El 22 de febrero de 1687, el capitán Andrés Bandorne dotó en el convento de La Madre de Dios (dominicas) la celebración de la festividad del Corpus Christi y de una procesión por el perímetro del recinto conventual en un domingo de julio, próximo a la festividad de San Buenaventura, la cual  se sumaría a las que se organizaban en otros conventos e iglesias de Sevilla.