Pregón del ajusticiamiento del gobernador de Gran Canaria Pedro de Algaba (1480)

La conquista de Gran Canaria (1478-1483), promovida por los Reyes Católicos, se caracterizó por las disputas internas entre los propios protagonistas de la empresa militar. Estos desencuentros tuvieron su punto álgido con el ajusticiamiento del gobernador Pedro de Algaba, a manos de su oponente el capitán Juan Rejón. La ejecución de Algaba se verificó a finales del mes mayo de 1480, en la plaza de San Antón, en pleno campamento o real castellano, tras un proceso, que, según las crónicas duró diecisiete días. La ceremonia fue anunciada por el pregonero Juan Francés, quien ya servía como trompeta de la tropa, según refirió Abreu Galindo, a comienzos del siglo XVII: “Fue pregonero un maestre Juan Francés, que servía de trompeta a los de a caballo, y desta manera quedó”. Otras versiones de la conquista añaden a la voz del voceador, los sonidos de trompetas y atabales, instrumentos habituales en las campañas militares: “Algaba fue degollado en la plaza de San Antón con trompetas y atabales, y con voz de pregonero que manifestaba su delito por traidor a la corona real” (Crónica Ovetense).

El trompeta Juan Francés ha pasado a la historia por ser el pregonero del primer Ayuntamiento o Concejo de la Isla, institución que se mantuvo vigente hasta comienzos del siglo XIX. El Fuero y Privilegio Real de la Isla de Gran Canaria, otorgado por los Reyes Católicos el 20 de diciembre de 1494, fijó en dos el número de pregoneros que debían de servir como oficiales del Cabildo. Como ya señaló Aznar Vallejo, su misión consistía en hacer públicos los acuerdos del Concejo, especialmente en lo tocante a las ordenanzas y arrendamiento de rentas. También colaboraban en los pregones y mandamientos judiciales, por lo que tenían asignado un arancel. Las Ordenanzas del Concejo de Gran Canaria (1531) recogen el Arancel del pregonero, sacado en 1555 de un original o tablilla, firmada por el que fue gobernador de la Isla Lope de Sosa, que reproducimos a continuación.

Tabla de los derechos que an de llevar los pregoneros en esta Cibdad Real de Las Palmas

Primeramente, de las almonedas que se hazen en las plaças y lugares públicos a de llevar quinze maravedís al millar … … … 15.

Yten, de los tres pregones que se dan de qualesquier byenes de execuciones, aunque sean en poca o en mucha cantidad por cada uno tres maravedís … … … 3.

Yten, del remate de las execuciones sy ay ponedor a los bienes sy es de contía de myll maravedís arriba, aunque sea en la mayor cantidad medio rreal, e sy fuere de myll maravedís abaxo diez maravedís habiendo ponedor, y sy no obiere ponedor la mytad que se entiende de mayor [roto] ravedís y de myll maravedís abaxo cinco maravedís … … … 21, 10, 5.

Yten, de emplazar a qualquier persona dos maravedís … … … 2

Yten, de qualquier pregón ordinario quatro maravedís … … … 4

Yten, de llamar a qualquier persona en esta cibdad quatro maravedís y si fuere en Triana otros quatro maravedís … … … 4

Yten, de los pregones que se dan de lo crimen en la cárcel ansy de absentes como de los que se tasa de cada reo diez maravedís … … … 10

Yten por pregonar cada persona de los que afrento [roto] tormento de cada uno un rreal todo lo suso [roto] tiende de moneda de Canaria.

Lope de [roto].

Poco se sabe sobre las personas que ejercieron este oficio a lo largo de los años finales de la Edad Media y durante toda la Modernidad en Gran Canaria, debido a la desaparición de los libros de actas del Ayuntamiento de la Isla. El recurso a otras fuentes nos permite conocer algunos nombres, como los de Juan de Lías y Francisco de Plasencia (1531-1533), Juan Hernández o Fernández (1536-1538), Martín Pérez (1552), Jorge Afonso (1553-1554) o Juan de Plasencia (1539-1555), entre otros.