Música doméstica en casa de Cristóbal Mosquera de Figueroa

El licenciado Cristóbal Mosquera de Figueroa era hijo de Pedro Mosquera de Moscoso y de Leonor de Figueroa. Nació en 1547, en la casa donde se encontraba ubicado el busto conocido como cabeza del rey don Pedro, en la calle Candilejo, la cual pertenecía a la collación de San Isidoro. Francisco Pacheco traza un detallado perfil biográfico y nos proporciona un retrato que precisa: “saqué de uno de mano de Felipe de Liaño, de su ejecutoria de hijodalgo que lo fue en propiedad y posesión”. Fue discípulo de Juan de Mal Lara y estudió en Salamanca y en Osuna: “habiendo antes, en sus primeros estudios, mostrado la grandeza de su ingenio en la retórica y poesía, en que fue aventajado, en la esfera y geografía y música, tocando gallardamente una vihuela, y en los jeroglíficos y empresas...” Vivió en Utrera, el Puerto de Santa María y Écija, ciudad en la que murió cuando tenía 63 años, en 1610. Combatió en la batalla de la isla Terceria (Azores) en 1583.

De su sólida formación musical nos da buena cuenta el extenso prólogo, plagado de referencias humanistas, que escribió para la edición veneciana de las Canciones y Villanescas de Francisco Guerrero (1589). En su producción lírica encontramos la elegía Al abad Francisco de  Salinas, catedrático de música en Salamanca. Entre sus amistades literarias se encontraba Miguel de Cervantes que, en La Galatea (1585), le dedica una octava real en la que lo compara a Apolo, por asociación con sus virtudes literarias y musicales:

“Otro veréis en quien veréis cifrada

del sacro Apolo la más rara ciencia,

que entre otros mil sujetos derramada,

hace en todos de sí grave apariencia:

mas en este sujeto mejorada

asiste en tanto grados de excelencia,

que bien puede Mosquera el Licenciado

ser como el mesmo Apolo celebrado.”