Ministriles en la fundación de la ciudad de Buenos Aires (1536)
Ruiz Jiménez,
Juan
Real Academia de Bellas Artes de Granada
0000-0001-8347-0988
Resumen
En la expedición de Pedro de Mendoza que partió de Sevilla, en 1535, para la conquista del territorio del río de la Plata, se encontraban un buen número de instrumentistas que estuvieron presentes en la primera fundación de la ciudad de Buenos Aires, el 2 de febrero de 1536. Estos músicos serían los encargados de solemnizar las ceremonias cívicas y religiosas en la efímera vida de este primer enclave bonaerense que fue destruido en 1541.
Palabras clave
música naval , música doméstica , Gregorio Acosta (ministril portugués) , Antonio Docoto (ministril portugués) , Carlos de Borgoña (arpista) , Juan Jaral (ministril portugues) , Antonio Tomás (ministril portugues) , Antonio Rodríguez (ministril portugués) , Juan de Contreras (ministril) , Juan Gómez (trompeta) , Juan Cola (pífano) , Simión Miguel (pífano) , ministriles , arpista , pífano , Juan de Guadalupe (atambor) , Jerónimo de la Vega (atambor) , Pedro de Dosto (atambor) , Sabastián (atambor) , Juan de Miranda (atambor) , Felipe Lejón (atambor) , atambores / tambores
El 21 de mayo de 1534, Pedro de Mendoza obtenía de la Corona de Castilla la capitulación para conquistar un territorio “desde el Río de Solís, que llaman de la Plata, hasta la mar del Sur… que comience desde donde se acaba la gobernación que tenemos encomendada al mariscal Diego de Almagro, hacia el estrecho de Magallanes”. Mendoza fue nombrado como adelantado, gobernador, capitán general y alguacil mayor de la provincia de Río de la Plata. Al tratarse de una empresa privada, Mendoza debió buscar su propia financiación y encargarse de su abastecimiento. La capitulación concedida a Mendoza mandaba que debía llevar a tierras americanas a mil hombres, de los cuales quinientos irían en el primer viaje, “con el mantenimiento necesario para un año, y cien caballos y yeguas y dentro de los dos años siguientes los otros quinientos hombres con el mismo vestimento y con las armas y artillería necesaria”. La flota estuvo constituida por un número de navíos (once o catorce) y de tripulantes que varían según las distintas fuentes conservadas. Diego García de Moguer fue contratado por Mendoza como piloto mayor de su armada, ya que se trataba de un marino experimentado que había sido miembro de la expedición de Juan de Solís al Río de la Plata, en 1517, y sobreviviente de la empresa de Magallanes-Elcano (1519-1522).
En la expedición iban un significativo número de ingleses y flamencos, además de portugueses, italianos e incluso un danés. Pedro Mendoza contrató en Sevilla también un grupo de ministriles portugueses que formarían parte de la tripulación: Gregorio Acosta, hijo de Lope Acosta, vecino de Naveses; Antonio Docoto, hijo de Antonio Díaz, juez de las misas de San Antonio de Amarante; Carlos de Borgoña, hijo de Juan de Borgoña, músico de arpa del rey de Portugal; Juan Jaral, hijo de Diego Fernández, vecino de Faro; Antonio Tomás, hijo de Tomás Fernández, vecino de la villa de Alenquer (Lisboa) y Antonio Rodríguez, hijo de Sebastián Rodríguez, vecino de Lisboa. A ellos se sumó un ministril castellano, Juan de Contreras, hijo de Antonio de Contreras, natural de Almorox (Toledo).
Las relaciones de embarcados que nos proporciona la documentación de la Casa de la Contratación en Sevilla nos permite añadir otros músicos a esta nómina de instrumentistas:
* Juan Gómez, trompeta, hijo de Gómez
Mateo y de Catalina Hernández, vecinos de Alba de Tormes (29/7/1535).
* Juan de Guadalupe, atambor, hijo de Alonso Álvarez y de Juana Aljaberes, vecinos de Guadalupe (2/8/1535).
* Jerónimo de la Vega, atambor, hijo de Alonso Yáñez y de María de la Vega, vecinos de Guadalajara (2/8/1535).
* Pedro de Dosto, atambor, hijo de Antón Dosto y de María de Morales, vecinos de Écija.
* Sabastián, atambor, italiano, natural de Salerno (2/8/1535).
* Juan de Miranda, atambor (2/8/1535)
* Felipe Lejón, atambor, natural de Lila [= Lille], en Flandes (2/8/1535).
* Juan Cola, “bífaro” [= pífaro = pífano], natural de la alta Borgoña (2/8/1535).
* Simión Miguel, “bífaro” [= pífaro = pífano], natural de Borgoña (2/8/1535).
La empresa partió de Sevilla en agosto de 1535 y llegó al Río de la Plata el 6 de enero de 1536. El 2 de febrero se fundaba la ciudad de Buenos Aires con el nombre de Santa María de Buenos Aires. Pocos meses después solo sobrevivían 560 hombres a las duras condiciones marcadas por los ataques de los pobladores de la región, el hambre y las enfermedades. La flota de refuerzo no llegaría hasta 1538, en ella iba Julio Veneciano, marinero y trompeta.
Al igual que en otras expediciones de conquista previa, en esta empresa privada encontramos un grupo de ministriles que serían los primeros instrumentistas europeos en Buenos Aires; no sabemos cuántos lograrían sobrevivir a las duras condiciones del primer asentamiento y mantener así la continuidad de los instrumentos y el nuevo repertorio llegado a esas tierras.
Véase también: http://www.historicalsoundscapes.com/evento/760/sevilla/es
Se ha conservado un interesante documento que creo que nos permite afirmar que al menos uno de estos ministriles sí logró superar esas difíciles condiciones. Se trata de la “Relación viene en el Río de la Plata fecha por Gregorio de Acosta para su majestad e para su Real Consejo de Indias”. Acosta, uno de los ministriles de la expedición, comienza con una dura crítica al gobernador Pedro de Mendoza, la cual extenderá a la mayor parte de sus sucesores sobre cuyas actuaciones vierte gravísimas acusaciones:
“En el año de 35 vino un gobernador a estas provincias que se llamaba don Pedro de Mendoza con dos mil hombres, el cual se perdió lo primero por no hacer justicia y lo segundo por gobernarse por gente de poca experiencia, por envidia de algunos y por mal consejo mandó matar a su maestre de campo y afrentaba mucho a los soldados por malos tratamientos, por malos consejos castigolo Dios su soberbia… y fue con una grande hambre como la de Jerusalén y mayor pues se comieron muchos hombres los unos a los otros y como se vido perdido determinó volverse a Castilla e murió en el camino echáronlo en la mar…” Gregorio de Acosta cita también en su “Relación” a los gobernadores, Domingo Martínez de Irala (1539-1542 / 1544-1548 / 1555-1556), Alvar Núñez Cabeza de Vaca (1542-1544), Francisco de Vergara (1558-1564), Juan Ortiz de Zárate (1564-1568), y Felipe de Cáceres (1568-1572). En el momento de redacción del escrito debía encontrarse en Asunción (Paraguay) durante el periodo de la gobernación de Felipe de Cáceres. Entre los excesos cometidos por este gobernador, señala que llegó a encarcelar al obispo fray Pedro Fernández de la Torre (1556-1573), lo que indirectamente nos permite conocer la incorporación de los ministriles en la catedral de Asunción coincidiendo con la llegada de este obispo a la ciudad:
“Después acá la iglesia catedral desta ciudad no se sirve como solía, ansí en oficiales como en menestriles que hay en la tierra que trajo el obispo de España que hasta que Felipe de Cáceres prendió al obispo siempre era muy bien servida”.