Toros y juegos de cañas en la celebración del nacimiento del príncipe Felipe Próspero en Granada (1658)
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Resumen
En julio de 1658, el cabildo de la ciudad de Granada se encargó de la celebración de los festejos urbanos por el nacimiento del príncipe Felipe Próspero, acaecido el 20 de noviembre de 1657. Los juegos taurinos y de cañas fueron los espectáculos más destacados con los que se entretuvo a la ciudadanía.
Palabras clave
fiestas de toros , juegos de cañas , bullicio en la calle , sonido de animales , aplausos , Felipe Próspero (príncipe) , cabildo de la ciudad , clarín , ciudadanos , caballos , toros , Real Chancillería
Las relaciones en la que se narra un determinado acontecimiento escritas en verso suelen ser menos precisas a la hora de aportarnos información sobre los elementos particulares de su paisaje sonoro, pero no por ello dejan de proporcionarnos interesantes detalles que hacen que merezca la pena explorar su contenido. A modo de ejemplo, traemos en este evento la Carta que se escriuio à vn Cortesano dandole cuenta de las Fiestas, que à el nacimiento de nuestro Principe Don Felipe Prospero, celebrò la Ciudad de Granada… año de 1658.
El príncipe Felipe Próspero había nacido el 28 de noviembre de 1657. En ese momento, el corregidor de la ciudad era Juan Manuel Pantoja y Figueroa, caballero de la Orden de Santiago, siendo el cabildo de la ciudad el encargado de organizar los festejos públicos que tuvieron lugar el 6 de julio de 1658, en los que: “cañas, pues, toros y fuegos botaron”. No indica dónde se hicieron, pero debió ser en la plaza de Bibarrambla, lugar en el que habitualmente se celebraban este tipo de actos festivos y que se adornaba especialmente para la ocasión: “A la plaça muy guapo, un jubón de más de cien tafetanes le ajustaron. También algunas ventanas se vestían de brocado”.
Los juegos taurinos se iniciaron por la mañana con dos toros. Pasado el medio día, empezaron las cañas: “Vimos llegar tres clarines, dando color de ayre a los oydos y a los ojos de encarnado”. De esta alusión, podemos deducir que podría tratarse de los trompetas del cabildo municipal que llevaban su librea de ese color, acorde con el de los lacayos que acompañaban al corregidor Juan Manuel Pantoja que capitaneaba la primera de las cuadrillas que hizo su presentación: “sesenta caballos fueron, que con sesenta lacayos de encarnado y plata vimos su pasos contados”. La segunda cuadrilla la lideraba el conde de Arco: “otros tres dulces clarines a nueva atención llamaron, de tela de plata y verde se vestían… setenta lacayos luego nos mostraban otros tantos caballos de la riqueza de aderezos nuevos…” Hecha la presentación de estas cuadrillas, de nuevo se intecalaron los toros: “fuéronse, y a algunos toros la muerte allí les libraron sobre corridos, no más que por vía de entretanto”. Luego se jugaron las cañas, a las que se sumaron cuatro cuadrillas más, encabezadas por Diego de Ávalos, Antonio de Fonseca, Gómez de Montalvo y Gerónimo de Robles, todas ataviadas con lujosas libreas de diversos colores que las identificaban y que debieron ser presentadas, igualmente, con las fanfarrias de clarines correspondientes. En uno de los intermedios, en los que tomaron las adargas, salieron otros dos toros. La fiesta parece que se prolongó hasta el día siguiente, domingo, en que se continuó con los toros, de los que el cronista describe los lances y percances que tuvieron los que con ellos se enfrentaron: “Muy de fiesta entró el domingo y entre fuegos y entre aplausos a la Dominica in Albis los toros no la dejaron”.
Termina la misiva con los agradecimientos tanto a los organizadores como a los participantes en los festejos: “A todos los de la fiesta yo bien quisiera alabarlos, más lo dexo que el romance me dice que va a lo largo”.
A los sonidos de los clarines, de los animales y de los lances con las cañas se unían el de los fuegos y el clamor, aplausos y bullicio de los númerosos espectadores que asistían a ver estos entretenimientos taurinos y ecuestres que tanto gustaban a la ciudadanía.