Órgano, claves y clavicordios flamencos en Sevilla (1554)

La fabricación claves y clavicordios en Sevilla puede documentarse al menos desde la década de 1470, posiblemente a cargo de un constructor flamenco: [véase: http://www.historicalsoundscapes.com/evento/383/sevilla/es].
La siguiente noticia, procedente de un protocolo notarial firmado el 26 de mayo de 1554, nos permite conocer la circulación de instrumentos procedentes de Amberes en Sevilla a mediados del siglo XVI.

“Sepan cuantos esta carta vieren como yo Conrado de Colonia, alemán, vecino de Colonia ques en Alemania, estante en esta cibdad de Sevilla, en la collación de Sant Salvador, otorgo e conozco que he recibido e recibí de vos Arnao, pintor flamenco, mercader, vecino de Brujas ques en Flandes, questáis presente, un órgano e cuatro clavicímbanos, los dos grandes y el otro mediano y el otro más chico, e más cuatro clavicordios pequeños que son todas nueve piezas, las cuales son que yo rescibo por Juan Turiez, vecino de Emberes [= Amberes], por virtud de una carta mesiva escripta de su mano e letra e firmada de su nombre que me escribió para que vos me entregáredes lo susodicho, e vos las habéis visto la carta e estáis satisfecho e conocéis la letra e firma ques del dicho Juan Turiez. E por cuanto dicho es, yo los rescibo por cuanto me los habéis dado e entregado las dichas nueve piezas e dellas me otorgo por contento”.

Conocemos los nombres de los diez constructores de claves que había en Amberes en 1557, agrupados en la cofradía de San Lucas. Encabezando la lista estaba Joes Karest, natural de Colonia (Alemania), al igual que el receptor de los instrumentos citados. Cuando ingresó en la cofradía de San Lucas, en 1525, lo hizo como constructor de clavicordios, escultor y pintor, profesión esta última del pintor y mercader implicado en la transacción de los instrumentos, lo cual lo postula como un sugerente candidato a la autoría de los mismos. Queda la incógnita del papel exacto que jugó Juan Turiez en esta circulación de instrumentos y si pudo ser un mercader que había dado los instrumentos al pintor y mercader Arnao para que los trajera a Sevilla. Los tres tamaños de “clavicímbanos” podrían hacer alusión a clave, espineta y virginal. El término “clavicordio” en el contexto de este documento en el que los dos implicados en la transacción son uno alemán y otro flamenco habría que entenderlo como tal clavicordio (monacordio en la terminología española de la época). La obra incorporada como recurso O ye tender babes de Thomas Tallis está interpretada en un instrumento construido por Curtis Berak basado en la espineta de Joos Karest de 1548.

Conrado de Colonia debía estar afincado en Sevilla hacía ya un tiempo. El 29 de agosto de 1553, en el contrato con el guadamecilero cordobés Lorenzo de Almagro, aparece como “vecino de Sevilla”. Encargaba en ese contrato la hechura de ocho paños de brocado de oro y cenefas de plata, de siete piezas de ancho y cuatro de caída, y además varias piezas sueltas de guadamecil (cueros adornados con figuras o dibujos hechos a prensa y después dorados, plateados o coloreados) para frontales y cubiertas de altar.