Ceremonies held in Girona for the reception of the relic of the head of Saint Gratus of Aosta (1637)

El Dietari redactado por Jerónimo de Real nos proporciona una valiosa información sobre el devenir de la vida ciudadana en la ciudad de Gerona en el siglo XVII. En mayo de 1637, el capiscol de la catedral comunicó al cabildo de la ciudad el envío que el abad Crescencio hacía desde Roma de la reliquia de la cabeza de San Grato, proponiéndoles que, si era de su gusto, llevarían la reliquia a la capilla de “Casa la Ciutat”, regresándola a la catedral al día siguiente. La corporación aceptó gustosa la proposición, adornando e iluminando especialmente para la ocasión la capilla de San Miguel y haciendo las demostraciones de regocijo con jeroglíficos y epigramas alabando al Santo y a la ciudad.

A las cinco de la tarde, cuatro capellanes llevaron la reliquia de la catedral a la capilla de San Miguel “sens serimonia”, la cual fue colocada sobre el altar. Una hora más tarde, se abrió la capilla para dar comienzo a la celebración de unas completas que fueron solemnizadas con la capilla de música y ministriles enviados desde la catedral, los cuales prolongaron su actuación musical hasta las diez de la noche, en la que se interpretaron villancicos probablemente escritos para la ocasión por Tomás Cirera que era el maestro de capilla en la citada institución catedralicia. Hubo una gran concurrencia de público, cerrándose las puertas de la capilla a las once de la noche.

La vertiente lúdica de la fiesta tuvo lugar en la calle. En la plaza del ayuntamiento, frente a la puerta del consistorio, decorado con “moltas graellas” y con luminarias en las ventanas, se prendió fuego a “una estatua de un emperador tiran plena de cuets”. 

A la mañana siguiente, día 1 de junio, a la seis de la mañana, los cuatro capellanes citados volvieron a la capilla de San Miguel, sin que se dijera misa en ella. A las ocho, se juntaron en la casa consistorial los jurados, cofradías “y banderas, àliga, jagant, jagantessa y ministrils”. Media hora más tarde, llegaron desde la catedral, en forma de procesión por el carrer dels Ciutadans, el obispo, el capiscol, el clero, la representación de las distintas órdenes religiosas “y banderas”, los cuales se quedaron en la plaza del ayuntamiento. Como vemos, se habían reunido todos los componentes habituales en una procesión general, incorporando algunos de los elementos característicos del desfile procesional del Corpus Chisti gerundense: el águila, el gigante y la giganta. El águila era un elemento identitario en las procesiones del Corpus Christi y en otros desfiles solemnes de ciudades como Barcelona, Tarragona y Gerona. Hecha con un armazón de cartón y madera, podía llevar una corona dorada y una paloma viva en el pico y era habitual que la persona que iba dentro fuera danzando en la procesión.

Entraron en “la casa la Ciutat” el obispo, el capiscol y el “clero”, donde fueron recibidos por los jurados y corporación municipal. En el interior de la capilla de San Miguel, se interpretó un villancico, se dijo una oración y se canto el Te Deum laudamus. Terminada la ceremonia, se procedió a tomar la reliquia de la cabeza de San Grato para devolverla en procesión a la catedral, pasando por la plaça de les Cols y el carrer de les Ballesteries, entrando por pujada de Sant Feliu para llegar a la Seo. En la catedral se ofició una misa pontifical, en la que se predicó un sermón, con la cual se dio por concluida la jornada festiva.

Según publicaba Félix Durán en el artículo “La orfebrería catalana” (1916), en la catedral de Gerona se conservaba un relicario de plata con adornos de oro pedrería y cristal con la cabeza de San Grato, el cual fue encargado en 1635. Este relicario desapareció durante la Guerra Civil.