Nuevas campanas (c. 1494)
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Palabras clave
campana , Fernando II de Aragón y V de Castilla (rey) , campanero
Los espacios habilitados como iglesias en los territorios recién conquistados por los Reyes Católicos fueron provistos de campanas muy rápidamente, lo que pone de manifiesto su importancia como elemento de comunicación en la vida religiosa y social de las ciudades. El viajero alemán Jerónimo Münzer visitó la ciudad en octubre de 1494. Una de las noticias que nos proporciona está relacionada, precisamente con las nuevas campanas que iba a formar parte del nuevo paisaje sonoro granadino: “Envió el rey [Fernando el Católico] más de cien campanas, fundidas a sus expensas, algunas de las cuales nosotros vimos en el jardín del monasterio de San Jerónimo y que han sido distribuidas por toda Granada”. Durante unos años, estas campanas se fundirían con las voces de los almuédanos llamando a la oración desde los minaretes de las más de doscientas mezquitas que Münzer dice que todavía quedaban en la ciudad, entre ellas la mayor, situada en el actual Sagrario. En la fecha que Münzer visitó el monasterio este estaba situado en el lugar que había ocupado la mezquita de Maharoch, donde actualmente se encuentra el Hospital de San Juan de Dios.
Otra noticia sobre la instalación de campanas en las nuevas iglesias del arzobispado procede del “libro de pliego entero, enquadernado en pergamino de cuero (1496-1501)” del convento de Santa Cruz la Real. En uno de sus asientos se anota el pago de 1.465 maravedís para “el campanero, de la hechura de la campana de Autura”. Este libramiento se justifica porque la alquería de Otura fue uno de los bienes donados por los Reyes Católicos a este convento, por lo que estuvo durante varios años bajo su jurisdicción. El hecho debió suceder c. 1500, cuando tras la revuelta mudéjar del Albaicín, las Alpujarras y las alquerías granadinas, los dominicos del convento de Santa Cruz reaccionaron confiscando bienes, cambiando al alguacil y evangelizando a la población, momento en el que la mezquita de la alquería se transformó en iglesia, como cuenta Diego Machuca:
“Çiertos frayles de la horden de Santa Cruz la Real de Granada [...] pusieron un retablo de figuras e una cruz en la propia mesquita que lo moros tenían, donde dezían misa e babtizaron a munchos vezinos del dicho lugar”.
Otura está enclavada en un promontorio en los límites del territorio conocido como “La Campana” (a 12 kilómetros de Granada), en alusión al área geográfica en la que se escuchaba la campana de la torre de la Vela de la Alhambra. Es probable que c. 1500 ya se hubiera instalado en Granada un fabricante de campanas, dada la importancia de la previsible demanda y carga de trabajo que habría en ella durante muchos años.