Corpus Christi procession in Bibarrambla square (1695)
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Keywords
feast of Corpus Christi , procession , Christmas song (villancico) , bustle in the street , city council , Royal Chancery , crowd , music chapel of the cathedral , Martín de Ascargorta (archbishop)
Existen diversos
testimonios del bullicio callejero que había durante la procesión del Corpus
Christi en las distintas calles que recorría el cortejo. Hemos seleccionado un
documento bastante excepcional que lo describe con bastante precisión en el año
1695. Se trata de un pleito relacionado con la presencia y posición de la silla
arzobispal en la procesión, en la cual el prelado, que en esa fecha era Martín
de Ascargorta, se sentaba en las estaciones que esta hacía, la cual propició un
insólito conflicto con la Real Chancillería que se prolongó durante más de cien
años. Este documento, además, nos proporciona la única imagen parcial que
tenemos de los integrantes de la procesión, en la que se retratan con detalle
los miembros del cabildo catedralicio, los porteadores de la custodia, el
arzobispo y su séquito, así como los integrantes del cabildo municipal y de la
Real Chancillería. La capilla de música iría justo antes de la primera de las
cruces representadas, por lo que no aparece en este excepcional dibujo. Son los
testigos de este proceso los que proporcionan información sobre la
extraordinaria concurrencia ciudadana a este evento y de la interpretación de
un villancico delante del altar ubicado en la plaza de Bibarrambla. En 1695, el
“tropel de gente” en la calle fue todavía más numeroso: “porque con el nuevo
modo de adornar la plaza [Bibarrambla] se le cerraron las ventanas de toda una
testera... la gente era tanta que nos atropellaba y estrechaba y nos arrojaba a
el claro [la zona central que había entre las filas laterales]”. En las zonas
más estrechas, el numeroso concurso público hacía que se pisara a las personas
sentadas en el suelo e incluso el palio tuvo que retrasarse por detrás de las
andas en las que se portaba la custodia hasta que una mayor holgura permitió de
nuevo cubrirla, poniéndose de manifiesto las dificultades que el tránsito
conllevaba. Uno de estos lugares era el espacio delante del altar dispuesto en
la plaza de Bibarrambla, ante las tiendas de los roperos, lateral meridional de
la plaza alineado con la calle del Zacatín o de la ropa vieja: “al tiempo de
llegar la custodia a el altar que la santa iglesia pone en la plaza de
Bibarrambla y que la pusieron en un bufete con su sobremesa junto a dicho
altar, vido el testigo [Juan de Salazar, canónigo del Salvador] que en ínterin
que se cantó por la música un villancico, se sentó su señoría ilustrísima en
dicha silla, cara a cara con la custodia y vuelta las espaldas a las tiendas de
los roperos y quedando el real acuerdo al lado izquierdo de su ilustrísima y
estuvo sentado tan corto rato que aun no aguardó a que se acabase de cantar
dicho villancico y se levantó a incensar a su Magestad y después estuvo de
rodillas en una almohada aguardando a que acabasen de cantar dicho villancico y
dijo la oración y se continuó la procesión el Zacatín arriba”. Otro canónigo
del Salvador, Pedro Paz, también testigo, se refiere a este villancico todavía
con la denominación de “chanzoneta”. La procesión duró cuatro horas. Los
espacios en torno a los altares debían ser especialmente concurridos, ya que en
ellos era donde la procesión se paraba y la capilla de música interpretaba
alguna de las composiciones relacionadas con esta festividad.