Órgano para la capilla del colegio de San Ildefonso de Alcalá de Henares (1510)

En 1510, Nicolás Pérez construye un órgano para la capilla del colegio de San Ildefonso de Alcalá de Henares, cuya composición y factura conocemos a través de un pliego que contiene las condiciones del contrato establecido entre esta institución y el citado organero:

“Condiciones con que se an de hazer los órganos de la capilla de Santo Elifonso del collegio. Son las siguientes:

- Que sean de un ala e sea el caño prinçipal de nueve palmos.

- Sean las diferençias tres, conviene a saber: lleno, flautado, chirubelado, cinco caños por punto a lo más alto.

- Del metal que sea estaño syn otra mistura e el grueso que fuere menester del caño.

- Asymesmo del juego sea complido al uso más común.

- Sean las uñas del juego de box syn nudo muy polido, los semytonos negros e largos e no hundan tanto como el alto de las teclas prinçipales e todo el juego común hunda lo neçesario.

- Ansymesmo sea la caxa de nogal almenada e sin nudo, el somero sea de la madera que fuere más convenible e echose las diferençias con dos registros.

- Los fuelles sean incorporados en el caxón mesmo, entónese por sus agujeros con su corcones e puedase cerrar e abrir cada e quando que quisiere con su llave.

- Asimysmo que los a de dar asentados, dándole hecha la tribuna.

- Los quales ha de dar asentados para el día de Santa María de agosto enclusive.

En el colegio de Santo Elifonso de Alcalá a ocho día de hebrero de mill e quinientos e diez años se obligó Nicolás Pérez, organista, vecino de la cibdad de hazer los órganos susodichos con las dichas condiçiones por preçio de veynte e çinco mill maravedís pagados a los términos que Pedro de Gumiel dixera para lo qual obligó su persona e bienes...”

Este órgano presenta unas características bien definidas en el contrato que pueden ejemplificar un instrumento (nueve palmos) que se sitúa entre los medianos (13 palmos) y los pequeños (seis palmos y medio). Su caja, de nogal y con la característica forma de ala y almenado renacentista, debía estar provista de una puerta que pudiera cerrarse con llave para evitar su deterioro. Incluye a los fuelles, que debían entonarse con los “corcones” que salían al exterior. No se especifica ninguna ornamentación, la cual podía efectuarse una vez entregado el instrumento por un artífice pintor. El instrumento debía entregarse asentado en una tribuna que parece debía estar a cargo del organero.

No especifica el número de teclas de su teclado (juego) que debía ser “al uso más común”, el cual era de 42 teclas, desde Do1 a la4, con la primera octava “corta” o “capada”, es decir sin las notas alteradas do, fa y sol sostenidos ni el mi bemol, reducida pues a ocho notas. Especifica que las tapas de las teclas sean de madera de boj, dando la impresión que las alteradas, negras”, sean de la misma madera tintada, indicando también referencias al calado del teclado.

El instrumento tiene tres tipos tímbricos (lleno, flautado y chirumbelado) en dos registros (tiradores) que en su parte más aguda tendría cinco tubos por tecla. Probablemente flautado en un registro y lleno y chirumbelado ­–igual que el lleno un registro compuesto– en el otro. Los tubos serían de estaño, sin aleación de plomo.

No especifica tampoco la madera usada para la construcción del secreto (somero) que el área castellana solía ser de pino.

Pedro Gumiel fue el artífice de la capilla de San Ildefonso, concluida en 1510, por lo que fue el primer instrumento con el que se dotó a este espacio, el más antiguo de los conservados de la antigua universidad de Alcalá de Henares.