Órgano para el convento de Santa Isabel la Real (1779)

El 9 de julio de 1779, la comunidad de religiosas del convento de Santa Isabel la Real establecen un contrato con Antonio José de Quesada, “artífice organero”, para la construcción de un nuevo órgano destinado a ese establecimiento, actuando como su fiador Juan Antonio Hidalgo, organista prebendado de la catedral. En nombre del convento actuaba como representante Francisco de Perea Bernardo de Quirós, escribano de cámara de la Real Chancillería, hermano de la abadesa. 

Según las cláusulas de esta escritura, Antonio Quesada debía construir el instrumento “nuevo, con arreglo al diseño y plan que para él se ha formado a ezepción de que tenga cinco castillos, dos más de los tres que demuestra dicho diseño y ambos documentos, firmados de las partes, han de quedar, como quedan en poder del mencionado convento... para que sirva de regla y cotexo en su cumplimiento”. 

El organero se comprometía a “dejar acabado, puesto y sentado en el mismo sitio que ahora ocupa el que está en dicha iglesia, arreglado y corriente para su perfecto uso, el día ocho de diciembre que vendrá del corriente año, precediendo antes reconocimiento y aprobación de uno o más peritos que el referido convento o su parte nombre...”. “Iten que dicho órgano viejo a de ser y aprovecharlo para sí el explicado D. Antonio a ezepción de su flautado de trece y la octava general que tiene, lo cual ha de aplicar enteramente para que sirva en el nuevo que ha de construir con su caja y demás adornos”, según el proyecto que este había presentado. 

El costo del instrumento ascendería a 7.000 reales que se abonarían en tres plazos: dos de ellos por un montante de dos mil quinientos reales el día primero de agosto y una vez mediada la obra y los otros dos mil reales restantes cuando se entregara y fuera aprobado por los peritos. En este contrato se establecía también que durante un año el organero debería afinarlo, cuidarlo y reparar cualquier problema que surgiere sin coste extra alguno.

Se conserva también el documento de cancelación de la escritura anterior firmada tras la entrega del órgano, la cual pasó ante el mismo escribano, Tomás de Viedma, el dos de mayo de 1780. Dice que las cláusulas del contrato original se habían cumplido a satisfacción de ambas partes y que con este documento se liberaba a Juan Antonio Hidalgo de la obligación contraída como fiador.

Estos dos documentos, inéditos, son de especial importancia ya que se desconocía el artífice original de este órgano que actualmente se conserva en el coro alto del convento. Antonio José de Quesada y Cárdenas fue organista de la colegiata del Salvador desde el 1 de mayo de 1769 hasta su fallecimiento el 14 de enero de 1782. También desempeñó el cargo de afinador de los órganos de esa institución desde 1776, tras la renuncia de Salvador Pavón y reparó sus instrumentos en 1778 y 1780, actuando en ambas ocasiones como peritador Juan Antonio Hidalgo; ambos eran organistas y organeros.

Este órgano ha sido restaurado por el Taller de organería de Federico Acitores en 2019.