Primera referencia al órgano en la colegiata del Salvador (c. 1528)

A diferencia de la catedral, el cargo de organista no aparece de forma explícita en la erección de la colegiata, en 1501. Dada la importancia de esta institución, la segunda después de la sede arzobispal, es muy probable que en fechas tempranas se instalara un órgano en la antigua mezquita consagrada. En tiempos del arzobispado de fray Pedro Ramiro de Alba (1526-1528) se produce una reforma en la configuración inicial de la colegiata, mediante la cual se destina uno de los acolitazgos para la función de entonar los órganos, lo que permite suponer que debía existir ya un órgano y la figura del organista encargado de tocarlo. Hay una referencia en uno de los libros de punto de esta institución en el que se anota una multa a A. Ruiz, “porque no tañó a Laudes”, en mayo de 1532. Al menos desde finales de 1536, Garci Sánchez era el organista de la colegiata. Continuó en el cargo hasta mediado de 1539.