La ceremonia de la seña en la catedral de Sevilla
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Resumen
El origen de la ceremonia de la seña en la catedral de Sevilla es incierto, pero puede documentarse como plenamente establecida al menos desde el siglo XV. Repetida en cinco ocasiones en la Semana de Pasión y en la Semana Santa, el principal elemento musical de su ritual era el himno Vexilla regis prodeunt, cuyos versos se interpretaban alternatim en canto llano y polifonía en el altar mayor.
Palabras clave
ceremonia de la seña , Vexilla regis (himno) , cartografiando Francisco Guerrero , obras manuscritas de Francisco Guerrero , capilla musical de la catedral , sochantre , capellanes , cabildo de la catedral , clérigos de la veintena (veintenero) , Francisco Guerrero (compositor, maestro de capilla) , Luis Bernardo Jalón (compositor, capilla de música)
La ceremonia conocida como “la seña” en la catedral de Sevilla era una tradición muy antigua cuyo origen es difícil de rastrear. En uno de los libros conservados en la Biblioteca Capitular de esta institución, copiado en el siglo XV con el título Versiculos puerorum, encontramos completa la melodía del himno Vexilla regis con la siguiente indicación: “Quando Vexilla regis cantatur solempniter ante altare”. Creo que se trata de una copia usada para la interpretación de este himno en la ceremonia de la seña y es el testimonio más temprano que he localizado que pone de manifiesto que ya se encontraba plenamente establecida.
Otro de los libros de la Biblioteca Capitular (sig. 59-3-46) contiene un epígrafe titulado “Observaciones sobre el origen, antigüedad y mística significación de la ceremonia de la seña que se hace en tiempo de Pasión en la Santa Iglesia Metropolitana y Patriarcal de Sevilla…” Fue escrito por Leandro José de Flores, cura del Sagrario, en 1824, donde deja constancia de que se seguía practicando. Nos dice que el estandarte era “una bandera negra con cruz de color rojo… se arma en una asta de junco de las Indias o como otros dicen de hinojo por ser tan liviana o ligera y tan extraordinaria y antigua no tiene otro uso y se estima mucho”. También nos informa que para estimular la asistencia de la ciudadanía, el 18 de julio de 1469, Juan de San Martín in Móntibus, cardenal de Albí, concedió 100 días de indulgencia a los que concurrieran a esta ceremonia, y el 29 de septiembre de 1478, Pedro González de Mendoza, arzobispo de Sevilla, concedía otros 100 días (explicita que estos documentos se encontraban en el tomo 20 de papeles varios).
La Regla de Coro de la catedral de Sevilla señala, igualmente, que “siempre ha sido notable la concurrencia de fieles a ella”. Se conocía también como “ostensión de la bandera”, ya que en ella se tremolaba el estandarte sagrado de la Cruz. Las noticias sobre sus diferentes manifestaciones sensoriales son muy abundantes y ponen en evidencia, como es habitual en otros rituales, la trasformación y adaptabilidad de algunos de sus elementos externos. Se celebraba en cinco ocasiones en distintos momentos de las semanas de Pasión y Semana Santa, incluída en la hora de Vísperas o no, según los días. Este número de repeticiones estaría en conexión directa con las cinco heridas que sufrió Jesús en su crucifixión. En el siglo XVII, la legislación musical de esta ceremonia estaba perfectamente establecida:
“Primeramente, el sábado y domingo de Pasión y el sábado y Domingo de Ramos y el Miércoles Santo asiste toda la música en el altar mayor a la ceremonia de la seña a cantar el himno Vexilla regis, en que los tenores es de su obligación el cantar en el dicho altar los versos que se cantan a canto llano, que es el primero y quinto, para lo cual echa el maestro de capilla el compás y si no hay bastante número de tenores en la capilla suele el sochantre convidar algunos veinteneros y capellanes que ayuden. También canta toda la música el tercero y último verso o cuarteta de el dicho himno en el dicho altar mayor y este último lo mide el maestro de capilla de modo que se venga a acabar a el mismo tiempo que se recoge el estandarte en la sacristía de el altar mayor”.
En el siglo XVIII: “El tono lo da siempre un bajón, en el altar mayor, en la cuerda de primero tono, para que el sochantre entone el himno Vexilla regis”.
Es probable que la primera o una de las primeras versiones polifónicas que se cantaron en esta ceremonia fuera la que había compuesto Alonso Pérez de Alba, al servicio de la catedral hispalense entre 1482 y 1504, el cual desempeñó el cargo de magister puerorum en dos ocasiones. Se conserva en el códice manuscrito 2-3 de la catedral de Tarazona (E-TZ 2-3, fols. 3v-4r) con la indicación "Dominica in Passione". En el siglo XVI, se interpretaba la versión del himno Vexilla regis de Francisco Guerrero, pero en el siglo XVII fue sustituida por la compuesta por Luis Bernardo Jalón. El Vexilla regis de Jalón se encontraba en el Libro de polifonía nº 25 del inventario de libros de polifonía, redactado en 1721, el cual debió sustituir, al menos parcialmente, a otro más antiguo que contenía algunas piezas de Guerrero con similares indicaciones litúrgicas. Me refiero al Libro de polifonía nº 22 del inventario de libros polifónicos de 1644: “Beatus y recibimiento de dominicas de la Cuaresma y señas de Guerrero”. Existen dos versiones de este himno, anónimas, rubricadas con esa precisa indicación litúrgica, lo que me hace creer que pueden corresponderse con la obra de Jalón, plenamente en vigor en el siglo XVIII. Se trata de una copia del XVIII y otra del XIX, esta última atribuida a Lobo, erróneamente, en el Catálogo de libros de polifonía de la catedral de Sevilla (Granada, Centro de Documentación Musical de Andalucía, 1994), p. 502.
Desde Sevilla se exportó esta ceremonia a las iglesias del Nuevo Mundo, conservándose actualmente en la catedral de Quito (Ecuador) donde conocida como “reseña” se celebra el Miércoles Santo por la mañana.