Música doméstica en la casa de Luis de Villafranca

El maestro de capilla Luis de Villafranca, presbítero, fue maestro de los mozos de coro en la catedral de Sevilla desde el 7 de marzo de 1545 hasta su fallecimiento acaecido el 23 de octubre de 1579. Encargado, en estas fechas, de la enseñanza del canto gregoriano, latín, doctrina cristiana y las ceremonias propias de la institución hispalense. Es uno de los varios tratadistas de canto llano con los que contó la catedral de Sevilla. En 1560, se publica en la ciudad una edición del exitoso tratado Arte de canto llano de Juan Martínez, antecesor en el cargo de Luis de Villafranca, el cual fue corregido y enmendado por este último. Cinco años más tarde, publica, también en Sevilla, su propio tratado Breve instrucción de canto llano. Así para aprender brevemente el artificio del canto como para cantar Epístolas, Lecciones, Profecías y Evangelios, y otras cosas que se cantan conforme al estilo de la santa iglesia de Sevilla (Sebastián Trujillo, 1565).

Luis de Villafranca vivió en las colaciones de San Andrés (1568), San Martín (1572) y en la de San Julián (1579). En 1568 ya había adquirido la casa de la colación de San Julián a Juan de Chillas, en la que habitaba cuando falleció, sin que sepamos cuando se mudo a ella. Era una casa con cinco estancias y dos plantas en la calle Rosas o Granadales nº 79 que estaba a las espaldas de un inmueble situado enfrente de la puerta de la iglesia de San Julián (en el plano de Francisco Manuel Coelho la calle se denomina calle de Rossillas).

Desafortunadamente, ni el testamento ni el inventario post mortem detallan los libros y papeles que Villafranca lega a la cofradía y hospital de San Bernardo, los cuales ordena que se vendan para pagar su entierro y alguna necesidad que tuviera el hospital. Este tipo de almonedas era una de las vías más frecuentes y poco estudiadas por las que los libros de música e instrumentos pasaban de unas manos a otras. El inventario de bienes sí nos deja constancia de que Villafranca tenía en su casa un arpa que sería el instrumento que tañería en el ámbito doméstico. En la casa convivían con él su esclavo portugués y dos hermanos mulatos, Catalina y Martín.

Resulta especialmente sorprendente el que Luis de Villafranca residiera en esta casa de la colación de San Julián, dada su mucha lejanía con la catedral a la que tenía que asistir mañana y tarde para atender a sus obligaciones laborales.