Instrumentos aerófonos y membranófonos en las galeras castellanas (siglos XIII y XIV)
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Resumen
Las Partidas de Alfonso X el Sabio nos proporcionan la noticia más temprana de instrumentos aerófonos en las galeras de la armada castellana. La naumaquia celebrada en el río Guadalquivir, con motivo de la entrada del rey Alfonso XI en Sevilla, en 1327, confirma la presencia de aerófonos y membranófonos en las galeras reales y diversifica el contexto de sus actuaciones en estas embarcaciones.
Palabras clave
música naval , Alfonso X el Sabio (rey) , Alfonso XI (rey) , trompetas , atabalero / timbalero
En 1252, se construían en las recién terminadas Atarazanas reales de Sevilla las diez primeras galeras para el servicio de la corona castellana. El rey Alfonso X, residente en el Alcázar sevillano en esa fecha, contrataba 20 cómitres o capitanes de distintas procedencias, dos para cada una de las naves, bajo el mando del almirante mayor de Castilla Ruy López de Mendoza, así como los soldados y el resto del personal que era necesario para su funcionamiento. Las Atarazanas mantuvieron una febril actividad constructora hasta mediados del siglo XV, cuando esta empieza a decaer. Véase: http://www.historicalsoundscapes.com/evento/911/sevilla/es.
En la Segunda Partida de Alfonso X el Sabio (XXIII, ley IIII), se da testimonio de la presencia de instrumentos aerófonos en los navíos castellanos del siglo XIII al referirse a la ceremonia de posesión de los navíos por parte de sus nuevos cómitres, como vemos en el texto publicado en 1555 de la edición glosada por Gregorio López:
“Ley IIII. Quales deuen ser comitres e como deuen ser fechos, e otro sí que poderio han
… E la manera en que deuen ser fechos los comitres es esta, que quando alguno touiere que es para ello, que ha de venir primeramente al Rey, si ay fuere, si non al almirante, e dezirle las cosas, porque lo quiere ser, entonces el Rey, o el almirante, por su mandado, deue mandar llamar doze omes sabidores de la mar, que conozcan aquel ome. E fazerles jurar, que digan verdad, si ha en sí todas aquellas cosas que diximos, por que lo deue ser, e dando tal testimonio, deuenle vestir de paños bermejos, e ponerle en su mano un pendon de las armas del Rey, e meterlo en la galea tañiendo trompas e añafiles, e ponerlo en ella, en aquel lugar, do deue ser, e otorgarle que dende adelante que sea comitre”.
En la referencia más temprana a estos instrumentos en galeras de guerra de la que tengo noticia en el contexto hispano.
En la Chronica del muy esclarescido principe e rey don Alfonso el Onzeno se describe la entrada del rey en Sevilla en 1327. Para celebrar el recibimiento, tuvo lugar una especie de naumaquia en la que se da cuenta de la presencia de instrumentos en las “barcas armadas”:
“Et por el río de Guadalquevir avía muchas barcas armadas que jugaban et facían muestra que peleaban; et avía en ellas trompas e atabales et muchos estormentos otros con que facían grandes alegrías”.
Véase: http://www.historicalsoundscapes.com/evento/494/sevilla/es.
Esta tradición continuó en las centurias siguientes, en las que encontramos grupos de ministriles al servicio de los navíos de la flota española actuando en distintos contextos y en misiones de diversa naturaleza.
Véase: http://www.historicalsoundscapes.com/evento/311/sevilla/es.