Venecia, cuarta etapa del viaje a Jerusalén de Francisco Guerrero (1588)
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Resumen
Venecia será la cuarta etapa del viaje de Francisco Guerrero a Jerusalén. Llegó a esta ciudad, en compañía de su discípulo Francisco Sánchez, el 8 de agosto de 1588. Durante su estancia en Venecia, contratará con Giacomo Vincenzi la impresión de un libro de motetes y otro con una selección de sus canciones y villanescas, dejando encargado a Gioseffo Zarlino, maestro de capilla de la Basílica de San Marcos, de la corrección de las pruebas de imprenta. Se embarcaron el 14 de agosto para proseguir su periplo a Tierra Santa.
Palabras clave
impresión de un libro de música , obras impresas de Francisco Guerrero , viaje , Itinerario del viaje a Jerusalén de Francisco Guerrero , Francisco Guerrero. El viaje de Jerusalén , cartografiando Francisco Guerrero , Francisco Guerrero (compositor, maestro de capilla) , Francisco Sánchez (músico) , Giacomo Vincenzi (impresor) , Gioseffo Zarlino (teórico, compositor, maestro de capilla)
Francisco Guerrero es muy escueto en el relato de su primera parte del viaje a Jerusalén, ya que consideraba que el inicio real de su aventura se iniciaba en Venecia: “Llegado a Génova, pasé a Venecia y llegué a ocho de agosto” (fols. 10v). Nos proporciona Guerrero aquí la primera referencia cronológica concreta de su periplo. El viaje de Génova a Venecia debió ser por el interior del norte de Italia, pero, a diferencia de su regreso a España, desconocemos la ruta que pudo seguir. El Itinerario de las carreras de posta de dentro y fuera del reyno (1761) de Pedro Rodríguez de Campomanes propone distintas posibilidades para viajar entre esas dos ciudades. Por la diferencia de tiempo entre ellas y la premura de Guerrero por llegar a Venecia he decidido cartografiar la que unía Génova y Venecia pasando por Tortona, Pavía, Brescia y Padua, que se computa en 295 millas italianas (28 postas y media).
El principal objetivo de Guerrero en Venecia era concertar la impresión de dos de sus libros, uno de motetes y otro con una selección de canciones y villanescas. No sabemos si el compositor había establecido alguna comunicación previa con Giacomo Vincenzi o si fue al llegar a esa ciudad cuando valoró las opciones que tenía para decantarse finalmente por él, tal vez aconsejado por alguno de sus contactos en la ciudad. El taller de Vincenzi se encontraba en la Mercería. Cuando Guerrero contrató sus servicios, Vincezi ya tenía una consolidada experiencia en la impresión de música, primero asociado con Ricciardo Amadino (1583-1586) y luego de manera independiente, aunque continuó colaborando con él en la manufactura de algunas ediciones de importantes compositores italianos contemporáneos.
Guerrero nos dice que tenía un amigo en Venecia, pero oculta su nombre. Desconocemos si esta persona pudo ser el eslabón de enlace con Gioseffo Zarlino, pero lo cierto es que este último aceptó corregir las pruebas de los impresos de Guerrero:
“Lo primero que hice de mis negocios fue concertar la estampa de dos libros de música. Y diciéndome el impresor que era menester para estamparlos más de cinco meses, dije a un amigo mío: en este tiempo pudiera yo hace mi viaje a Jerusalén. Respondiome: a buen tiempo habéis venido, que hay una nave buena y nueva que va a Tripol de Suria.
Fue muy grande alegría para mí, y tomando a su cuenta la corrección de la estampa el maestro Joseph Zerlino, mestro de capilla de San Marco y de la Señoría de Venecia, varón doctísimo en la música y en las otras artes liberales, me concerté con el escribano de la nave lo que se suele pagar por cada persona, que son cinco escudos por la embarcación y por comer con el capitán siete escudos por cada mes” (fols. 10v-11v).
Se embarcó con Francisco Sánchez, su “discípulo”, el 14 de agosto de 1588, por lo que pasó en Venecia siete días: “A los sesenta años de mi edad, sin temor del mar, ni de tantas naciones de enemigos como en esta peregrinación hay, porque el gusto que tenía desta jornada hacía que todo me fuese fácil y suave” (fol. 11v).