Un piano de Clementi en Sevilla (1829)

El inventario y la tasación de los bienes que habían constituido la dote de Antonia San Juan Vincenti y Galarza, efectuados tras su fallecimiento, a instancias de su marido, el marqués de Iscar, se recogen en un protocolo notarial fechado en Sevilla el 11 de octubre de 1829. Entre los objetos personales que se trasladaron a la residencia sevillana en la que la pareja se instaló se encontraba un un pianoforte inglés de la factoría londinense de Muzio Clementi:

Fol. 371v. “Un forte piano clementino de seis octavas en siete mill reales”.

Veamos el contexto en el que se sitúa este instrumento. Antonio María Cansinos Córdoba Lazo de la Vega, marqués de Iscar, se había casado con Antonia San Juan Vincenti y Galarza, vecina de Sevilla, el día 29 de junio de 1822. Era hija de Tomás de San Juan y Galarza, en 1829 vecino de Trebujena (Cádiz), y de Josefa Vincento, en esa fecha ya difunta. En el momento de su casamiento, sus padres le habían entregado, en concepto de “dote y caudal”, una serie de bienes, así como “otros varios efectos con motivo de su enlace”, de lo cual, en su día, no se había hecho escritura. Habían tenido dos hijas, menores de edad, María de los Dolores y Matilde Cansinos y San Juan. El marqués, “no queriendo se cause el más mínimo perjuicio por no haberse otorgado oportuna escriptura” de los bienes que su mujer había recibido, decide realizar esta post-mortem.

Este prolijo inventario recoge y tasa: “ropa blanca, pañuelos de mano, toquillas, pañuelos de seda grandes, vestidos y ropa de calle, abanicos, ropa de cama, mantelería, muebles y efectos de madera, loza y cristal, cuadros y otros efectos de cristal y alhajas de plata y oro”. El importe total de los objetos tasados ascendía a la nada despreciable cantidad de 35.137,33 reales.

La Guía de forasteros de la ciudad de Sevilla, capital de Andalucía (Sevilla: Imprenta del diario de Comercio, Plaza del Rey, 1832, p. 169) nos proporciona la ubicación de la residencia del marqués de Iscar, la cual se hallaba en la calle Castellón (actualmente Antonio Salado), en la sevillana collación de San Vicente.

El compositor y pianista italiano Muzio Clementi desarrolló en Londres una intensa actividad como constructor de pianos. Sus distintos modelos de mesa y de cola, exportados con una exitosa estrategia comercial, se convirtieron en un toque de distinción en los salones de la nobleza y la burguesía europea y americana. Lo escueto de la noticia recogida en el inventario y la naturaleza del mismo no me permite especular mucho, ya que los precios de tasación de bienes personales efectuados en este tipo de documentos notariales solían ser muy inferiores a los de mercado, por lo que los 7.000 reales no son asimilable a los del valor real de un instrumento nuevo de similares características. Lo único que se puede asegurar es que su fabricación fue posterior a 1810 que es cuando Clementi incorpora en sus pianos las seis octavas. Queda a la especulación cuál de los modelos de piano fabricados por Clementi fue el que adquirieron los padres de Antonia San Juan Vincenti y Galarza para su instrucción musical, probablemente el modelo de mesa (square pianoforte), el cual, como parte de la citada dote, se instalaría en alguna de las estancias del domicilio de la calle Castellón. Es muy probable que este pianoforte sirviera también para la iniciación musical de María Dolores y Matilde, las dos hijas de los marqueses de Iscar.