Sonidos del agua en el pilar de Carlos V de la Alhambra de Granada

El pilar de Carlos V, ubicado en los jardines de la Alhambra, es el ejemplo más notable de este género conservado en Granada. Fue construido en 1545 por el italiano Nicolao da Corte, a partir de las trazas de Pedro de Machuca, y costeado por Íñigo López de Mendoza, III marqués de Mondéjar y IV conde de Tendilla, capitán general de la Alhambra.

La pila rectangular mide 11,20 metros de largo por 1,70 de ancho y 0,95 de alto. El programa iconográfico es muy rico y establece una clara jerarquía. El primer cuerpo está dedicado a la ciudad de Granada y a su patrocinador, el conde de Tendilla, cuyos escudos lo flanquean. La granada y los tres mascarones surtidores son sus principales elementos. A estos últimos se les ha dado, tradicionalmente, una doble interpretación: los ríos de Granada (Darro, Beiro y Genil) o la representación del Verano (espigas), Primavera (flores) y Otoño (pámpanos y uvas). Más recientemente, se las ha asociado con máscaras del teatro clásico con una función decorativa.

En el segundo cuerpo encontramos ya los emblemas dedicados al emperador, con una cartela en la que se grabó “IMPERATORI CAESARI/ KAROLO QUNTO/ HISPANIARUN REGI” y el remate semicircular en el que está el escudo imperial con el águila bicéfala y el lema “PLUS OULTRA. Están flanqueado por niños con caracolas y ángelotes con delfines que vierten también agua sobre la taza.

El pilar está realizado en piedra de Sierra Elvira  y piedra de Alfacar y esta adosado a un muro de sillares de arenisca de Escúzar que tiene una altura de 6,80 metros, el cual lo realza y le sirve de apoyo. Este muro está también decorado con tondos en los que se representan las siguientes escenas: Hércules matando la Hidra de Lerna, Friso y Hele pasando el Helesponto sobre el Vellocinio de Oro, Dafne perseguida por Apolo y Alejandro cabalgando sobre Bucéfalo.

Nicolao da Corte recibió por el trabajo (sin la talla) 134 ducados. La piedra de Sierra Elvira costó 70 ducados y la de Alfacar 58 ducados.

En 1624, con motivo de la visita de Felipe IV a la ciudad, Alonso de Mena efectuó una importante actuación sobre este pilar. En el documento en el que da cuenta de los trabajos realizados de restauración y talla lo denomina Pilar de las Cornetas, en alusión a algunos tubos metálicos de los que posiblemente surtían chorros de agua. Ya en unas obras previas ejecutadas en 1589, se deja constancia de que se pagaron a Gaspar López 935 maravedís “de dos cornetas de hierro que hizo”, las cuales, probablemente, se doraron posteriormente y fueron las que determinaron el nombre por el que se conoció a este pilar durante el siglo XVII. Aparece claramente representado en la plataforma de Ambrosio de Vico.