Representación de El gran rey de los desiertos San Onofre de Andrés de Claramonte

El 23 de julio de 1620, la compañía de Juan Bautista Valenciano representaba, en el corral de El Coliseo, la comedia El gran rey de los desiertos San Onofre, de Andrés de Claramonte, que llevaban poniendo en escena desde hacía varios días con gran aceptación por parte del público. Terminada la representación, una vela prendió la escenografía y el fuego se extendió rápidamente consumiendo la totalidad del teatro. Todo el mundo empezó a huir despavorido y la marquesa de Ayamonte, viendo amenazado su palacio, lindero con el teatro, se fue al palacio que la familia tenía cerca de los Alcázares. Perecieron quince o dieciséis personas, la mayoría mujeres y niños. Los comediantes lograron escapar, aunque el que hacía de ángel se chamuscó y el que hacía de San Onofre salió a la calle casi desnudo, “con una mata de yedra por paños menores”; dice el documento que con tan mala suerte que una turba de muchachos le fue persiguiendo hasta su casa que, para su desgracia, estaba bastante lejos. Como es habitual, esta comedia tiene varias escenas de música incidental y entre los personajes se encuentran “lo músicos”. La obra se imprimió en Sevilla, en la imprenta de Francisco de Leefdael, en 1701. El teatro se reedificó poco después.