Dances that took part in the Corpus Christi procession in 1565
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Abstract
Dances that took part in the Corpus Christi procession in 1565.
Keywords
feast of Corpus Christi , general procession , dances , women and musical networks project , Matachines dance , swords dance , black dance , Hungarian dance , Valencian dance , women's dance , boys' dance , Matías Gómez (dance teacher) , dances , tambourine player , Francisco García , Bernabé Álvarez (tailor) , Andrés Martín (tambourine player) , Manuel Martín (tambourine player) , Roque Martín (tambourine player) , Alonso Muñoz (tambourine player) , Gabriel Muños (tambourine player) , Diego Muñoz (tambourine player) , Juan López (danser) , Juan Plaza (danser) , Lázaro Sánchez (danser) , Juan de Toro el Mozo (danser) , Luis Gaitán (danser) , Francisco Gaitán (danser) , Lucas Chacón (danser) , Manuel Chacón (danser) , Sancho de Ribera (danser) , Francisco García (danser) , Francisco Pérez (danser) , Andrés de Benavente, el Mozo (danser)
El extenso expediente conservado en el Archivo de la Villa de Madrid que contiene todos los gastos relativos a la festividad del Corpus Christi de 1665 nos proporciona un detallado listado de las danzas que ese año acompañaron la procesión del Corpus que tuvo lugar el 4 de junio, las cuales ejemplifican las tipologías más habituales en la segunda mitad del siglo XVII.
Algunas danzas procedían de localidades más o menos próximas a la ciudad, como pone de manifiesto la obligación establecida el 23 de marzo por parte de Matías Gómez, vecino de Brunete, municipio a unos veintiocho kilómetros al oeste de Madrid, el cual: “ofrece servir con la danza de espadas de aquella villa para las fiestas del Corpus de este presente año, en la misma conformidad y por la cantidad de los años pasados”. El contrato establecido con los comisarios de la fiesta nos proporciona algunos detalles más:
“El dicho Matías Gómez y sus compañeros las servirán [las fiestas] con la danza de espadas de la dicha villa de Brunete con las personas, tamborilero y matachi[nes] según y en la forma que se ha hecho en los años anteriores, sin falta alguna, dando muestra el domingo de la Santísima Trinidad [31 de mayo] y otro día el que se les señalare y sirviendo con ella el día del Corpus y los demás de su octava como se ha hecho siempre en precio de 1800 reales que se les han de pagar el día siguiente al de la Santísima Trinidad”.
Sebastián de Covarrubias señala que la “danza de los matachines es muy semejante a la que antiguamente usaron los de Tracia”. Como hemos visto, al igual que los autos sacramentales, las danzas estaban obligadas a realizar una demostración a los comisarios previa a la festividad y si incumplían con el contrato, a su costa, estaban obligados a “buscar personas que hagan la dicha danza y los vestidos y demás aparejos”. La danza de espadas de Brunete se introdujo en el Corpus madrileño hacia 1632 y mantuvo su popularidad a lo largo del resto de la centuria.
Un mes más tarde, el 28 de abril, los comisarios contrataban cinco danzas con dos vecinos de la villa de Madrid, Francisco García (ciego) y Bernabé Álvarez, maestro de sastre que vivía en la Puerta Cerrada. Es habitual en estas fechas que se contrate simultáneamente las danzas que actuarían en las procesiones generales de los días de San Isidro, Santa Ana y San Roque, en esta ocasión tres.
Las cinco danzas del Corpus “con los personajes, tamborileros y vestidos contenidos en la dicha memoria” se contrataron por 15.625 reales, los cuales se tenían que pagar al contado. Actuarían el día del Corpus, los dos días siguientes y el miércoles y el jueves (11 de junio) de la octava. El memorial citado precisa el número de danzantes, el acompañamiento musical y nos describe el vestuario:
“Las danzas que han elegido los señores caballeros comisarios para el día del Corpus de este año de mil y seiscientos y sesenta y cinco son las siguientes:
* Danza de negros
Ocho danzantes vestidos a lo guineo con sus casacas, calzón marinero y mangas tocados con plumas de colores, sus sonajas, las casacas de catalufa de Flandes de colores, calzones y mangas de tafetán con su tamborilero.
* Otra danza
Cuatro húngaros vestidos a lo húngaro y cuatro a lo romano han de ser cuatro sayos y cuatro cotas, calzones y mandas y tocados del mesmo género, con su tamborilero.
* Otra danza
Ocho hombres vestidos a lo valenciano [borrón], casacas y mangas de escarlatín y monteras de lo mesmo con su plumas y su tamborilero.
* Otra danza
De ocho muchachas vestidas de catalufas de colores a lo español, con sus bandas, sombreros y plumas y su tamborilero.
* Otra danza
De ocho muchachos vestidos con sus jubones y mangas de rasos de Flandes de colores, calzones de caniquí, su bandas, sombreros y plumas, y su tamborilero”.
La muestra de estas danzas debía hacerse también del día de la Santísima Trinidad.
Los que llevaban las danzas dejan constancia de que ya habían sido contratados en 1664 y en años anteriores.
En este expediente del año 1665, se incluyen dos documentos fechados dos años después, los cuales confirman que algunas de las danzas del Corpus madrileño, como he señalado procedían de pueblos más o menos cercanos a Madrid. El primero, de 28 de abril de 1667, da cuenta de que algunos de los danzantes y tamborileros que bailaron en la procesión del Corpus de ese año eran de Fuenlabrada (Madrid) y Getafe (Madrid). Francisco de Herrera Enríquez, caballero de la orden de Alcántara y corregidor de la Villa de Madrid “y su tierra”, manda a los alcaldes de Fuenlabrada y Getafe que ordenaran ir a la corte a los bailarines y tamborileros que residían en estos lugares “para que se ajuste con ellos la forma que ha de haber en la disposición de las danzas”. Sus apellidos ponen de manifiesto las relaciones familiares que existían entre algunos de ellos: Andrés Martín, Manuel Martín, Roque Martín, Alonso Muñoz, Gabriel Muñoz, Diego Muñoz, maestros de caja [tamborileros], y Juan López, Juan Plaza, Lázaro Sánchez, Juan de Toro el Mozo, Luis Gaitán, Francisco Gaitán, Lucas Chacón y Manuel Chacón, su hijo, y “demás compañeros vecinos del dicho lugar de Fuenlabrada”, y Sancho de Ribera, “vecino del dicho lugar de Getafe”.
En el segundo documento (30 de abril) se confirma la citación personal que en sus domicilios se hizo a los “maestros de caja y danzantes” que residían en Fuenlabrada, lo cual nos proporciona tres nombres más: Francisco García, Francisco Pérez y Andrés de Benavente, el Mozo. Todos se comprometieron a estar en Madrid el lunes, dos de mayo de 1667.
La tarascas madrileñas nos proporcionan algunos ejemplos iconográficos de estas danzas y de los instrumentos con los que se acompañaban (véase recurso).