Música doméstica en la posada de Tomás Gutiérrez
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Palabras clave
música doméstica , Tomás Gutiérrez (actor, autor de comedias, posadero) , Miguel de Cervantes Saavedra (escritor)
En la calle de Bayona (actual Federico Sánchez Bedoya), enfrente de la iglesia del Sagrario, tenía su casa de posadas el ex farandulero Tomás Gutiérrez, buen amigo de Cervantes, el cual se alojó aquí en más de una ocasión. Tomás Gutiérrez, natural del Córdoba, había sido actor y “autor de comedias”, es decir había tenido su propia compañía teatral, motivo por el cual fue rechazada su solicitud para ingresar en la cofradía del Santísimo Sacramento de la iglesia del Sagrario, en 1593. La posada de Gutiérrez era una de las más importantes de la ciudad y, según su testimonio, dado en el proceso que entabló contra la citada cofradía, debido a ese rechazo, expone que: “sirvo y recibo por huéspedes al duque de Alba, y duque de Osuna, y marqués de Priego, y otros grandes de España”. Igualmente dice alojar a otras autoridades religiosas y civiles de igual distinción, siendo su posición económica más que desahogada. En la defensa de su profesión, dice que los “autores de comedias” son bien recibidos por el rey y la nobleza, “y les dan su lado y mesa”, cosa que no harían con “zapateros, ni taberneros, ni guitarreros, ni giferos, ni con otros hombres más bajos que éstos, a quien se les ha dado la candela en dicha cofradía”. Vemos aquí un temprano empleo del término guitarrero, probablemente como especialización dentro del gremio de violeros, el cual gozaba de cierta importancia en la ciudad. Tomás Gutiérrez estuvo presente en la escena hispalense en el Corpus Christi de 1582, con un carro en el que se representaba La muerte de Orías y casamiento de David con Bethsabée y, en 1584, representando el auto sacramental de La huida de Egipto. En el proceso referido testificará Cervantes que señala que Gutiérrez “ha muchos años que ha dejado el dicho oficio y se entretiene en gobernar su casa y, por ser honrado como lo es, se acompaña con él mucha gente prencipal, y le dan su lado, mesa y silla”.
En el romance titulado Trato de las posadas de Sevilla y lo que en ellas pasa, que fue escrito por un “testigo de vista” y publicado en 1596, encontramos una referencia directa a la posada de Tomás Gutiérrez y noticia de las que había en otras partes de la ciudad:
“Sabrás amigo dichoso,
a quien dé Dios vida larga,
si a Sevilla en algún tiempo
fueres a tomar posada,
cómo por esta te aviso
de lo que en ellas hoy pasa.
Lo primero, si llegares
a aquella brava posada
que está en calle de Bayona
donde los príncipes paran,
te darán lindo aposento
en alto, y cama colgada,
adornada con tapices,
y el verano sala baja,
colgada con tafetanes
y damascos, y de plata
el servicio de la mesa
que es salero, jarro y taza.
Otras posadas hay muchas
que tiene Sevilla tantas
como algún lugar famoso
tiene vecinos y casas,
unas hacia el Atambor
y otras en el Alfalfa.
Pajería, en calle Jimios
todo es sitio de posadas.
Haylas en calle Lenceros
y en San Leandro, y mil casas
otras, sin estas que digo
sirven solo de posadas.
En cualquiera parte destas
si llegas, te harán tantas
caricias cuando llegares
que olvidaras a ti casa.
Más ojo a la bolsa. Y mira
cómo te mides y gastas”.
En esta posada es más que probable que se alojaran músicos de cámara que acompañaban a los nobles citados por Gutiérrez y que recalaran algunas de las numerosas compañías de teatro que visitaban la ciudad, por lo que entre sus muros se escucharían los sones de los ensayos de las canciones y bailes presentes en las representaciones del Corpus o de los corrales de comedias sevillanos, así como de aquellas músicas que los acompañarían en su propio entretenimiento y de los que en esta posada concurrían.