Primeras referencias al órgano en el convento de San Jerónimo

Posiblemente el monasterio de San Jerónimo contó con un órgano desde su fundación, pero la referencia más temprana a su uso ya establecido data de 1561. En un acuerdo capitular de ese año encontramos la siguiente anotación: “Ítem, reprehendemos el abreviar tanto el choro, tañendo la gloria y el gradual”. El 25 de enero de 1567, el prior propuso a la comunidad, si les parecía bien: “que conformándose con la iglesia de este reino y especialmente con la matriz de Granada, no se tañesen órganos las dominicas del Adviento y en las tres de 7ª, 6ª y 5ª y que en las octavas semidobles y en las demás fiestas semidobles se tañesen órganos a Vísperas como se tañe a misa y vino el convento en ello y queda hoy costumbre”. La primera referencia a un órgano hace alusión al instrumento portátil que la institución poseía. El 8 de mayo de 1592, fray Gabriel de San Jerónimo propuso al convento: “que porque venía muncho perjuicio en sacar los órganos pequeños de casa y llevarlos a la fiesta de Santa Catalina que se hace en Santa Fe en su mismo día, que no se llevaran”.

Al parecer, el capellán organista de la capilla real Francisco Hernández Palero tocaba el órgano de manera más o menos regular en el convento de San Jerónimo en las fiestas principales, al menos en la década de 1580. Es su compañero en la capilla, el maestro de capilla Ambrosio de Cotes, el que nos proporciona esta información en una de sus respuestas a los cargos que se le hicieron en un proceso incoado por el visitador Juan Alonso de Moscoso, obispo de Guadix, en 1591: “... principalmente Palero que siempre quiere que vaya el oficio depriesa, haciendo quitar y acortar el sochantre los puntos que le parece questán demasiados en el canto llano, tiniendo grandísimo misterio y también por abreviar él como organista el órgano en las Vísperas y fiestas solemnes por salir presto y poderse ir a tañer a San Jerónimo”.