Música doméstica en la residencia vallisoletana de Claudio de Cilly (c.1550-1553)

Claudio de Cilly, flamenco, Maréchal des Logis de Carlos V, tuvo casa abierta en la ciudad de Valladolid, lugar que con frecuencia fue sede de la Corte imperial. Aficionado a la cetrería y a los caballos, poseía una magnífica colección de pintura, tapices, escultura y otros objetos artísticos. Algunos de esos objetos ponen de manifiesto su filia y un más que probable diletantismo musical.

Claudio de Cilly desempeñó el cargo de Maréchal des Logis al menos desde 1531. Sus obligaciones tenían que ver tanto con el alojamiento del ejército como de los miembros de la corte en sus constantes desplazamientos, por lo que viajaba constantemente acompañando al emperador. Se mantuvo en este cargo hasta su fallecimiento en 1553. Era también Comendador de Mayorga, perteneciente a la orden de Alcántara, y caballero de Calatrava.

Su residencia en Valladolid se encontraba extramuros, frontera a la iglesia de San Pedro, una de las zonas de expansión de la ciudad en el segundo tercio del siglo XVI (véase recurso). Adquiridos los terrenos en la segunda mitad de la década de 1530, su nueva casa no estaría terminada hasta c. 1551.

Su testamento (Bruselas, 27 de abril de 1553), el inventario y la tasación de los bienes que tenía en la citada casa de Valladolid nos proporciona un preciso retrato de la acomodada situación de Cilly. En el caso de los instrumentos, esa tasación fue realizada por el violero Gregorio de Liendo. La almoneda tuvo lugar entre el 27 de febrero y el uno de marzo de 1554. A ella acudieron destacados nombres de la aristocracia castellana, desde el principe Felipe, hasta los condes de Fuensaldaña, Benavente o Fuensalida, entre otros, así como otros miembros de la oligarquía religiosa de la ciudad y notables hombres de negocios como Francisco Lomelín, Francisco de Tineo o los Fucares, lo cual pone de manifiesto la calidad de los bienes subastados. Antes de ver cuáles eran esos instrumentos, me gustaría detenerme en una serie de cuadros y tapices con escenas musicales que decoraban su casa vallisoletana y que refuerzan la filia musical a la que hacía alusión:

- “Yten, otro lienzo pequeño de unos cantores en diez y seis reales y medio [lo compró Antonio de Rojas].

- “Yten, tasaron otro paño de cantores y ençima del libro un raposo. Tres reales”.

- “Yten, otra tabla de momos con un gaitero en seis reales”.

- “Yten, otro lienço de otra muger tañendo un instrumento en quatro reales”.

- “Yten, otro lienzo chiquito de colores de una muger tañendo un laúd en quatro reales”.

- “Yten, tasaron otro lienzo pequeño que tañe una corneta en otros quatro reales”.

A continuación, junto a los instrumentos, veremos que también había cuatro libros de música:

- “Un órgano pequeño con caños de madera metido en una caja de madera teñida de negro con sus fuelles y dos pesas de plomo”.

- “Un órgano chiquito de palo” / “dos fuelles del órgano sobredicho”.

- “Un clavicordio nuevo bueno con teclas de marfil y semitonos de madera”.

- “Yten, en una caja vieja, un clavicímbano viejo”.

- “Yten, un laúd con su caja negra”.

- “Yten, dos laúdes con sus cajas”.

- “Un laúd pequeño en una caja negra de cuero”.

- “Una caja con siete flautas grandes y pequeñas”.

- “Cuatro cornetas de cuerno”.

- “Yten, dos gaitas”.

- “Yten, una gaita apolillada”.

- “Yten, un atabalico turco”.

- “Yten, cuatro libros pequeños pautados”.

Una significativa colección de instrumentos entre los que destacan aquellos destinados a la cámara, alguno de ellos probablemente de procedencia flamenca y que parecen testimoniar una cierta actividad musical doméstica.

En el inventario, a modo de curiosidad, se relacionan también “seis máscaras nuevas” que podrían conectarse con las “mascaradas” a las que asistiría en la corte imperial ocasionalmente.