Cofradías en la ermita del Cristo de la Fuente en Granada
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Resumen
Cofradías en la ermita del Cristo de la Fuente en Granada.
Palabras clave
vísperas , misa , fiesta de la Santa Cruz , Viernes de Dolores , entierro , sermón , cofradías con otras advocaciones pasionistas , cofradías abiertas , proyecto cofradías , confraternity of the Christ of the Fountain , cofrades , cura , ministros (diácono y subdiácono) , capilla de música
El espacio conocido como plaza del Ensanche o plaza Larga se configuró en el último cuarto del siglo XVI. Véase: https://www.historicalsoundscapes.com/evento/511/granada. El cronista Francisco Henríquez de Jorquera ya da cuenta de la existencia en este lugar de una cruz de madera.
Fray Antonio de la Chica Benavides, en su Gazetilla curiosa o Semanero Granadino (n.º XLI, de 14 de enero de 1765), es el que nos proporciona la información más extensa sobre la ermita que se construyó en el centro de esta plaza a finales del siglo XVII y de la persistencia de la hermandad que daba culto a “una Cruz sobre una granada, todo en piedra hasta su pedestal”:
“Fue preciso valerme de ancianos, y alguno de ochenta años, para que me informasen el origen de la ermita del Santo Cristo de la Fuente, y del por qué se intitulaba con aquel nombre. Contestaron los informes en que por los años últimos de la postrera década del siglo pasado, que sería año 1694, se había secado una fuente que ellos mismos habían conocido en medio de esta plaza, y que los PP. Agustinos descalzos la pidieron a la ciudad, quien la concedió, y es la misma que tienen en su compás. Sentidos los vecinos de que se les hubiese quitado la fuente, mejoraron el sitio con otra más abundante. Fabricaron a sus expensas un Santísimo Cristo Crucificado y lo colocaron allí, comenzando desde luego a darle culto. Techáronlo y después de algunos años labraron un pequeño templo, comenzando desde entonces a celebrarse misa y a premiar el señor aquella piedad cristiana, obrando por sus devotos muchas maravillas, no solo en esta ciudad, sino fuera de ella, como los testificaban muchas presentallas de navíos y otras cosas que yo alcancé a ver en estos próximos días. Quisieron extender este templo y se consiguió con las limosnas de los fieles, principalmente de un devoto cristiano, cuyo nombre calló, y es lástima, pero su celo lo perpetuará en esta iglesia. Es muy hermosa y el cabildo de la colegial de Nuestro Salvador trasladó allí los sacramentos cuando amenazó su iglesia ruina por el grande terremoto del año 1755. Tiene hermandad esta imagen y lo celebra con esmero anualmente”.
Las Reglas de la hermandad se redactaron en 1736, siendo arzobispo Felipe de los Tueros, y fueron aprobadas el 9 de junio de ese año por el provisor Alonso Diego de Guzmán y Bolaños. En ellas se hace mención a la actividad previa de esta cofradía: “decimos que la dicha hermandad ha estado sirviendo cultos al Santísimo Cristo de tiempo inmemorial a esta parte sin constituciones...”. Era una hermandad abierta y mixta que solo presentaba como restricción el que sus cofrades fueran cristianos viejos, no admitiéndose negros, mulatos, penitenciados o esclavos (sin que fuera necesario el rigor del estatuto de limpieza de sangre). El sacristán o hermano sirviente de la capilla debía ser célibe y “ejemplar de castidad” y tenía la obligación de vestir hábito de la orden tercera, de ermitaño o, en cualquier caso, “honesta y pobre”. Debía residir “continuamente” en la capilla y entre sus obligaciones se encontraban la de abrir y cerrar la capilla, tener la lámpara del Cristo permanentemente encendida y atender a los devotos y sacerdotes que acudían a celebrar la misa.
Se oficiaba misa todos los domingos del año, encargándose los mayordomos de pedir limosna en plaza Larga. Su fiesta principal era la de la Invención de la Santa Cruz (3 de mayo), en la que tenía lugar una misa cantada con diáconos, sermón y la asistencia de una capilla de música, recomendándose que el gasto no superara los 200 reales ( 6.800 maravedís). Este día se realizaban las elecciones de los distintos cargos de la cofradía. Los tres días anteriores se celebraban en la capilla vísperas y misas.
Como en otras cofradías, la atención a los cofrades fallecidos constituía una de las principales funciones asistenciales de esta hermandad. El hermano mayor y los dos mayordomos eran los encargados de ajustar en la parroquia del difunto los gastos del entierro. El cuerpo del finado se acompañaba por doce hermanos que llevaban cirios, precedidos por el estandarte de la cofradía. Se le debían decir nueve misas a cargo de la hermandad, las cuales se oficiarían en la parroquia del Salvador, a cuya demarcación territorial pertenecía la ermita, si el finado fallecía fuera de Granada.
El viernes de Dolores oficiaban una misa cantada “con diácono y subdiácono” en honor a la Virgen.
El libro de las Constituciones de esta hermandad se encuentra en un precario estado de conservación. Se inicia con dos grabados franceses de Jean Mariette (1660-1741), grabador francés que había abierto su taller en la rue Saint Jacques (actualmente n.º 67) de París en 1734. Tenía como emblema: “aux Colonnes d’Hercule”. El primero representa la Crucifixión de Jesús y el segundo “la tres sainte Vierge Marie Mère de Dieu”, ambos han sido parcialmente coloreados (ver recursos).
El plano de Francisco Dalmau (1796) ya no recoge ninguna estructura edilicia en el centro de plaza Larga.