Interpretación “policoral” del Pange lingua de Francisco Guerrero en la catedral de Sevilla

Ruiz Jiménez, Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988

Resumen

La adaptación a la interpretación “policoral” del himno Pange lingua de Francisco Guerrero en la catedral de Sevilla durante el siglo XVII está conectada con la actualización del nuevo discurso del ceremonial barroco, en el  que la música se constituyó como uno de sus elementos sensoriales más  destacados.

Palabras clave

fiesta del Corpus Christi , octava del Corpus Christi , procesión , fiesta de la Concepción de María , carnestolendas (= carnaval) , tañido de campanas , copia de música "a papeles" (en partes separadas) , Pange lingua (himno) , Alabado , obras manuscritas de Francisco Guerrero , himno , cartografiando Francisco Guerrero , Francisco Guerrero (compositor, maestro de capilla) , Sebastián Vicente Villegas (maestro de ceremonias de la catedral) , Bernardo Luis de Castro Palacios (maestro de ceremonias de la catedral) , organista , capilla musical de la catedral , campanero , Juan Sanz (compositor, maestro de capilla)


La evolución en la interpretación de los himnos del compositor Francisco Guerrero en la catedral de Sevilla, en otras instituciones sacras de la ciudad de Sevilla y, probablemente, fuera de ella tiene una faceta muy concreta que presenta un cierto interés. Me refiero a la “adaptación policoral” que se hizo de algunas de sus composiciones con una clara intención de mantenerlas en el repertorio vivo de determinadas festividades especialmente relevantes del calendario litúrgico hispalense.

El caso más significativo es, sin duda, el himno Pange lingua que, como ya señalaba una copia tardía conservada en el archivo de música del convento de Santa Clara, se había convertido en el “Tantum ergo de las Iglesias de Sevilla”.

Véase: http://www.historicalsoundscapes.com/evento/1154/sevilla.

Ya en el primer cuarto del siglo XVII, este himno, según nos indica Sebastián Vicente de Villegas, maestro de ceremonias de la catedral, se cantaba durante la octava del Corpus, en la procesión, después de Sexta, por la mañana, y después de Completas y Maitines, en la estación que se hacía en el altar mayor:

“Con órgano, ministriles y músicos tañendo cada instrumento destos de por sí, primero el órgano y luego los ministriles y luego, todos juntos con la música… y la [procesión] después de Maitines es más solemne con chanzonetas y motetes. Antes y a el Tantum ergo se canta con todos los instrumentos y órganos grandes y pequeños y repique de campanas a que corresponden las de la ciudad y acabada la oración y el verso Benedicamus domino, se cubre el Santísimo con cortina”.

Hacia finales de esta centuria, según un ceremonial probablemente redactado por el maestro de ceremonias Bernardo Luis de Castro Palacios:

“En las octavas del Corpus, Concepción y los tres días de Carnestolendas está el Santísimo manifiesto. Todo el tiempo se está cantando, desde que se descubre hasta encerrarlo en el coro… A tiempo de cubrir a su Divina Majestad, tocan los tres órganos y a tres coros se canta el Tantum ergo y Alabado que los que se hallan a tan sagrada función van alabando a Dios de que en la tierra se le de tal culto.”

Distintas referencias en los libros de ceremonias dan cuenta de las innumerables ocasiones en las que este himno se interpretaba a lo largo de la festividad del Corpus Christi y su octava. Una de las descripciones más completas data de 1692:

“Acabado pues de cantar los villancicos, un seise trae, desde la sacristía, un cirio de cera encendido y se pone a la puerta de la capilla mayor, donde también se pone el maestro de capilla a echar el compás para que le vean de los órganos grande y pequeño, los cuales tocan el organista segundo y otro que convida el racionero organista, y a este toca el realejo. Empiézase pues el Tantum ergo por toda la música, para lo cual van ocho músicos a los dos órganos grande y pequeño y los demás quedan en la capilla mayor (y esto como pareciese al maestro de capilla)… Dicho Benedicamus Domino y respondido, empiezan el alabado, a tres coros, como el Tantum ergo y tocan también los tres órganos…”

Directamente conectada con esta particular interpretación está la principal copia del himno Pange lingua conservada en la papelera de música de la catedral de Sevilla, escrita en veinte pliegos de pergamino, quince para las voces y cinco para los acompañamientos. En la otra cara se escribió el Alabado, a once voces, del maestro Juan Sanz, al que se le había duplicado el tercer coro. Probablemente fue escrita en la segunda mitad del siglo XVII. Musicalmente, se trata de la segunda estrofa, “Nobis datus, nobis natus”, de la versión del Pange lingua, a cuatro voces, que encontramos en el Libro de Polifonía 2 (E-Sc 2, 1573-1576), impresa en 1584 en el Liber vesperarum, a la cual se le ha adaptado el texto de la estrofa cinco, “Tantum ergo”, acorde con la práctica musical de cantar todas las estrofas con la misma música imperante ya esta época. El título de la portada da buena cuenta del uso al que estaba destinado en el momento de su copia: Tantum ergo a 4 del Maestro D. Francisco Guerrero y Alabado a 11 del Maestro D. Juan Sanz que en las octavas del Corpus Christi, Concepción de Nuestra Señora y de las Carnestolendas se canta en la Santa Iglesia Metropolitana y Patriarcal de Sevilla.

Esta partitura deja constancia también de la particular distribución espacial de los coros encargados de interpretar ambas composiciones: uno en el “órgano grande” (SATB), situado en la tribuna del lado del Evangelio, otro en el “órgano pequeño” (SATB), en la tribuna del lado de la Epístola, y, sin indicación, ubicados en la capilla mayor, según señala el ceremonial, el resto de los cantantes (SSA/SATB). Además, se han conservado los cuatro acompañamientos cifrados correspondientes a cada uno de los coros: para el órgano grande, el órgano pequeño, el realejo y otro para el clave. La gran distancia que separaba a los tres coros obligaba a situar en el espacio de la capilla mayor el realejo y el clave para ayudar a mantener la simultaneidad en la ejecución. Hay un acompañamiento más, sin cifrar, “para la mano”, con el que probablemente el maestro de capilla dirigiría todo el conjuntos desde la puerta central de dicha capilla mayor.

El ceremonial, como hemos visto, fue actualizando el nuevo discurso del lenguaje celebrativo barroco, en el que la música se constituía como uno de los elementos sensoriales más importantes a la hora de asombrar a la ciudadanía, la cual acudía en masa al recinto de la catedral hispalense en estas ocasiones.

Recursos

Altar mayor. Catedral de Sevilla

Coro de la catedral de Sevilla

Enlace externo

"Tantum ergo". Pange lingua. Francisco Guerrero. Archivo de la Catedral de Sevilla, Fondo Capilla de Música, sign.: 51-1-1.© Cabildo Catedral de Sevilla