Contrato de aprendizaje de un campanero de la catedral de Las Palmas (1619)
Trujillo Yánez,
Gustavo Alejo
Universidad del Atlántico Medio
0009-0005-4471-3250
Resumen
En este artículo damos a conocer el contrato o escritura, otorgado el 4 de febrero de 1619, en el que el campanero de la catedral de Santa Ana, Lorenzo de Cabrera Melián, se compromete a enseñar el oficio a Alonso Sánchez, quien ejercía como perrero del templo. La obligación también incluyó la enseñanza del mantenimiento y manejo del reloj catedralicio, pues ambas ocupaciones solían ser realizadas por una misma persona.
Palabras clave
tañido de campanas , reloj , Lorenzo de Cabrera Melián (campanero, relojero) , Alonso Sánchez (campanero, relojero)
Desde sus inicios, el tañido de las campanas de la catedral de San Ana estuvo encomendado a la figura del campanero. Estos estaban obligados a tocar las campanas conforme a las órdenes recogidas en la tabla general del Cabildo o pandectas, función por la que percibían —a comienzos del siglo XVI— un salario de 6.000 maravedís y doce fanegas de trigo. El primer campanero del que se tiene noticia fue Fernando Tejedor, a quien se nombró el 19 de marzo de 1520.
A comienzos del siglo XVII ejercía como tal Lorenzo de Cabrera Melián, quien se comprometió a enseñar el oficio a Alonso Sánchez, quien hasta entonces ejercía como perrero del templo. Dicho compromiso se suscribió el 4 de febrero de 1619, ante el escribano público de Las Palmas, Andrés Rosales. La carta no solo contemplaba el compromiso de enseñar e instruir a Alonso Sánchez a tocar las campanas de la catedral «para todas las oras y lo más nesesario al servicio desta santa yglessia», sino también a «tenplar y poner en orden el relos que la dicha catedral tiene». El periodo de instrucción acordado fue de casi dos años —hasta finales de 1620— quedando obligado Alonso Sánchez a su cumplimiento, y a correr con los gastos generados por las faltas de asistencia. Durante todo ese tiempo, Lorenzo de Cabrera seguiría percibiendo su salario como campanero y relojero, así como el disfrute de una casa, si bien se establecieron diferentes plazos a partir de los cuales el sueldo y la vivienda pasarían a manos del aprendiz. Por su parte, Alonso Sánchez se obligó a dar libranza del tercio de su salario de perrero, 160 reales, en concepto de adelanto. Esta cantidad equivalía al cahíz de trigo (doce fanegas) anejo al desempeño de campanero, del que gozaba Lorenzo de Cabrera. El documento fue suscrito por el propio Lorenzo, no así por Alonso, que declaró no saber firmar.
Tras su periodo de aprendizaje, Alonso Sánchez ejerció como campanero y relojero catedralicio hasta 1639. A partir de ese momento el cargo fue copado por sus descendientes, hasta bien avanzado el siglo XVIII: Bartolomé Sánchez (1639-1707), Francisco Sánchez de Rivas (1707-1722), Juan Sánchez Báez (1722-1742) y, finalmente, el presbítero Francisco Sánchez de Losada (1742-1776). Precisamente, al eclesiástico se debe la transcripción de la antigua pandectas, en la que se establecían los diferentes toques y tañidos de la catedral, recogidos en dos manuscritos: Derrotero para el gobierno del campanero en todas las funciones del año y Modo de tocar al coro diariamente en la Catedral de Canaria.
El oficio de campanero de la catedral de Santa Ana permaneció activo hasta comienzos de la década de 1990. Actualmente ya no se ejecutan toques manuales en el templo.