cuentas de 1596-1597. Las cuentas de Fábrica a partir de 1604 no recogen los libramientos al sochantre.

* Cantores:

- Diego de Flandes, cantor bajo. Se le contrató el 20 de abril de 1587, con un salario de 24 ducados anuales ( 8.976 maravedís), sin que se especifique su cargo, el cual conocemos en el libramiento del año siguiente, cuando se le abonan 3.366 maravedís “hasta el día que se fue”, lo cual debió ser a mediados de diciembre de 1587, concretándose entonces que era “contrabajo”.

- Salazar, cantor, sirvió siete meses (cuentas de 1589-1590) con un salario de 8.726 maravedís anuales.

- Jacome Rodríguez, cantor. En las cuentas de 1589-1590, se especifica que se le acrecentó el salario en 1.500 maravedís. No había aparecido antes. Las cuentas de 1590-1591 precisan que era “mozo de coro” y que este salario lo cobraba por cantar “contrapunto”, en las de 1591-1592 por cantar “canto de órgano”. En las cuentas de 1594-1595 se le pagan de salario cuatro ducados (1.496 maravedís) anuales por “cantor”. No vuelve a aparecer.

- Antonio de Parga, cantor. En las cuentas de 1589-1590, se especifica que se le acrecentó el salario en 1.500 maravedís. No había aparecido antes. Las cuentas de 1590-1591 precisan que era “mozo de coro” y que este salario lo cobraba por cantar “contrapunto”, en las de 1591-1592 por cantar “canto de órgano”. No vuelve a aparecer, aunque probablemente se trate de “Parga”, el maestro de capilla que, de forma transitoria, sustituyó a Enrique de Escafén tras su fallecimiento en 1604.

- Bartolomé de Oña, cantor contralto. Aparece con un salario de 20 ducados anuales (7.480 maravedís) en las cuentas de 1594-1595 (faltan las del año anterior, lo que impide saber cuándo se le contrató). Sirvió dos tercios del año 1595-1596, por lo que debió cesar a finales de marzo de 1596.

- Tiple. En las cuentas de 1595-1596 se abonan 3 ducados (1.122 maravedís) al deán Pedro de Tovar que se le dieron a un tiple que vino de Santiago de Compostela.

- Vicente Morante, cantor bajo. En las cuentas de 1594-1595 se le libran por siete meses y dos días 11 ducados (faltan las del año anterior, por lo que no sabemos cuándo se le contrató). Se especifica que el cabildo le libró otros 11 ducados y el obispo Bartolomé de las Plaza otros 15 ducados y diez reales, lo que apunta a un patrocinio mixto.

Las cuentas de Fábrica de 1604-1605 en adelante ya recogen, con una cierta regularidad, además del organista y el maestro de capilla, cantores con los registros de tiple, contralto y tenor. En cualquier caso, todo apunta a una capilla musical con unos efectivos vocales para esta época bastante limitados y con unos salarios muy reducidos, lo que contrasta con el elevado número de ministriles que mantuvo desde su contratación en 1586 hasta al menos la primera década de siglo XVII.

Con respecto al repertorio interpretado por la capilla de música en este periodo nada sabemos. La primera noticia de la copia de un libro de polifonía aparece en las cuentas correspondientes al periodo de 1 de agosto de 1605 al 31 de julio de 1606 (fol. 78v):

“Primeramente dio a Alonso el Redondo por haber escripto los himnos y magníficas, villancicos y motetes que compuso el maestro Pero Gutiérrez y de papel y tinta cinco ducados que son maravedís mil y ochocientos y setenta”.

En las cuentas del 1 de agosto de 1610 al 31 de julio de 1611 (fol. 118r), encontramos la primera noticia de la compra de un libro de música impreso (ver recurso):

“Más dio al doctor Solano, canónigo desta Santa Iglesia, ciento y cincuenta reales para inviar al maestro Esquivel por el libro de canto que se le compró el señor obispo que son maravedís cinco mil y ciento”.

Con esta anotación resulta imposible saber si trataba del Missarum liber primus (Salamanca: Artus Taberniel, 1608) o de los Motecta festorum et dominicarum cum communi sanctorum (Salamanca: Artus Taberniel, 1608) del compositor Juan Esquivel de Barahona.

Entre los anónimos del Libro de polifonía n.º 3, fols. 2v-3r, de la catedral de Tuy, encontramos la antífona Vidi aquam de Tomás Luis de Victoria. 

Source:

Archivo Histórico Nacional. Sección Clero, libro 10.393.

Bibliography:

Synodicon hispanum I. Galicia. Antonio García y García (dir. ed. ). Madrid: Editorial Católica (Biblioteca de Autores Cristianos), 1981, 513, 533. Corpus Xelmírez- Corpus lingüístico da Galicia medieval – http://sli.uvigo.gal/xelmirez/.

López Gómez, Pedro, “Tui y su archivo en el siglo XVI según el «Libro antiguo» de la ciudad”, La ciudad hispánica durante los siglos XIII al XVI. Madrid: Editorial de la Universidad Complutense, 1985, 212-213.

Villanueva, Carlos, “Tui” en Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana. Madrid: SGAE, 2002, 502.

Created: 25 Apr 2021
Modified: 06 May 2021
Referencing: Ruiz Jiménez, Juan. "Musical resources in Tuy Cathedral (1582-1597)", Historical soundscapes, 2021. e-ISSN: 2603-686X. https://www.historicalsoundscapes.com/en/evento/1310/tuy.
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Resources

Interior of the cathedral of Tuy (Pontevedra). Partial view of the old choir

Libro de Fábrica of the catedral of Tuy (Quittance 1582-1583), fol. 5v

External link

Libro de Fábrica of the catedral of Tuy (Quittance 1610-1611), fol. 118r

External link

Vidi aquam. Tomás Luis de Victoria