Procesión anual de las letanías mayores a la iglesia de San Marcos en Sevilla
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Resumen
La procesión anual de las letanías mayores tenía lugar el día 25 de abril, festividad de San Marcos. En la catedral de Sevilla puede documentarse desde 1415 y se dirigía a la iglesia homónima en la cual se celebraba la misa, tras lo cual el cortejo regresaba a su templo cantando la letanía.
Palabras clave
procesión , misa , letanía , fiesta de San Marcos , sermón , cabildo de la catedral , capilla musical de la catedral , ministriles , seises , sochantre
La festividad de San Marcos se celebraba el 25 de abril, y en la diócesis hispalense era de segunda clase, oficiándose con cuatro capas por los capitulares de la catedral. En 1415 ya se cita la procesión de San Marcos en las fuentes documentales de la catedral de Sevilla y al menos desde 1417 se precisa que en la procesión de las letanías mayores a la iglesia de San Marcos iban seis mozos de coro. Como era habitual, siempre que el cabildo se desplazaba para decir misa en otra institución, regular o secular, era acompañado al menos de una parte de sus efectivos musicales y se llevaba a la iglesia un arca con los ornamentos necesarios para la ceremonia. Se recibía la procesión en la iglesia con los ministriles y había sermón en la misa.
En la formulación que esta procesión tenía en el siglo XVIII: “Luego que sea hora de volver la procesión (que es con letanía) estará pronto un bajón para dar tono a los señores que la han de cantar”.
Las letanías se cantaban en contextos litúrgicos diversos y en su texto incorporaban los santos propios de cada diócesis. Su interpretación desde la Baja Edad Media debió experimentar cambios sensibles que, además, vendrían también condicionados por las variantes locales. En uno de los manuscritos escritos por Sebastián Vicente Villegas, maestro de ceremonias de la catedral de Sevilla entre 1615 y su fallecimiento en 1636, encontramos la manera en la que se interpretaban las letanías en la procesión que se hacía el Sábado Santo al regreso desde la pila del bautismo que había sido bendecida (Biblioteca Capitular de la catedral de Sevilla, sig. 57-5-13). Continuaban cantándolas hasta que regresaban al coro y proseguían hasta que empezaba la misa. En esta formulación, podemos apreciar la precisión de una matización con respecto a su interpretación en las procesiones de las letanías mayores y menores, pero creo que puede servirnos para acercarnos a la manera en la que se cantaban habitualmente en la transición del siglo XVI al XVII:
“Dos canónigos, uno de cada choro, los más antiguos que aceptaren, a quién habrá convidado el comendador mayor, como se acostumbra hincados de rodilla y bajas las mangas en medio de el choro, como suelen, con el sochantre comenzarán a cantar las letanías por un librete que tendrán en las manos, respondiéndoles el choro a canto llano el mesmo verso que ellos dijeren hasta el que dice Sancta Trinitas unus Deus, el cual repetirá la música a canto de órgano, repitiendo los demás de la letanía también a canto de órgano hasta que se acabe, y dicho el verso Virgo virginum, todos se levantarán en pie y bajas las mangas de las sobrepellices la procesión se proseguirá hasta el choro en la forma que vino… y yendo en esta vuelta todos descubiertas las cabezas por razón de las letanías que se van cantando y también el prelado de la mesma manera descubierto… y los músicos irán en medio de la procesión entre el cabildo y los dos canónigos que entonan la letanía… También se advertirá que en la dicha letanía no se dirán todos los santos que pertenecen a cada clase, según se suele hacer en las letanías mayores ni menores ni en otras ocasiones, sino que se sólo se dirán los sanctos que para cada una de las dichas clases señala el misal para este día y así, para que se digan todos lo que el misal aquí señala, la procesión irá algo despacio y el canto algo apriesa, de modo que cuando venga a llegar el preste a la capilla mayor o a lo más a el altar mayor esté dicho o se diga entonces el verso Peccatores la respuesta del cual Te rogamus, etc. dirán los cantores como también lo habrán hecho así desde el verso Propicius, esto sin hacer repetición de lo que los dos canónigos cantan como lo hacen a los versos de los sanctos. Llegando el celebrante al altar mayor… irán prosiguiendo las letanías hasta el fin de ellas, esto es hasta el verso Christe exaudi nos el cual y los antecedentes, desde los agnus, se responderán a canto llano, como suelen, parando en el dicho verso Christe exaudi nos sin pasar adelante con la dicha letanía y entrando todos en el choro luego que en él entren hasta el dicho verso, y así mismo el prelado de rodillas hacia el altar, particularmente el prelado sobre alguna almohada de terciopelo morada detrás de el facistol grande entre sus asistentes y los dos canónigos que entonan a la entrada de la puerta con el sochantre y dicho el dicho verso cesará el canto y el prelado y cada cual se irá a su silla o asiento donde se sentarán hasta que hayan venido los canónigos con capas de el altar mayor y se comience la misa”.
La fuente más antigua de la letanía de los santos de la diócesis hispalense se encuentra en un sacramentario del siglo XIII (Biblioteca Capitular de la catedral de Sevilla, sig. 56-2-2), recogida precisamente en la liturgia de la bendición de la pila bautismal. Encontramos el texto completo de la letanía en la primera edición impresa conocida del Breviarium hispalensis [Breviarium secundum consuetudinem ecclesiae Hispalensis. Sevilla: Estanislao Polono y/o Jacobo Cromberger, c. 1500–1505], fols. clxxxviir-clxxxviiiv.
Dada la considerable distancia que separa la catedral de la iglesia de San Marcos, es posible que, además de la letanía, se cantaran otras antífonas o salmos. La misa se oficiaría con los efectivos musicales que habrían acompañado a la procesión. El Missale hispalensis (Sevilla: Juan Gutiérrez, 1565, fols. ccxvv-ccxviv) prescribe la misa Protexisti me, Deus, “tonus 7”.
El inventario de 1588 de libros de polifonía de la catedral, recoge los siguientes ítems: “otro libro de misas y otras cosas, para cuando va la procesión fuera de la iglesia, encuadernado en papelón y becerro colorado, doradas las hojas / Motetes para las procesiones, en ocho libros pequeños, de muchos autores, encuadernados en papelón y becerro azul, dorada la hoja”. En el inventario de 1644, se incorpora “un librete nuevo de letanías, en pergamino y aforrado en cabritilla negra”, el cual en el inventario de 1724 se recoge del siguiente modo: “un librete de pergamino, con cubierta de lo mismo, en que está escrita la Letanía mayor, para que los seises la repitan en la procesiones”. Ese último inventario de 1724 recoge un libro que “sirve a los ministriles para las procesiones” con un variado repertorio del siglo XVI.
El itinerario de la procesión de las letanías mayores a la iglesia de San Marcos debía coincidir con el último tramo de las entradas de los reyes y los arzobispos en la ciudad que pasaban delante de esta parroquia para dirigirse a la catedral. Véase: https://www.historicalsoundscapes.com/evento/494/sevilla.
No he encontrado la puerta por la que el cortejo salía de la catedral, por lo que en la reconstrucción de este itinerario inicio la procesión en la puerta del Bautismo, prosiguiendo por las Gradas hasta llegar a la calle Abades para continuar por el recorrido de las citadas entradas reales y arzobispales.