El taller de los Cromberger, impresores y libreros
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Palabras clave
impresión de libros , ruidos diversos , Jacome Cromberger (impresor, librero) , Juan Cromberger (impresor, librero)
La ciudad de Sevilla contó con un taller de impresión desde la década de 1470. En 1511 el tipógrafo alemán Jacome Cromberger estableció su taller en la que sería conocida como calle del Imprimidor o de la Imprenta (actual calle Pajaritos). A la muerte de Jacome, en 1528, continuo con el taller su hijo Juan, fallecido en 1540. En esa fecha, el taller contaba entre sus trabajadores con cinco esclavos “tres negros que eran batidores, y un negro y un esclavo blanco [posiblemente árabe] que trabajaban como tiradores, lo cual nos da idea del potencial impresor del taller. En 1539, uno de los oficiales del mismo, Juan Pablos, estableció en México la primera imprenta en América, filiar de la oficina hispalense, para cuya hazaña se llevó a un ayudante, Gil Barbero y un esclavo negro llamado Pedro. Libros de diferente naturaleza, pliegos sueltos, certificados, indulgencias fueron impresos en cantidades ingentes. En 1528, en la tienda de Jacome había 50.500 “pliegos de coplas”, 21.000 “pliegos de oraciones”, más de 10.000 “pliegos de imágenes” y 3.000 de “Rosario de Nuestra Señora”, cantidades menores de cartillas y “artes de canto llano”. Entre 1529 y 1540 imprimieron el 55% de las ediciones hechas en la ciudad. Seleccionamos algunos títulos que nos parecen especialmente relevantes para nuestra plataforma. Tuvieron el monopolio de las ediciones litúrgicas del arzobispado de Sevilla y de su taller salieron, por ejemplo, la bellísima edición del Missale secundum usum alme ecclesie hispalensis (1507), impreso en vitela a dos columnas, en letra gótica y a dos tintas roja y negra, incluye una iluminación de un Calvario, a página completa, y una muy elaboradas orlas y capitales iluminadas. En 1512 vendió 2.000 “cartillas de enseñar a leer” a una expedición franciscana que se dirigía a Indias para evangelizar a los indios caribeños. En un inventario de 1529 se da cuenta de 1.038 “cuartillas del arte (cada ejemplar valía 2 maravedís), 2.355 “artecicas de cante llano” (a 1,96 maravedís la unidad) y 324 “artes de canto de la mano” (a 6,25 la unidad). Entre las “artes de canto llano”, Jacobo imprime un Arte de canto llano (c. 1512-1515?), anónimo, y en 1518, una edición del tratado de Marcos Durán Lux bella de canto llano, y su hijo Juan, en 1530, una edición del tratado Arte de canto llano de Juan Martínez, maestro de los mozos de coro de la catedral de Sevilla. En un inventario de Juan Cromberger (1540) se listan 1150 “artes de canto llano de a dos pli[e]gos”, 600 “artes de la mano”, 375 “artes de canto negros”, 63 “arte de la mano”, 137 “libretes llanos” y 13 “artes de canto llano contrapu[n]tadas”. Los sonidos del funcionamiento de los tórculos y las herramientas para la impresión y encuadernación de este taller se constituirían en uno de los principales soundmarks de esta céntrica calle sevillana.