Instrumentos musicales y ornamentos litúrgicos en la expedición Magallanes-Elcano
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Resumen
Entre los objetos que se compraron para la dotación de las cinco naves de la expedición Magallanes-Elcano, había diversos instrumentos y objetos litúrgicos para oficiar la misa a bordo. Además, para el intercambio con los habitantes de los lugares en los que recalaran, se embarcaron 20.000 cascabeles “de tres suertes”, campanillas y trompas de París (arpas de boca).
Palabras clave
canciones populares , compra de un instrumento , misa , tripulación
En la Relación del coste que tuvo la Armada de Magallanes, se da cuenta pormenorizadamente de todo lo que se compró para la dotación de las cinco naves de la empresa al Maluco y del costo que tuvo cada uno de los enseres embarcados. En este listado encontramos:
- “Dos mil ochocientos noventa y cinco maravedís que costaron cinco atambores y veinte panderos que se dieron a la gente que va en la Armada, para tener en qué pasar el tiempo.... 2.895”.
- “Diez y seis mil quinientos trece maravedís que costó el ornamento, con todo su adrezo necesario, para con que puedan decir Misa los dos clérigos que van en la Armada... 16.513”.
En una relación de todos los enseres embarcados en la nao Concepción, encontramos: “Tres panderos y un atambor”.
Tras la sublevación de Esteban Gómez en el Estrecho de Magallanes, la nao San Antonio regresó a España. Todo su contenido fue inventariado el 16 de julio de 1521 en Sevilla. Entre los objetos relacionados se encuentra “un atambor y dos panderos”.
Además, entre los muchos objetos que se llevaron para el trueque con los habitantes de los lugares en los que recalaran, se encuentra una partida de 20.000 cascabeles “de tres suertes”. En distintos relatos encontramos la efectividad de estos intercambios. Tras haber fondeado en el golfo de San Julián (Argentina), Maximiliano Transilvano nos relata la siguiente escena:
“Vieron algunos indios que andaban por la ribera cogiendo de las conchas que por allí había... e saltando a tierra algunos españoles para haber lengua con aquellos indios, como les mostrasen unos papeles pintados y tañesen algunas campanillas y cascabeles para los atraer, comenzaron los indios a saltar y cantar y hacer alegrías y muestras de placer, y a saludar segund su manera a los nuestros...”
Igualmente se da cuenta de haber correspondido con “cascabeles, cristalinas y otras cuentas de vidrio” a las gallinas, puercos, arroz, mijo, cocos, ñames y diversas frutas enviadas por el rey de Cebú (isla de Cebú, Filipinas) a las naos de la expedición.
La nao Trinidad se quedó en la isla de Tidore (Molucas), así como restos de la artillería de las naos Concepción y Santiago y distintas “mercaderías” para el intercambio con la población autóctona. El despensero Juan de Campos fue nombrado como escribano responsable de todo ello. En un listado de los objetos que le fueron entregados por Juan Sebastián Elcano el 16 de diciembre de 1521 encontramos:
- Ciento y setenta docenas de escabeles “de todas suertes grandes y medianos y chiquitos”.
- Cinco docenas de trompas de París, “que eran de Mendoza”.
La expedición estaba compuesta por una comunidad extraordinariamente cosmopolita, de lo que puede inferirse la heterogeneidad de sus costumbres e idiomas.
Véase evento: http://www.historicalsoundscapes.com/evento/892/sevilla/es
Este hecho permite suponer lo misceláneo que debió ser el repertorio de canciones y tonadas cantadas en las labores marineras o en los ratos de ocio. Cada uno de los miembros de la tripulación podían llevar usa serie de objetos personales cuantificados en “cajas”, las cuales son distribuidas en función del rango y el oficio de cada uno de ellos. Estas oscilaban desde las cuatro cajas de los capitanes generales a una caja para cada tres pajes. Es bastante probable que entre esas pertenencias también se encontraran otros instrumentos musicales que pudieron ser usados para el acompañamiento de esas canciones.
No se detallan los ornamentos litúrgicos adquiridos pero sí conocemos los nombres y procedencias de los dos capellanes que formaron parte de la expedición:
- Pedro de Valderrama, natural del Écija, clérigo y capellán de la nao Trinidad, en la que iba embarcado Fernando de Magallanes.
- Bernardo Calmetas, capellán de la nao San Antonio, “natural de la ciudad de Laitora que es en Francia” (Gascuña).