Celebración anual de la fiesta de Santa Catalina de Alejandría en la iglesia de San Justo y Pastor de Granada

En la festividad de Santa Catalina de Alejandría (25 de noviembre), el claustro de la universidad de Granada asistía a las vísperas y misa celebradas en la iglesia de San Justo y Pastor (compartida con el convento de la Encarnación). La primera noticia de la presencia de un grupo de cantores en esta fiesta data de 1541: “Gastaron, primeramente, veinte y dos reales que dio a los cantores por vísperas y misa de Santa Catalina”.

En 1543, al conjunto de voces se suma un grupo de “chirimías”, pagándoles a cada uno de ellos dos ducados por su asistencia a las vísperas y a la misa. En 1549 y 1557, de manera excepcional, a los cantores y ministriles se unen “las trompetas”, a las cuales se le libran dos ducados y medio y diez reales respectivamente. En 1554, al parecer con carácter extraordinario: “Dí a los cantores treinta y siete reales porque los cuatro reales demás los mandó dar el señor rector a los seises de la capilla”.

Los ministriles tañían previamente en el edificio de la universidad, a modo de llamada: “en el dicho centro y en las ventanas del hacer señales a los dichos señores rector y chanciller y decanos y maestro de ceremonias hasta que se haya juntado la dicha universidad”. Formada la comitiva, los dos días, el de la víspera y el de la fiesta, irían presidiendo el cortejo, a caballo o a pie, “tañendo a trechos”, tanto a la ida como a la vuelta, así como durante la celebración del oficio de vísperas y durante la misa. 

La universidad contrató en 1577 a los ministriles de la catedral para servir en las distintas fiestas que esta organizaba: Juan de Arroyo, Juan de Arellano, Miguel de la Bella, Juan Rodríguez y Juan de Arroyo el Mozo. En 1619, contrató a los ministriles de la Capilla Real por diez años: Jusepe de Florencia, Pedro Romero, Félix Ayllón y Julián Gutiérrez. Hay referencias a pagos a cantores y ministriles al menos hasta 1648.

La universidad pagaba, igualmente, al presbítero que oficiaba la misa, diácono y subdiácono, predicador, mozos de coro, gastos de cera, incienso y “perfumes”, así como el trasporte de bancos y púlpitos “a San Yuste” que se llevaban desde el propio colegio, el convento de Santa Paula o desde la Compañía de Jesús, libramientos estos últimos que aparecen por primera vez en 1569. Además, desde la década de 1550, se gratifica también a una veintena de doctores por su asistencia a esta festividad en la citada iglesia.